No solamente los proveedores, sino también muchos renombrados teóricos, indican que, dado que los sistemas de Planificación de Recursos Empresariales (ERP por sus siglas en inglés) son desarrollados utilizando las mejores y más reconocidas prácticas mundiales de gestión empresarial, implantar un sistema de este tipo en una empresa significa desde ya adoptar dichas prácticas y alinearse a las mismas.
Por su parte, los defensores de la posición contraria afirman que es indispensable que, antes de proceder a la compra de un ERP, se haga un análisis de cómo se están llevando los procesos actualmente en la empresa y trabajar en una mejora de los mismos, para finalmente recién decidir qué herramienta va a soportar estos procesos mejorados.
Los adscritos a esta posición mantienen apreciaciones en el sentido de que, si bien la segunda alternativa suena más lógica, representa a su vez un peligro de que los plazos y la inversión se vean incrementados. Y en parte tienen razón, dado que lo más probable es que la empresa no pueda utilizar el ERP por un plazo de por lo menos dos años, con el costo que eso implica: no tener sistema, seguir haciendo todo el análisis de mejora de procesos, etc1.
A pesar de estas dificultades, creemos que esta opción sigue siendo a la larga la mejor, pues por lo que hemos podido observar, a las empresas que han optado por tomar el ERP e implementarlo inmediatamente sin una revisión de sus procesos, no les ha ido bien. Muchas ellas han llegado a un momento en que se han visto impedidas a detener la ejecución del software y reformular sus procesos para luego retomar la implantación del sistema.
Por lo tanto, lo ideal es implementar el sistema ERP solo después de haber realizado una mejora de los procesos y, en este punto, existen una serie de metodologías para hacerlo. Una de ellas indica que el ERP puede irse adoptando por partes, evitando así un impacto fuerte en la organización. Por ejemplo, podría empezarse primero por el back office, luego el área de ventas, la post-venta, etc.
La metodología opuesta es la del big bang, la cual busca implementar de una sola vez el ERP y que evidentemente causa mayor impacto en la empresa. Pero, y a pesar de que pueda sonar ilógico, lo mejor en estos casos es tomar este camino y volcarse al nuevo sistema de un solo golpe en lugar de hacerlo por partes.
Desde su punto de vista, ¿en qué momento debe una empresa implementar un ERP?
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1 Existen algunos proveedores que ofrecen implementar el ERP en un máximo de 6 u 8 meses, pero lo hacen con los procesos tal cual funcionan actualmente. Esto, en palabras del profesor David Ritchie, significaría estar pavimentando la obsolescencia.
Profesor en la Maestría de Project Management de la Universidad de ESAN. Expositor en temas de Tecnología de Información, mejoramiento de procesos, y Gerencia de Proyectos, así como de Supervisión y Fiscalización de Energía e Hidrocarburos, en diversas entidades y universidades. Conferencista nacional e internacional en India, China, Brasil, Colombia, España, Canadá, México y República Dominicana.
Doctorando en Ingeniería Informática por la Universidad del País Vasco, España. Magister en Gestión de Tecnologías de la Información de doble grado por la Universidad ESAN y la Universitat Ramón Llull, España. Asimismo, tiene estudios de Maestría en Administración de Empresas por la Universidad de Deusto, España. Economista Titulado por la Universidad de Lima, Colegiado por el CEL. Bachiller en ingeniería de Sistemas por la Atlantic International University (USA). Miembro activo y conferencista nacional e internacional del Project Management Institute – PMI Past Vice Presidente del PMI Lima-Perú Chapter.
Business Process Management es una disciplina gerencial que emplea métodos para detectar, modelar, estudiar, medir y optimizar tanto las estrategias como los procedimientos de un negocio.
La gestión del alcance incluye todos los procesos necesarios para asegurarnos que nuestro proyecto contenga todas las labores requeridas y tan solo esté para completar el trabajo satisfactoriamente. Su objetivo principal será definir y controlar qué se incluye y qué no en el proyecto.
La gestión del alcance incluye todos los procesos que se necesitan para asegurarnos de que nuestro proyecto contenga todo lo requerido para completar el trabajo satisfactoriamente. Su objetivo principal es definir y controlar qué se incluye y qué no se incluye en el proyecto.