A partir de esta definición podemos concluir que la base de las políticas y de la gestión pública es su aceptación y aplicación por parte del público, pero para llegar al "ciudadano de a pie", primero debe tener la aceptación de los funcionarios públicos encargados (su compromiso). En otras palabras, tomar en cuenta la aceptación de la política por parte de ambos (público y funcionarios) es fundamental para el éxito de una política pública.
Pensando precisamente que este éxito depende de la participación informada y convencida, el marketing social puede ser un excelente instrumento para la aplicación exitosa de una política pública.
Siguiendo la lógica de esta herramienta, primero se debe tener claro cuál es el público objetivo que debe aplicar esta política, teniendo en cuenta que el público primario es quien debe aplicar directamente lo planteado y el secundario quien puede ver afectado su trabajo con este política. La capacidad de definir adecuadamente el público es fundamental.
Luego tenemos que definir el instrumento de política; es decir, la propuesta específica que nos debe llevar a aplicar la política. También tenemos que saber que podría hacer que el público objetivo rechace o no quiera aplicar el instrumento de política, para mejorar la propuesta.
También es necesario definir los canales; es decir, cuáles son las instituciones que deben implementar la propuesta, las cuales deben ser dotadas de las capacidades para aplicar bien el instrumento de política. Al final, la comunicación (masiva, talleres, asesorías, etc.) deben basarse en este diseño e involucrar al público objetivo y los canales en el proceso.
En conclusión, aplicar el marketing social eleva la posibilidad de una aplicación exitosa de políticas públicas, más aún en un país tan heterogéneo como el Perú.
¿Qué acciones de marketing social plantearía usted para impulsar el correcto desarrollo de políticas públicas?