En los últimos años, China ha sido unos de los principales socios comerciales de Latinoamérica, convirtiéndose en el motor de desarrollo de varios países de la región, sobre todo por la gran demanda de materias primas que han sostenido el crecimiento del gigante asiático. Sin embargo, recientemente el ritmo vertiginoso de crecimiento de China se ha reducido a niveles más conservadores y esto ha impactado fuertemente en casi todas las economías latinoamericanas. Por ejemplo, el precio de los minerales a nivel internacional se desplomó. En países como el Perú y Chile, donde la industria minera es muy importante, estas caídas en los precios desalientan las inversiones en este sector y, en consecuencia, impactan en las expectativas de crecimiento nacional.
Ante este panorama, es momento de empezar a ver nuevos horizontes en el mercado global que nos permitan diversificar el riesgo, pero sobre todo, encontrar nuevos mercados donde nuestros productos puedan tener acogida. Por ello, consideramos que es momento de acercarnos a un gigante mundial que está en expansión y crecimiento sostenido, me refiero a la India, que en aproximadamente una década se convertirá en el país más poblado del mundo, superando a China.
India actualmente es la duodécima mayor economía mundial. Nuestras relaciones comerciales con dicho país han sido tímidas si las comparamos con los lazos que hemos desarrollado con China, sin embargo, algunos países de la región sí han estado activos en un intento de generar relaciones bilaterales con este socio comercial.
La soya de Brasil ya es exportada a la India. Existen también inversiones de empresas indias en minería en Chile y Perú. Por su parte, las industrias energética y farmacéutica son dos áreas particularmente interesantes para la India y en este sentido las autoridades de ese país ya han generado negocios con Venezuela, Brasil y Argentina.
El desarrollo de softwares, que es un sector conocido de la India, también se ha hecho presente en la región aunque hay otras industrias con base tecnológica que están ingresando a nuestros países, como la automotriz, que ha permitido la fabricación de autos y motos. En ese sentido, las empresas Tata, Hero y Bajaj ya se encuentran ofreciendo sus productos en Argentina, Colombia y Perú a precios muy competitivos.
El Perú se encuentra negociando un Tratado de Libre Comercio con la India, donde además de los productos minerales como el oro, la plata y el cobre, se incluyen otros productos con gran potencial como la quinua. Este grano producido en los Andes interesa a un país como la India, con mucha demanda de comida vegetariana por parte de la población, por su gran poder proteico.
Por nuestro lado, existen empresas peruanas que están presentes en la India, como es el caso de Aje Perú, que tiene una planta embotelladora de gaseosas en la ciudad de Maharashtra y la empresa de maquinaria minera Resemen, que ha establecido una sucursal en la ciudad de Nueva Deli, con el nombre de Reliant Drilling.
Para la India, Latinoamérica aún es un mercado pequeño, pero con gran potencial, como manifiesta el experto indio en relaciones comerciales con Latinoamérica, Hari Seshasayee. La India tiene dentro de su planeamiento estratégico de crecimiento global a Latinoamérica como una de sus prioridades desde hace varios años y con esa finalidad, en 1997, creó el "Programa Latinoamericano FOCUS LAC", que buscaba desarrollar las relaciones con los países de la región.
En conclusión, existe una gran oportunidad para los empresarios latinoamericanos de acercarse a este gigante de la economía mundial y aumentar así el comercio con este mercado tan importante. De esta forma podremos diversificar nuestro riesgo comercial y no depender demasiado de China. Asimismo, estrecharemos lazos con una cultura milenaria que también se ha hecho conocida mundialmente por sus danzas, sus películas de Bollywood y su comida entre otras manifestaciones culturales.
¿Considera a India como una oportunidad para nuestros productos? ¿Por qué? ¿Cómo podría aprovecharla?
El presente artículo fue publicado en América Economía, febrero 2016 (Análisis & Opinión).
PhD en Estudios Internacionales de Graduate School of Asia Pacific Studies de la Universidad de Waseda, Japón. MBA de ESAN. Maestría en Economía y Regulación de los Servicios Públicos de la Universidad de Barcelona. Maestría en Derecho Empresarial y Abogado de la Universidad de Lima. Director de Educación a Distancia de ESAN. Realizó estudios de diagnóstico de cultura organizacional y clima en empresas de diferentes sectores, propulsor de la importancia de la cultura organizacional como factor determinante en la estrategia de las empresas. Actualmente trabaja en la incorporación de elementos culturales como herramienta de desarrollo en contextos globales.
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