Se asume que evaluar y aprobar proyectos de inversión es un tema netamente técnico, que busca maximizar el valor de los accionistas al elegir proyectos con VAN positivo (medida de creación de valor esperada de un proyecto). Nada más alejado de la realidad. También debemos considerar aspectos estratégicos y ser conscientes de los incentivos en su aprobación.
Cuando una compañía evalúa los proyectos para aprobarse el siguiente año, lo primero que debe evaluar es si dichos proyectos se alinean con la estrategia de la empresa: si están dentro de la visión y misión de la empresa, por ejemplo. Es cierto que podría darse el caso en el que se presenta la oportunidad para entrar a un nuevo negocio, el mismo que no es parte de la estrategia de la organización. Eso también estar claro a la hora de evaluar y ponderar las bondades del proyecto, teniendo en cuenta que es posible que no tengamos los recursos y capacidades para crear valor en este nuevo negocio, por lo que tendríamos que desarrollarlos o "comprarlos".
Al momento de evaluar los proyectos, este ejercicio de evaluación nos debería llevar a "pensar" en la estrategia, la ventaja competitiva y el modelo de negocio de la empresa que ejecutará el proyecto. Cuando las diferentes áreas de una compañía presentan sus proyectos de inversión para el ejercicio siguiente, es importante analizar en cómo se contribuirá al logro de la estrategia de la empresa y a su consolidación competitiva
Si el proyecto implica el uso de una tecnología en lugar de otra más económica, pero que permitirá mejorar la calidad, ofrecer una mejor propuesta de valor o ajustarse más rápidamente a los gustos y preferencias de tus clientes, entonces probablemente contribuirá a la estrategia de diferenciación. En este caso, se evaluará la contribución del proyecto en la consolidación o el logro de ventajas competitivas (diferenciación), y cómo encaja en el modelo de negocio de la empresa.
Si la empresa tiene una estrategia de liderazgo en costos, eventualmente, deberá evaluar si los proyectos mejoran la productividad o eficiencia. Es decir, se debe responder a la pregunta, ¿la aprobación de este proyecto me ayudará a conseguir mis objetivos estratégicos?
Si la empresa tiene una estrategia de liderazgo en costos, eventualmente, deberá evaluar si los proyectos mejoran la productividad o eficiencia. Es decir, se debe responder a la pregunta, ¿la aprobación de este proyecto me ayudará a conseguir mis objetivos estratégicos?
Se debe evaluar si las ideas de inversión se circunscriben a la estrategia de la empresa. Una empresa con restricciones de capital entre dos proyectos que generen valor, en principio, debería elegir el que consolide la estrategia de la empresa. También hay excepciones, claro está, ya que puede querer cambiar de estrategia y/u objetivos.
Por otro lado, hay que tener cuidado con los incentivos. Por ejemplo, una empresa tiene un nivel de ventas de 300 y tiene dos proyectos a evaluar: A y B. Solo puede aprobar uno de los dos por restricciones de capital o porque son mutuamente excluyentes. El proyecto A tiene unas ventas de 100 y un VAN de 10. El proyecto B tiene unas ventas de 40 y un VAN de 20.
¿Qué proyecto debería aprobarse a fin de maximizar el valor para los accionistas? Obviamente el proyecto B porque tiene un mayor VAN esperado. Sin embargo, el Gerente General y/o el Gerente Comercial podrían preferir aprobar el proyecto A. ¿Por qué? Porque parte de su remuneración podría estar en base al nivel de ventas y el proyecto A tiene un mayor nivel de ventas que B, aunque un menor VAN.
Otra razón podría ser el "ego" del Gerente General. Siempre es mejor jactarse de dirigir una empresa con ventas de 400 (300 + 100) que de 340 (300 +40). Puede suceder, también, que el proyecto A ha sido propuesto por el Gerente General y/o por un Gerente con mucho "peso" en la organización, y que por un tema de "orgullo" personal no permitirá que una idea suya sea rechazada.
Entonces, hay otro tipo de consideraciones en la aprobación de proyectos, como las consideraciones políticas que influyen en la evaluación y aprobación de proyectos de inversión.
Por lo tanto, hay que tener cuidado con la clase de incentivos que se dan a los directivos, e implementar los controles necesarios para asegurarnos que se están tomando las mejores decisiones con el fin de maximizar el valor de la empresa, que es de los accionistas. Al final del día lo más relevante no son las herramientas, sino las personas y su comportamiento.
Si la empresa tiene una estrategia de liderazgo en costos, eventualmente, deberá evaluar si los proyectos mejoran la productividad o eficiencia. Es decir, se debe responder a la pregunta, ¿la aprobación de este proyecto me ayudará a conseguir mis objetivos estratégicos?
Doctorado en Administración y Dirección de Empresas en UCM. Más de 20 años de experiencia profesional en áreas financieras de empresas industriales y de servicios. Director de empresas familiares Profesor de la Universidad ESAN.
Economista. Experiencia profesional en áreas financieras de empresas industriales y de servicios y en asesorías en reestructuraciones empresariales, en evaluación de proyectos, en valorización de empresas, en asesoría en el proceso de compra–venta de empresas, en Implementación de sistemas de planeamiento y control de gestión y cuadros de mando (Balanced scorecard), entre otros. Actualmente asesor y consultor de empresas y director en empresas familiares.
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