Cuando navegamos por internet y nos topamos con una noticia que nos impresiona, puede que nos olvidemos de verificar si la información es real o inventada para engañar a los lectores. Hoy muchas personas comparten este tipo de contenidos, guiados por sus titulares y sin tomar consciencia del daño que pueden ocasionar.
Las fake news, o noticias falsas, suelen emplearse con frecuencia en el ámbito político y empresarial. Por ejemplo, pueden surgir cuando un político o representante de alguna empresa brinda declaraciones a la prensa y sus comentarios son confusos. Por ello, los medios de comunicación cumplen un rol clave para verificar que la información publicada es válida.
Aun así, existen medios que difunden noticias falsas y son replicadas en las redes sociales, a pesar de ser exageradas o inverosímiles. Según estadísticas, estos contenidos impactan hasta un 70 % más que las noticias verdaderas. Las generaciones más jóvenes no suelen profundizar en el contenido de estas notas y suelen conformarse con leer solo los titulares antes de compartirlas.
Cuando estas noticias falsas buscan asustar a la población, pueden convertirse en psicosociales. Estos contenidos, usualmente difundidos por plataformas de mensajería, como WhatsApp, desinforman y alteran mucho a los lectores. Algunos ejemplos son los pishtacos de Huaycán, en el 2017, y las advertencias sobre un grupo de venezolanos que secuestraban niños, en el transcurso de este año.
La difusión de noticias falsas debe considerarse un delito muy grave en el Perú, debido a sus efectos perjudiciales en la población.
Cuando un psicosocial gana mayor difusión, se convierte en una suerte de teléfono malogrado, donde resulta cada vez más complicado detectar a la persona que lo inició. Por eso, antes de replicar este tipo de contenido, hay que buscar la documentación necesaria. Si los organismos oficiales demoran en desmentir la información, la histeria colectiva impedirá que crean la versión oficial.
La primera recomendación es fijarse con detenimiento en el titular de la noticia y buscarlo en Google para ubicar referencias en otros medios de comunicación más serios. También es posible buscar las imágenes y los videos para determinar si pertenecen a ese acontecimiento o han sido extraídos de noticias antiguas.
Muchas noticias falsas no tienen autor ni referencias bibliográficas, o enlaces de donde se extrajo la información difundida. En caso se ubique el nombre de un posible autor, es mejor buscar su perfil en internet para saber cuán confiables son sus publicaciones. También es importante que el lector desarrolle su pensamiento crítico para revisar el texto con detenimiento y evaluar si es verídico.
Si bien no existe una norma específica para este tipo de delitos, el Código Penal contempla los delitos que perturben gravemente la paz pública en su artículo 315-A. Se considera perturbación grave a todo acto por el cual se difunda o ponga en conocimiento de la autoridad pública, medios de comunicación social o de cualquier otro por el cual pueda difundirse masivamente la noticia, la inminente realización de un hecho o situación falsa o inexistente, relacionado con un daño o potencial daño a la vida e integridad de las personas o de bienes público o privados.
En el ámbito empresarial, las empresas deben hacer un seguimiento a todas las conversaciones que tienen sus clientes sobre ellos. Las redes sociales son abiertas, no existen restricciones y cada quien puede opinar lo que desee. El objetivo es desinformar, generar confusión y caos. ¿Qué otras medidas de seguridad deberían tomarse para frenar la difusión de noticias falsas? Déjanos tu opinión.
La difusión de noticias falsas debe considerarse un delito muy grave en el Perú, debido a sus efectos perjudiciales en la población.
MBA de ESAN con especialización en Sistemas y tecnologías de la información. Licenciado en Ingeniería Industrial de la Universidad Fidelitas de Costa Rica. Experiencia profesional en empresas manufactureras y de servicios. Ha sido coordinador general del MBA de la Universidad ESAN y Director Ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Escuelas de Administración (CLADEA). Es Jefe de Marketing de ESAN Graduate School of Business.
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