La capacidad de comprender y gestionar las emociones propias y de los demás influye de manera significativa en el rendimiento individual y colectivo en el entorno laboral. El gran problema es que pocos hemos sido formados en la materia y hoy se habla de una sociedad analfabeta a nivel emocional.

Ambientes cambiantes

En el actual entorno laboral, caracterizado por ritmos acelerados y demandas constantes, la inteligencia emocional representa un baluarte invaluable. Los individuos con una sólida inteligencia emocional son capaces de gestionar el estrés de manera efectiva y evitar, así, el agotamiento y los conflictos interpersonales. La habilidad para reconocer, comprender y regular las emociones, así como para interpretar y responder de manera adecuada a las emociones de los demás, es una herramienta esencial para navegar los desafíos diarios.

Competencia para la resiliencia

Si bien la resiliencia aún es una incógnita para el mundo científico, para saber si proviene de bases genéticas, los psicólogos y la comunidad científica han demostrado que, a través de una correcta gestión de las emociones, podemos hallar un camino apropiado para fortalecer nuestras competencias y afrontar los grandes desafíos de la vida. Por ello, la inteligencia emocional es una materia de estudio importante que todo profesional debe incorporar en su caja de herramientas.

Aprendizaje ejecutivo

La idea de que el ser humano es un ser racional ha quedado en el pasado. Hoy, las neurociencias han demostrado que más del 70 % de nuestras decisiones son inconscientes y que se gatillan como respuesta a nuestros miedos ocultos. Por ello, la gestión de las emociones es clave para que las tomas de decisiones en las organizaciones sean acertadas. Toda decisión que tomamos al sufrir estrés podría tener consecuencias drásticas si no logramos regresar a una sensación de paz y tranquilidad.

Por eso, hoy los ejecutivos más exitosos practican técnicas para desarrollar su inteligencia emocional, tales como llevar un diario emocional, darles nombres a sus emociones, practicar mindfulness y contar con un coach para entender mejor su actuar y el impacto de sus decisiones.

Beneficios para la organización

Un equipo con una alta inteligencia emocional aporta numerosos beneficios a la organización. Los conflictos se resuelven de una manera más eficiente, la comunicación fluye de manera más efectiva y la toma de decisiones se fundamenta en un entendimiento más profundo de las implicaciones emocionales. Además, los empleados con una inteligencia emocional desarrollada suelen estar más motivados, son más resilientes y se adaptan mejor a los cambios. Estos factores son cruciales en un mundo empresarial dinámico.

Acciones para desarrollar la inteligencia emocional

Para fomentar la inteligencia emocional en el negocio, es necesario implementar programas de formación en habilidades sociales y emocionales, y de coaching individual y grupal. Asimismo, se necesita crear un entorno que promueva la empatía y la colaboración. El fomento de la retroalimentación constructiva y el establecimiento de un liderazgo que ejemplifique la inteligencia emocional son pasos cruciales para crear una cultura organizacional emocionalmente enriquecida.

Sin lugar a dudas, la inteligencia emocional está al orden del día. Si revisamos la cartelera internacional, la película más taquillera del momento es Intensamente 2. En esta cinta, se incorporó una nueva emoción como personaje: la ansiedad. Ello refleja una sociedad que necesita orientación y herramientas sobre este tema, pero, sobre todo, una formación de calidad. ¿Cómo se trabaja la inteligencia emocional en el interior de tu organización? Cuéntanos tu experiencia.

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