Ahora, si llevamos el gas al sur del país sería muy beneficioso. Lo que sucede es que en Lima somos 9 millones de habitantes y en el sur son mucho menos. Por ello, es necesario también crear un polo petroquímico en el sur, ya sea en Marcona o Ilo.
También se puede buscar usuarios consumidores de energía en cantidades importantes, como algunas compañías mineras. Así se generaría una demanda en dimensiones tales que justifique inversiones orientadas a la atención de usuarios más pequeños y promover el uso del gas en el camino del ducto (Cusco, Puno y Arequipa).
Una pregunta importante es si hay o no más gas. Recientemente, el ministro de Energía y Minas, Jorge Merino, dijo que hay reservas suficientes que equivalen a tres Camiseas más. Eso es bueno, pero debe haber usuarios para dicho gas, porque de lo contrario no nos será de utilidad tener tantas reservas.
Otro tema es el ruido político, que es necesario atenuarlo. Veamos cómo en Bolivia las reservas de gas han caído considerablemente como consecuencia del ruido político, y de la falta de exploración.
El Perú tiene la suerte de haber sido bendecido por la abundancia de este recurso, pero esa bendición debe tener un complemento en la sensatez de los gobernantes para darle un uso adecuado que favorezca al mayor número posible de peruanos.
¿Considera usted que se están haciendo los esfuerzos necesarios como para detectar y desarrollar una mayor demanda -tanto interna como externa- para el gas natural?