Cuando hablemos de la minería peruana debemos darnos cuenta de lo que sucede en el mundo. España ha entrado técnicamente en recesión, lo que afecta a Europa en su conjunto. Alemania apenas crece. China disminuye su crecimiento. Mientras todo eso ocurre, en Perú nos damos el lujo de discutir si debe haber una mina o no, sin pensar en el contexto internacional.
Es importante ver el contexto porque la minería es uno de los factores de la bonanza económica del país, pues permite contar con las divisas que se necesitan para invertir en el desarrollo. Gracias a esos recursos vivimos sin crisis presupuestales o déficit fiscales. Esto último ya desapareció por completo. Y, por el contrario, contamos con superávit fiscales que nos permiten afrontar cualquier eventualidad en las finanzas públicas.
Ciertamente las divisas que obtenemos provienen del conjunto de las exportaciones, pero las realizadas por las compañías mineras constituyen un componente importante.
Hay quienes sostienen que de ninguna manera debiera haber minería, lo cual no es realista. Lo razonable es que haya una minería social y ambientalmente responsable.
Mucha gente dice "Conga no va", pero no reparan en que si Conga no va sería como dispararnos a los pies, quitándole a las inversiones el contexto de estabilidad que necesitan para desarrollarse. Por eso, es importante que el gobierno no ceda ante las presiones de quienes se oponen a la minería y continúe impulsando que el proyecto se concrete.
En ese sentido, Conga es un caso emblemático. Si no se hace ahora sería una muy mala señal a los inversionistas del mundo.
Coincido con quienes proponen que se debe desarrollar mayor valor agregado. La minería lo hace con el refinamiento de minerales en Cajamarquilla y en Ilo. Lamentablemente, todavía se exportan productos con poco procesamiento a países que tienen sus propias refinerías. Es necesario hacer un esfuerzo en ese sentido.
Confío en que la modernización del aparato productivo peruano nos conduzca hacia la producción de bienes de consumo más duraderos como electrodomésticos y automóviles. Si Corea lo hizo, habiendo estado hace 40 años atrás en condiciones inferiores a las de Perú, ¿por qué no podemos hacerlo nosotros? Pero no daremos ese gran salto si espantamos a los inversionistas.
Por otro lado, el problema es que somos un mercado pequeño, con 30 millones de habitantes. Países económicamente mucho más grandes han optado por proteger sus mercados, una opción costosa a largo plazo porque promueve la inflación en vez de la competitividad.
¿Cree usted viable lograr que se avance en la creación de valor agregado a partir de la minería, al punto que se lleguen a avances tecnológicos como los alcanzados por Corea?