Durante los primeros cinco meses del año la balanza comercial agraria peruana mostró un superávit de US$ 3.3 millones. En esta línea, las exportaciones agrarias registraron un crecimiento de 22%, totalizando un valor de US$ 1753 millones, cifra superior en US$ 320 millones al mismo periodo en el 2013.
El comportamiento favorable de la agroexportación peruana se explica, principalmente, por el incremento de las ventas de productos como la uva fresca, la quinua, la palta, el mango y el cacao, entre otros.
Por otro lado, debemos destacar que durante este período las agroexportaciones no tradicionales crecieron 24.7%, mientras que las tradicionales cayeron 2.2%, reafirmándose no sólo el gran potencial de nuestros productos agrícolas no tradicionales sino que, tomando como referencia estas cifras positivas sostenidas por varios años, podríamos afirmar que el Perú se viene consolidando como exportador en este rubro.
Otra buena noticia es la diversificación del destino de nuestras exportaciones agrarias. Entre enero y mayo del 2014 son 135 los países destino. De estos, Estados Unidos es el principal mercado con el 24.9% del total. El segundo mayor destino fue Holanda (13.9%), luego España (5.6%), China (5%), Ecuador (4.9%) y Alemania (3.8%). Estos seis mercados concentran aproximadamente el 58.1% del total exportado.
Es evidente el esfuerzo por llevar adelante una política orientada a conquistar más mercados con mejores precios, utilizando como herramienta los tratados o acuerdos comerciales para sostener este actual ritmo de crecimiento y ampliar la oferta agraria. Sin embargo, a pesar de los alentadores números, si se desea consolidar esta tendencia positiva, todavía hay mucho por hacer.
De acuerdo con información del Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri), del total de la superficie agrícola del país, tan solo el 8% se destina a los mercados internacionales. Queda pendiente un gran trabajo de ampliación de la frontera agrícola, lo que incluye concretar esfuerzos en megaproyectos de irrigación tanto en el norte como el sur del país. El Gobierno estima que estas obras permitirán contar con más de 100 mil hectáreas de tierras disponibles bajo un sistema altamente productivo de agricultura moderna y competitiva, con riego tecnificado y mecanización del campo.
Otro tema inconcluso es la diversificación de la oferta exportable agraria. Si bien el Minagri viene implantando un programa que, según estimaciones, sustituirá 50 mil hectáreas destinadas a cultivos de consumo interno (arroz, algodón y azúcar) para dar paso a la producción de cultivos con vocación exportadora con el fin de aprovechar la demanda actual y futura de productos peruanos en los mercados internacionales, esta iniciativa no es suficiente.
Como se puede observar, hay una gran cantidad de oportunidades y retos para consolidar la exportación de los productos no tradicionales. Un primer paso que debemos rescatar y valorar es el Plan de Diversificación de Productiva recientemente aprobado por el Gobierno, el mismo que podría ampliar la canasta exportadora a mediano y largo plazo.
Confiamos en que este documento no se convierta en un informe o estudio teórico más, sino que facilite el trabajo con el sector privado reflejando un plan de acción realista que tenga como objetivo final la implementación de acciones concretas y de impacto en el sector agrícola. El futuro de la agroexportación peruana depende de ello.
¿Qué medidas se deberían implementar para hacer sostenible el crecimiento de nuestras agroexportaciones a pesar de la desaceleración económica mundial?
MBA por ESAN. Máster en Administración de Negocios de ESADE Barcelona - España. Master en European Human Resources Management, École de Management, Lyon - Francia. Abogada, Pontificia Universidad Católica del Perú. Ha sido asesora del Ministro de Industria y del Ministro de Comercio Exterior en diversas oportunidades. Jefa de la Mesa de Fortalecimiento de Capacidades Comerciales y Miembro del Equipo Negociador Peruano en la Negociación del Tratado de Libre Comercio con EE.UU. Profesora de la maestría de ESAN y conferencista internacional en diversos países como República Dominicana, Colombia, Ecuador y Vietnam. En la actualidad, es consultora para diversas instituciones y organismos multilaterales, como la Comisión de la Unión Europea y las Naciones Unidas.
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