La brecha en el acceso a la atención de salud en el Perú aún es enorme. Según ENAHO-INEI, siete de cada diez peruanos que se perciben enfermos no buscan atenderse en un centro, posta u hospital, sea público o privado (y no por falta de dinero). En ese escenario, la pandemia generó la oportunidad para el uso intensivo de la telemedicina, con 22 millones de atenciones en un año. Con ello demostró ser una alternativa para mejorar de manera significativa la cobertura de atención de salud.
Al cierre del 2019 (prepandemia), según cifras del Ministerio de Salud (Minsa), se realizaron más de 6 000 teleconsultas en el país, lo que representó menos de 0.005 % de los 139.6 millones de atenciones ambulatorias en el año.
Por otro lado, en septiembre de 2019, una aseguradora publicó su servicio de teleconsulta médica por videollamada. El CMP (filial Lima) la denunció de manera pública, así como al profesional médico que apoyó esa campaña, y calificó su accionar como una trasgresión ética, sin considerar dicho servicio como un "acto médico". Posteriormente, en un foro público organizado por el CMP, se evidenció la resistencia de los representantes médicos de entonces al uso de la telemedicina.
El inicio de una nueva gestión en la representación médica del país ofrece la oportunidad para completar el debate sobre la masificación de la telemedicina y las herramientas de salud digital.
Este hecho evidenció la restricción de la Ley Marco de Telesalud y su reglamento vigente que, al 2019, no incluía como "teleconsulta" a la interacción directa entre el paciente y el profesional de salud, en este caso el médico. Solo consideraba la interacción en la cual, de un lado, se encontrase un personal de salud que actuaba como teleconsultante y, en el otro lado, un profesional médico en el rol de teleconsultor, sin importar si el paciente se encontrase presente durante el acto de la consulta. Todo ello ocurrió solo unos meses antes del inicio de la pandemia.
En países de Asia, Europa y Norteamérica, con uso previo de la teleconsulta médica entre el ciudadano y el profesional médico, se demostró que su desarrollo es una alternativa significativamente eficaz para la atención médica de calidad a gran escala.
Sobre el uso de las tecnologías de información y comunicación (TIC) en salud (o salud digital, que incluye la telemedicina), en setiembre de 2021, la OPS/OMS señaló que "las medidas de transformación digital pueden facilitar la evaluación, diagnóstico y manejo de problemas de salud de una manera segura y eficaz, a fin de fomentar una mayor equidad respecto al acceso a una atención médica oportuna. Asimismo, con base en el marco de la salud universal, la transformación digital puede contribuir de manera significativa en varias etapas que colectivamente definen una salud universal satisfactoria: disponibilidad, accesibilidad, aceptabilidad, calidad y contacto, que, en conjunto, conducen a una cobertura eficaz. Esta transformación no ocurre de manera automática, sino que requiere de un cambio de cultura".
A pesar de la inclusión expresa de la telemedicina en el citado proyecto de Código de Ética, es muy importante revisar que se desprenden dos aspectos muy relevantes, además de otros condicionamientos para su desarrollo:
La telemedicina no sería una manera óptima para realizar el acto médico, porque el artículo 77 señala que la consulta médica presencial es la manera óptima para hacerlo.
La opción de su aplicación queda, principalmente, a discreción del profesional médico y no del ciudadano, según el artículo 81.
Si bien la atención presencial es muy importante, ello implica contar con infraestructura y profesionales disponibles. El Perú, con un ritmo de ejecución de inversión pública en salud de tan solo S/2200 millones por año (trienio 2018-2020), aún está muy lejos de cerrar la brecha de infraestructura en salud de más de S/ 27 000 millones en cinco años. Junto con ello, a pesar de la mejora significativa en la última década, aún queda por cerrar la brecha de seis profesionales de salud por cada diez mil habitantes, para disponer presencialmente de los profesionales necesarios, incluido los médicos.
Por lo anterior, que explica parte de la gran brecha en la atención de la demanda de salud en el país, resulta evidente que se requieren alternativas innovadoras, de alcance masivo y rápidamente implementables. Parte de la solución pasa por masificar la telemedicina y, en general, el uso de las herramientas de salud digital, como una alternativa eficaz para mejorar la cobertura de atención y óptima como acto médico, cuando corresponda.
En enero de 2022 iniciará una nueva gestión en la representación médica del país. Ello ofrece la oportunidad para completar el debate sobre la masificación de uso de la telemedicina y, en general, de las herramientas de salud digital. Asimismo, sobre el derecho del ciudadano de elegir la modalidad de su atención, sea presencial, semipresencial o virtual, en las condiciones que corresponda, siempre y cuando sea debidamente informado de las ventajas y limitaciones por el profesional de salud.
Esta masificación también exige el compromiso de otras representaciones profesionales vinculadas con la salud a participar activamente en este debate, a fin de lograr con rapidez un consenso y acompañar el proceso de gestión del cambio de la cultura organizacional en el sector, que será consecuencia de la implementación masiva de las herramientas de salud digital (telemedicina incluida). Según lo publicado por el Minsa, al 2020, los profesionales de la salud suman 157 198 y el total del personal asistencial y administrativo que labora en el sector salud, a niveles público y privado, es de 333 418.
En esa línea, el rol de la academia es vital, avanzando en la inclusión de la materia de salud digital en el pregrado. En paralelo, los profesionales en ejercicio (más de 47 000 médicos) deben adquirir conocimientos y desarrollar competencias sobre el tema a través de la oferta académica que crece en el Perú, ahora provista por la Escuela Nacional de Salud Pública (Ensap), así como por universidades y escuelas de negocios. ¿Qué otras acciones facilitarían la implementación de la telemedicina? Déjanos tu opinión.
El inicio de una nueva gestión en la representación médica del país ofrece la oportunidad para completar el debate sobre la masificación de la telemedicina y las herramientas de salud digital.
MBA por ESAN con mención en Finanzas y médico-cirujano de la Universidad Peruana Cayetano Heredia. Con 32 años de experiencia profesional en salud, a niveles público y privado, incluyendo la gestión integral de proyectos de salud y desarrollo social; 22 de ellos en el diseño, implementación, gestión y evaluación de innovaciones con Salud Digital en Perú, Panamá, Colombia, Paraguay y Ecuador, incluyendo la docencia en gestión de salud digital. Participó activamente en la implementación y expansión nacional e internacional de ALERTA, la primera Red de Salud Digital para Vigilancia de Enfermedades de alcance nacional y de mayor vigencia.
Docente de posgrado en salud desde el 2001. Actualmente es docente en gestión de salud digital en la Universidad ESAN y la Universidad Peruana Cayetano Heredia.
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