La estrategia de negocio puede entenderse como un conjunto de actividades que permitirán que nuestra empresa alcance una ventaja competitiva que sea sostenible en el tiempo para posicionarnos en el mercado. Aunque hay una diversidad de opciones, suelen existir algunos paradigmas que se consolidan por determinados periodos. 

La novedad como recurso

En la actualidad, hay dos opciones bien marcadas de estrategias de negocio. Por una parte, observamos una gran tendencia a estimular el consumo mediante el lanzamiento de continuas novedades que, en ciertos casos, no son tales, sino tan solo mejoras marginales. Incluso, se emplean técnicas de "obsolescencia programada" para generar ciclos de vida del producto cada vez más breves. 

Esta estrategia la encontramos en casi todos los sectores. Por ejemplo, los "superalimentos" de hace pocos años han dado paso a otros nuevos. Asimismo, los destinos vacacionales de moda van cambiando cada lustro y el periodo de exhibición de películas es cada vez más corto, por no hablar de la duración de los productos electrónicos o tecnológicos.

Una tendencia actual es el deseo de personalizar cada producto, desplazando el centro de interés de las características físicas del mismo hacia evitando centrarse en sí mismo, sino más bien en la experiencia que genera su consumo o posesión.

Por otro lado, existe una mayor atención al cliente y el deseo de personalizar cada producto desplazando el centro de interés de las características físicas del mismo hacia la experiencia que genera su consumo o posesión. En este sentido, la búsqueda de aquellos factores que el cliente valora, más allá de las características físicas del bien o del servicio, es un elemento clave para el diseño de una estrategia de éxito. 

Convivencia de modelos de negocio

A pesar de estas tendencias primordiales, la diversidad de la sociedad favorece que existan distintos modelos de negocio al mismo tiempo. Aunque se ven elementos y fuerzas que tienden a la uniformización, también podemos encontrar factores que introducen diversidad. 

A modo de ejemplo, podríamos señalar que, en un sector clásico como es la alimentación, descubrimos que las preferencias son cada vez más diversas. Tenemos consumidores que valoran fundamentalmente el costo de los productos, como también a los que inciden más en el sabor y los que valoran el carácter local de la producción, el bienestar animal o la garantía que brinda una gran empresa que lo respalda. 

Al final, la estrategia para tener éxito en cada uno de estos segmentos de mercado es diferente. Mientras esta diversidad se mantenga, siempre será posible la coexistencia de distintos modelos de negocio. ¿Qué tipo de estrategia emplean en tu organización? Cuéntanos tu experiencia.