Las estrategias de marketing digital suelen dirigirse al nativo digital. Sin embargo, es necesario comprender las diferencias que existen en los consumidores en términos de su cercanía hacia la tecnología, especialmente si estas diferencias redundan en un comportamiento de consumo distinto. En este artículo conoceremos a un nuevo actor del ecosistema digital: el inmigrante digital.
A pesar de la obligatoriedad por conocer el ecosistema digital, sus habitantes aún nos resultan desconocidos. Por ello, el proceso de segmentación tradicional basado en edad, género, ingreso, niveles socioeconómicos e, incluso, estilos de vida (Arellano, 2000), ya no resulta del todo aplicable o debe ser abordado de una manera distinta.
Y es que el consumidor de un entorno digital presenta una lógica de comportamiento que no corresponde a las variables de segmentación tradicional. No todas las marcas tienen como clientes a jóvenes de 18 a 30 años, sofisticados, expuestos a las redes sociales, e innovadores en su adopción de nuevas tecnologías. Es decir, no todas las marcas le hablan a un público de nativos digitales. Su cliente, quizás, resulte ser un inmigrante digital, lo que los obliga comprender quiénes son y qué factores mueven su comportamiento.
El concepto nativo digital, acuñado por el profesor Mark Prensky (2001), hace referencia a un grupo de consumidores que ha crecido expuesto a la tecnología y, por lo tanto, presenta un lenguaje (de ahí la analogía) que les permite procesar, aprender y proponer nuevos usos para distintos dispositivos y aplicaciones. Los nativos digitales presentan características que los convierten en consumidores muy particulares.
En contraposición a los nativos digitales, existe un grupo para quienes lo digital es una segunda lengua y cuyo acento delata su origen analógico. El inmigrante digital se adapta al proceso tecnológico de una manera más pausada.
Es tal su cercanía y actitud positiva hacia la tecnología que no conciben entretenerse, relacionarse, informarse o estudiar sin tecnología. El consenso es que, aquellos nacidos después 1985 -coincidiendo en gran medida con la generación millennial- son por naturaleza nativos digitales. Aunque la edad en este caso es una buena referencia, no es posible afirmar que la condición de nativo digital se atribuye a una edad específica.
Geoffrey A. Moore (1999), autor del bestseller "Crossing the Chasm: Marketing and Selling High-Tech Products to Mainstream Customers", propuso un modelo de adopción de tecnología utilizado hasta la actualidad, bajo el cual se puede identificar a los adaptadores, innovadores, visionarios, conservadores o rezagados (Ver gráfico 1). Por lo tanto, bajo el modelo propuesto por Moore, el nativo digital posee una mayor predisposición a ser un innovador (o adaptador temprano), en términos de su adopción a nuevas tecnologías.
En contraposición a los nativos digitales, existe un grupo para quienes lo digital es una segunda lengua y cuyo acento delata su origen analógico. El inmigrante digital se adapta al proceso tecnológico de una manera más pausada: las veces que revisa las redes sociales son más espaciadas, es más reflexivo y discrimina qué parte de su compra realiza en un entorno digital (online) y qué parte la realiza fuera del entorno digital (offline).
El inmigrante digital está más propenso a presentar un comportamiento de compra mixto: buscará información en un entorno online y cerrará el proceso de compra en un escenario offline. Además, presentará una mayor resistencia ante los riesgos propios de los procesos online -en particular los riesgos relacionados a fraudes financieros u operacionales- y buscará tangibilizar -o confirmar- la compra con llamadas o comprobantes físicos.
Bajo el modelo de adopción de Moore, el inmigrante digital tendrá una mayor probabilidad de ubicarse en el escenario de los conservadores o, incluso, en el grupo de los rezagados.
El inmigrante digital no consumirá la tecnología como un nativo digital; seguirá comprando y consumiendo contenido, pero se adaptará al ecosistema digital de una manera diferente. Aquí lo importante es comprender cómo se pueden desarrollar estrategias para llegar a estos consumidores.
Los inmigrantes digitales que hoy ocupan las primeras líneas de gerencia son los que establecen los lineamientos estratégicos. Y esto evidencia la dificultad de tener a un inmigrante digital diseñando y proponiendo un nuevo modelo de negocio para un nuevo consumidor (muchas veces nativo digital). La tarea para los no nativos es aprender el nuevo "dialecto" o empezar a consolidar estrategias con el apoyo de los nativos digitales, especialmente si se desea conocer cuáles son las necesidades y estrategias más adecuadas para cada tipo de clientes.
¿Las empresas ya están preparadas para proponer estrategias para distintos perfiles?
FUENTES CONSULTADAS:
Arellano, R. (2000). Los estilos de vida en el Perú: Cómo somos y pensamos los peruanos del siglo XXI. Consumidores y Mercados.
Prensky, M. (2001). Nativos digitales, inmigrantes digitales. On the horizon, 9(5), 1-7.
Moore, G. A. (1999). Crossing the chasm (Rev. ed.). New York: HarperBusiness.
En contraposición a los nativos digitales, existe un grupo para quienes lo digital es una segunda lengua y cuyo acento delata su origen analógico. El inmigrante digital se adapta al proceso tecnológico de una manera más pausada.
Actualmente es Strategy Manager en el grupo HAVAS Media. Ejecutivo senior con más de 15 años de experiencia en Marketing en la industria de servicios. Experto en mejorar ventas y rentabilización de clientes, optimizando campañas online-offline; todo ello con un soporte en advanced analytics. Ha liderado procesos de transformación de la experiencia-cliente hacia la omnicanalidad. Ha laborado para el BBVA Perú, Banco Pichincha, Diners Club, Carsa, Caja Ica, ESAN, entre otros. MBA por ESAN. Magister en Investigación con mención en comportamiento del consumidor. Posgrado en Marketing Intelligence por ESIC (España).
La reciente campaña publicitaria de Pepsi parece destacar por los reconocidos futbolistas que participan. Sin embargo, su éxito radica en saber cómo inspirar al público objetivo, cuyo perfil ha cambiado en los últimos años.
Aunque los procesos de transformación digital han potenciado el uso del marketing online, las estrategias de marketing offline continúan siendo un elemento clave para convertir a los clientes. ¿Cómo fusionar ambos modelos de forma eficiente?