La educación ambiental identifica las relaciones e interacciones que ocurren entre el medio ambiente y el hombre. También tiene como objetivo promover la relación que existe entre las actividades humanas y la naturaleza a través del desarrollo sostenible para garantizar una alta calidad de vida de las generaciones futuras. En el Perú, gran parte de los problemas ambientales son causados por la baja conciencia comportamental de la población en este ámbito. Por ello, es fundamental informar a la población sobre temas relevantes e impulsarlos a adoptar un comportamiento adecuado. En este artículo, analizaremos la situación de la educación ambiental en el Perú.
El 26 de enero se celebró el Día Mundial de la Educación Ambiental, que busca generar conciencia sobre nuestros hábitos y comportamientos en relación con nuestro consumo y gestión de residuos y desperdicios, en línea con la preservación de la naturaleza y los ecosistemas que la componen. Sin embargo, cabe cuestionarse cuál es el impacto de este tipo de conmemoraciones que suelen tener un corte más declarativo que activo, es decir, tiene una buena intención, pero poco entendimiento sobre su verdadero impacto. Por eso, es válido revisar la situación educativa en materia ambiental, empezando por casa.
En julio del 2021, se aprobó la Política Nacional del Ambiente (PNA) al 2030, que busca generar competencias como la protección, el consumo responsable, el compromiso y la gestión ambiental de manera transversal en el currículo educativo básico y en los centros de educación técnico-productiva, institutos tecnológicos, pedagógicos y en la educación universitaria.
A través de ellos, se busca llegar a toda la ciudadanía en general para que participe de manera activa en la gestión ambiental. Además, constituye la base para la conservación del ambiente, en busca de asegurar el uso sostenible, responsable, racional y ético de los recursos naturales y del medio que lo sustenta para contribuir con el desarrollo integral, social, económico y cultural de la ciudadanía.
La PNA fue elaborada mediante un proceso participativo y descentralizado, con participación del público nacional, regional y local, proveniente de los sectores público y privado, la academia, los organismos no gubernamentales (ONG) y los representantes de los pueblos indígenas u originarios. Asimismo, se desarrolló una consulta pública de sus componentes principales, que permitió recibir más de 450 propuestas de mejora.
En nuestro país, la educación ambiental constituye un proceso educativo integral que se presenta a lo largo de la vida del individuo para permitirle adquirir los conocimientos, las actitudes, los valores y las prácticas necesarias para que pueda desarrollar sus actividades ambientalmente adecuada para aportar al desarrollo sostenible del país (artículo 127.1 de la Ley N.o 28611, Ley General del Ambiente). Asimismo, promueve una conciencia y cultura de conservación y valoración del ambiente, y de prevención frente a los riesgos de desastre, en el marco del desarrollo sostenible.
El Ministerio de Educación (Minedu) es la entidad encargada de orientar los procesos educativos de la educación ambiental hacia la formación de personas con conciencia crítica y colectiva sobre la problemática ambiental y la situación de los desastres naturales, así como su relación con la salud, la pobreza y la desigualdad social, y el agotamiento de recursos naturales, entre otros aspectos. Además, fortalece el ejercicio de una ciudadanía con conciencia ambiental para el desarrollo sostenible y la capacidad de adaptación a eventos climáticos inesperados.
En este aspecto, es importante realizar un seguimiento a los docentes, directivos, especialistas, brigadistas de educación ambiental y gestión del riesgo de desastres para el desarrollo de acciones relacionadas con la aplicación del enfoque ambiental en las instituciones educativas. La finalidad es formar ciudadanos ambientalmente responsables, capaces de decidir, participar y comprometerse con el desarrollo sostenible de su contexto, además de asumir una actitud reflexiva y crítica ante los problemas globales y su impacto.
El reporte de logros ambientales es el proceso mediante el cual las instituciones educativas de educación básica de todo el país difunden las acciones que desarrollan relacionados con la aplicación del enfoque ambiental. Este sustento se encuentra en la Resolución Viceministerial No006 2012-ED, perteneciente a la Política Nacional de Educación Ambiental y la Ley General de Educación. Se desarrolla de manera anual y forma parte de las orientaciones para el desarrollo del año escolar.
En ese marco, existe un instrumento de medición de logros ambientales en el Perú llamado matriz de logros ambientales, que mide y determina el nivel de logro alcanzado por las instituciones educativas de todo el país en materia ambiental. En consecuencia, y según lo establecido en el Plan de Nacional de Educación Ambiental (Planea), la matriz de logros ambientales evalúa las actividades de aplicación del enfoque ambiental en la gestión escolar y sus componentes en materia de cambio climático (basado en la tesis antropogénica de este) y educación en ecoeficiencia, salud y gestión del riesgo de desastres.
No obstante, en el 2022, se realizaron algunas modificaciones en la matriz de años anteriores, debido al retorno a la presencialidad. En el contexto de la planificación de la Política Nacional de Educación Ambiental, se incorporó de manera adicional el componente de educación en biodiversidad, por lo que se conformó la Brigada de Educación Ambiental y Gestión del Riesgo de Desastres, así como las funciones de los brigadistas.
Los fines y objetivos de la educación ambiental son claros. Se busca impartir conocimientos y desarrollar actitudes, habilidades y un sentido de responsabilidad que permita a las personas tomar las medidas necesarias para preservar la naturaleza y todos sus componentes. Esta formación toma en cuenta la criticidad de las cuestiones ecológicas y pretende desarrollar la aptitud necesaria para un comportamiento responsable con el medioambiente desde los primeros días de vida del individuo.
Debemos considerar que la educación no basta por sí sola, pues muchas actitudes y comportamientos ambientales de las personas están condicionadas por diversos factores como el grado de educación, su lugar de residencia, su nivel socioeconómico y sus raíces culturales, entre otros factores. Es necesario medir este tipo de planes educativos mediante indicadores y métricas que permitan de manera tangible conocer los verdaderos efectos de una cultura y educación medioambiental en todo el país.
*Sandor Lukacs de Pereny es docente de los Programas en Sostenibilidad de ESAN
La educación ambiental imparte conocimientos y desarrolla actitudes, habilidades y un sentido de responsabilidad que permita a las personas tomar medidas para preservar la naturaleza y todos sus componentes.
Ph.D. en Organization and Management por la University of New South Wales (UNSW), Australia (becario UNSW). Master in International Development (Sustainability Major) por la University of Pittsburgh, EEUU (becario Fulbright). Posee más de 20 años de experiencia laboral. Fue Jefe de Desarrollo Sostenible en Alicorp donde se enfocó en temas medioambientales como la gestión del agua y energía, abastecimiento sostenible y optimización del tratamiento de residuos sólidos y reciclaje. También, ha sido Jefe de Operaciones para Sodexo Perú y Sodexo Argentina, destacando entre sus labores la gestión logística en sitios remotos y el desarrollo de cadenas productivas sostenibles. Adicionalmente, se desempeñó como consultor senior para el Mincetur como parte del plan de mejoras de gestión operativa de empresas turísticas de Arequipa y Lambayeque. Ha sido docente en programas de pregrado, posgrado y educación ejecutiva en USIL, UPC, ESAN y UNSW.
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