Desde una perspectiva práctica, sabemos que las tecnologías y conocimientos avanzan, cada vez a más velocidad. Cuando los egresados salen al mercado, muchos de los conceptos aprendidos en sus universidades o institutos ya están obsoletos, por lo que deben revisarlos antes de ponerlos en práctica en sus respectivos trabajos.

Desde otro punto de vista, una carrera profesional no es la suma de recetas aportadas por los profesores de los diferentes cursos, sino los principios, las teorías y los valores que estos imparten y ejemplifican, y que posteriormente se ponen en práctica a través de casos, lecturas y exámenes.

De nada vale un profesional con altos conocimientos técnicos sino cuenta con una escala de valores ideal para evitar que su técnica se ponga al servicio de los más bajos instintos humanos. De nada ayuda a la sociedad un técnico o un profesional cuyos conocimientos han sido superados apenas terminada su carrera debido a que sus profesores no se han renovado y, en consecuencia, repiten semestre a semestre la misma monserga sin estar acompañada de nuevas experiencias.

El profesional debe recibir dos clases de conocimientos: conocimientos básicos generados por docentes de sólida y dinámica preparación e historias asimiladas por la experiencia de profesores que vienen de una rica experiencia laboral, como empresarios o consultores profesionales.

Uno y otro conocimiento se complementan. El primero, prepara las bases teóricas que deben revisarse continuamente a través de la investigación. El segundo, permite la aplicación práctica de la teoría en la vida real. En este punto es necesario mencionar que los profesores que imparten estos conocimientos están en un mismo nivel. Ninguno es más importante que el otro. Se necesitan mutuamente y sus respectivas actividades deben ser coordinadas, en caso contrario, el alumno podría terminar confundido.

Si ambos conocimientos se imparten adecuadamente no debe preocuparnos que los alumnos de una carrera estén trabajando en otra rama profesional porque a través de su preparación siempre estarán listos para adquirir nuevos conocimientos actualizados, los mismos que tienen como base los conceptos, principios y valores anteriormente recibidos. Una persona preparada de esa forma, estará lista para adaptarse a los retos de su nuevo campo profesional, como en muchos casos sucede en la vida real.

Por más que los técnicos del Gobierno insistan en articular carreras con el campo laboral para, según ellos, mejorar la productividad del país, se encontrarán que la dinámica del conocimiento es mayor que la estática de la articulación. Es como querer vaciar el mar con un vaso.

¿Cuál considera que es la mejor vía para articular egresados con el mercado laboral?

Esta entrada contiene un artículo de:

Eduardo McBride Quiroz

Profesor del área de Mercadeo. Master of Education, University of Pittsburgh, Pennsylvania, USA. Bachiller en Zootecnia, Universidad Nacional Agraria La Molina, Perú. Profesor del MBA Tiempo Parcial de ESAN