En nuestra sociedad se tiende a creer que los conocimientos y las técnicas gerenciales que aprendemos en la universidad o la escuela de negocios solo resultan adecuados para las empresas de sectores especializados o de gran tamaño. Sin embargo, la observación y el análisis son aspectos igual de importantes para el desarrollo de los pequeños negocios tradicionales. 

Productos con valor agregado

Muchas veces, los directores o gerentes de compañías de gran tamaño piensan que el diseño y la aplicación de estrategias de negocios en base a recursos, capacidades y entorno solo se relacionan con estos sectores. Lo cierto es que estos planes, aunque parezcan sofisticados, también funcionan en la base de los negocios más pequeños e, incluso, pueden servir de estímulo para otras empresas. 

Michel Porter, experto global en estrategias de negocios y docente de Harvard Business School, propone la diferenciación de productos como una estrategia empresarial, en base a fuentes como el marketing y la publicidad. Así, el consumidor valorará más este producto que el de los otros competidores y estará dispuesto a pagar un precio mayor, situación que repercutirá de manera positiva en el negocio, sus inversionistas y sus trabajadores. 

Estrategias en el Perú

Existen empresas peruanas de actividades tradicionales que supieron adoptar estrategias de diferenciación en cuanto a su producción. Una de ellas es Montcafé, mediante su producto Musa Café femenino. Cultivado en la provincia de Rodríguez de Mendoza (Amazonas), el café es elaborado fundamentalmente por mujeres y se sirve en envases rosados con una silueta femenina.

Un mayor conocimiento de las técnicas de diseño de estrategias empresariales es útil en cualquier negocio, no solo para las empresas con gran avance o con una imagen de mayor sofisticación.

El consumidor es consciente de las dificultades que afrontan las mujeres en algunas zonas agrícolas y encuentra un valor adicional en este café frente al de otras marcas: su compra le permite apoyar a este grupo poblacional. Es una forma de diferenciar el producto, basado en las personas que trabajaron para lograrlo, y trasmitir una causa social mediante su compra. 

Un caso similar es el de la cooperativa Asproc-NBT, integrada por pequeños productores de cacao de la provincia de Tocache (San Martín). La producción de este grano supone un riesgo de deforestación en áreas tropicales con alto valor ecológico. De nuevo, la toma de conciencia de los consumidores sobre el cuidado del medioambiente ha impulsado formas de acreditar el modo de producción. 

En el caso del cacao, el sello UTZ acredita ciertos requisitos de carácter medioambiental en su cultivo. Los consumidores europeos y estadounidenses que han desarrollado su sensibilidad hacia esta situación valoran más el cacao producido bajo estos procedimientos y algunas marcas solo elaboran chocolates con cacao certificado con UTZ. El esfuerzo de Asproc-NBT brinda mayor valor a sus productos. 

Es hora de replantear

Los ejemplos señalados evidencian cuánta cabida tienen las estrategias de diferenciación basadas en el proceso de producción, con estrategias de marketing en consonancia, en todos los sectores y actividades. Por ello, un mayor conocimiento de las técnicas de diseño de estrategias empresariales es útil en cualquier negocio, no solo para las empresas con gran avance o con una imagen de mayor sofisticación. 

Es necesario estimular a los responsables de los negocios -grandes o pequeños, y de sectores modernos o tradicionales- a replantearse la estrategia que siguen. ¿Consideran que es la más adecuada en el siglo XXI o prefieren continuar con la inercia del pasado? ¿Son conscientes de que el conocimiento desarrollado en el ámbito de la gerencia y diseño de estrategias también aplica a sus negocios? ¿Cómo es la situación en tu compañía? Compártenos tu opinión.