Con el avance arrollador de la tecnología y ante el actual panorama de incertidumbre y crispación, también se incrementó la difusión de noticias falsas o fake news a través de diversos canales digitales. Estos contenidos se crean para generar confusión, indignación, corrientes de opinión sobre un tema específico y hasta un clima de inestabilidad en la sociedad; siendo esparcidos por fuentes anónimas a través de redes sociales y aplicaciones de mensajería.
En el contexto electoral de la segunda vuelta en el Perú, las fake news se han orientado a influir en la toma de decisiones en el proceso electoral, desprestigiar instituciones públicas, entidades privadas o personas, generar falsas creencias sobre presentes y futuros escenarios sociales, todo ello con el fin de obtener ganancias económicas o réditos políticos.
Las fake news suelen construirse con un hecho verídico, sobre el cual se construye una realidad tergiversada o distorsionada que busca generar un fuerte impacto emocional o indignación en las personas. Es precisamente ese sentimiento generado el que hace que dichos contenidos se compartan y "viralicen" en las redes sociales. Las características de las fake news pueden resumirse en las tres "f" que exponemos a continuación.
1. Fuente: Las fake news suelen apoyarse en el anonimato o en una fuente personal no identificada ("un amigo", "alguien de dentro", "un funcionario", etc.). Por ello, es fundamental contrastar la información con las instituciones oficiales involucradas o con los medios de comunicación formales y reconocidos, a través de sus portales web o redes sociales para asegurarnos de que sea cierta.
2. Formato: Las fake news suelen tener un formato predeterminado. Audios que transmiten la noticia falsa con un tono de gravedad, videos o imágenes que pueden ser verdaderas pero que han sido sacadas de contexto, e inclusive noticias falsas "armadas" en el formato de un medio de comunicación para generar la sensación de veracidad.
3. Fondo: Las fake news tienen un contenido que apela a la emocionalidad para que el público deje de lado la racionalidad. Al impactar, al generar zozobra, asombro o verse alterada la tranquilidad del receptor, este suele ser reactivo por lo que tiende a compartir el contenido recibido haciendo que se cumpla el objetivo del generador de la noticia falsa: que esta se expanda rápidamente.
La receta para no ser un vehículo más que difunde noticias falsas es simple: basta con detenerse unos minutos para inclinar la balanza hacia el lado racional y verificar si el contenido recibido tiene las características antes descritas.
En medio de la difusión de tantas fake news, es destacable el trabajo de verificación de noticias (fact-checking) realizado por entidades públicas como la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) y el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), así como de algunas instituciones privadas. Esta práctica debería instaurarse en todos los medios de comunicación, no solo para aumentar la confianza de los ciudadanos hacia ellos sino también para mejorar su reputación.
Es importante que se vuelva costumbre el verificar las noticias que recibimos antes de compartirlas. Este hábito beneficiará a toda la sociedad, pero sobre todo a los adultos mayores y otros públicos vulnerables altamente sensibles, que puedan tener smartphones u otros dispositivos digitales pero que no necesariamente tienen la capacidad de realizar la verificación.
Dado que los jóvenes y adolescentes saben usar muy bien las redes sociales y las aplicaciones de mensajería instantánea, son ellos los llamados a que -en primera instancia- incorporen la práctica de la verificación en sus hábitos digitales. La verificación de noticias es una práctica que puede contribuir a la seguridad de la sociedad y contribuye con la salud mental de la población.
Coordinador académico de los Diplomas Internacionales en Comunicación de ESAN. Asesor, consultor y conferencista en temas comunicacionales. Socio principal de ANTEZANA Comunicación Corporativa. Creador y organizador del Congreso Suramericano de Comunicación Corporativa - COMUSUR y académico fundador de la Cátedra Itinerante de la Nueva Teoría Estratégica (CiNTE). Se ha desempeñado como Ejecutivo de Planificación Estratégica y de Comunicación Corporativa en CAF – Banco de Desarrollo de América Latina; y como Director de Comunicaciones y Protocolo en el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo del Perú (MINCETUR). MBA por la Universidad Politécnica de Madrid, España. Coach ontológico certificado por The Newfield Network.
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