Los programas empresariales para el desarrollo de habilidades de los colaboradores han registrado un importante crecimiento en el mundo. Un reciente estudio de LinkedIn reveló el papel preponderante que han cobrado las áreas de capacitación al interior de las organizaciones. Para dos tercios de los entrevistados, la prioridad de estos programas es recapacitar al personal y ayudarles a gestionar el cambio que necesitan en su perfil para adaptarse a la nueva normalidad.
A su vez, McKynsey también realizó un estudio global donde se identificó que el 69 % de las organizaciones encuestadas ahora desarrollan más habilidades en su personal que antes de la pandemia por la COVID-19. Otros estudios constataron que el 56 % de las empresas están renovando sus programas de formación, mientras que el 62 % de las compañías afectadas gastan más en capacitaciones que en el 2020.
A pesar de esta tendencia global, en el Perú, la inversión en los procesos de formación es un reto pendiente para muchas empresas. Según el Foro Económico Mundial, nos hallamos en el puesto 120 de 132 en cantidad de empresas que invierten en formación y desarrollo de empleados. Por ello, es importante conocer, en primer lugar, cuáles son los principales beneficios de la recapacitación en el personal de toda compañía.
Ginni Rometty, directora ejecutiva y presidenta de IBM, señala que, desde hace algunos años, para prepararse al cambio de paradigma que implica la irrupción de nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial (IA), las empresas deben tener entre sus prioridades la recapacitación de su personal, para que refuerce o adquiera habilidades que le permitan desempeñar sus funciones en el nuevo modelo de economía digital.
La recapacitación permite al colaborador mantenerse preparado para asumir nuevos roles en su organización y aportarle mayor valor.
Las empresas que no renueven sus habilidades perderán competitividad. Al respecto, existen investigaciones que revelan que la cantidad de habilidades nuevas requeridas en un trabajo aumenta en un 10 % cada año, mientras que el 33 % de habilidades ya adquiridas dejan de ser relevantes en un período de tres años. Ello representa un desafío para los trabajadores que desean mantener su vigencia en el mercado, pero también para las empresas.
La recapacitación es considerada como una de las mejores opciones, pues en un entorno de tanta incertidumbre y sin precedentes como el actual, las empresas están optando por modelos de trabajo multifuncional basado en proyectos. En esa línea, los empleados asumen nuevos roles a medida que cambian las necesidades del negocio, por lo que la movilidad interna se vuelve una estrategia cada vez más adoptada (en el ámbito global aumentó un 20 % durante el último año).
Esta tendencia implica un mayor desarrollo de las acciones de learning and development (L&D) para catalogar las habilidades actuales de los empleados, vincularlas a las oportunidades de trabajo internas y desarrollar estrategias relevantes que les ayudarán a cubrir sus brechas de calificación. Esto, sobre todo, cuando la crisis laboral provocada por la COVID-19 está generando una significativa brecha de habilidades de programación.
En ese sentido, PwC señala que la escasez de talento dejará sin cubrir, en promedio, 3.5 millones de empleos en el ámbito de la ciberseguridad en el mundo, y que, si no se toman medidas, durante la próxima década, solo en Estados Unidos se generaría un déficit en la fuerza laboral que le costará USD 1.2 billones del producto bruto interno (PIB) a su economía. La recapacitación permitirá fortalecer la resiliencia de la fuerza laboral y de las organizaciones, así como su capacidad de recuperación.
La recapacitación le permite al colaborador mantenerse preparado para asumir nuevos roles en su organización y aportarle mayor valor. Asimismo, su perfil se vuelve más atractivo para el mercado laboral y mejoran sus posibilidades de optar por puestos de trabajo mejor remunerados a futuro.
Respecto a las empresas, la recapacitación les brinda tres beneficios esenciales:
Optimiza sus procesos y sistemas para ser más efectivas, mejorar su capacidad de contar y ofrecer productos y servicios de una manera más óptima y oportuna.
Reduce los costos y tiempos de adaptación de los trabajadores capacitados que forman parte de la empresa. Según la Society for Human Resource Management (SHRM), el costo promedio de reemplazo de un empleado asalariado es de seis a nueve meses de salario, lo que incluye costos de reclutamiento y capacitación.
Crece el nivel de involucramiento de los trabajadores con la empresa y se reducen los niveles y costos de rotación, porque se sienten más valorados por su organización. Según algunos estudios, solo la rotación puede representar alrededor del 12 % de los gastos de una empresa y hasta un 40 % para aquellas con una alta tasa de rotación.
Lo expuesto no solo revela una necesidad de las organizaciones, sino incluso de países, por trabajar en una constante actualización de las habilidades de su fuerza laboral para ser competitivos, lograr sostenibilidad y mantenerse vigentes.
En la siguiente entrega conoceremos las recapacitaciones más demandadas en el mercado actual y cuáles son los primeros pasos a seguir para implementarlas en la organización.
La recapacitación permite al colaborador mantenerse preparado para asumir nuevos roles en su organización y aportarle mayor valor.
Ph. D. en Administración por la IESE. Máster en Administración de la Información por ITESM. Ha sido directora de la Maestría de Organización y Dirección de Personas, y actualmente es vicerrectora académica en ESAN.
La gestión adecuada de los desechos en hospitales y empresas será claves para minimizar el riesgo de contagios en las próximas semanas y evitar un impacto negativo en la flora y fauna locales.