La creación del nuevo ministerio constituye una propuesta del Gobierno actual para cerrar la brecha de infraestructura que afronta el Perú en las últimas décadas. Sin embargo, cabe cuestionarse si esta medida tendrá el impacto deseado.
El 28 de julio, la Presidenta de la República anunció la creación del Ministerio de la Infraestructura como la solución para garantizar de manera efectiva la rectoría, la planificación, el diseño, la ejecución y la operación de la infraestructura pública para los tres niveles de gobierno. ¿Será ésta la verdadera solución para mejorar la infraestructura de los servicios públicos de salud?
El objetivo de la inversión en infraestructura pública de salud es que la población acceda de manera oportuna a una oferta de servicios públicos de calidad para resolver sus problemas prioritarios de salud, principalmente los relacionados con enfermedades crónicas (diabetes, hipertensión, depresión o cáncer). Así, la proporción de población saludable se mantendría o incrementaría.
Sin embargo, las estadísticas oficiales muestran que, en el periodo 2016-2023, el porcentaje de la población general con problemas de salud crónicos se elevó de 38.2 % al 44.6 %, teniendo en cuenta que, en ese mismo periodo, la población del país aumentó de 30.4 millones a 33.7 millones. Ello concuerda con el incremento del total de años de vida saludable perdidos (Avisas) entre los años 2016 a 2019, debido sobre todo, a enfermedades crónicas, y que probablemente siga al alza.
Esta situación se explica en gran parte por el hecho que la brecha en infraestructura pública para salud continúa siendo significativa, producto de los siguientes factores.
En el marco del Sistema Nacional de Programación Multianual y Gestión de Inversiones (Invierte.pe) y la Ley de Contrataciones del Estado, el ciclo de inversión para servicios públicos de salud para la atención de problemas de baja o mediana complejidad no debería durar más de tres años, desde su planeamiento hasta el inicio de su funcionamiento. En esa línea, el éxito en el desempeño de los gestores de inversión en infraestructura pública en salud debería medirse como mínimo en ese periodo.
No obstante, es conocido por todos que la duración de este ciclo se extiende a cinco o más años e incluye el recambio frecuente de los gestores a razón de dos o tres por año. Ejemplos son el Programa Nacional de Inversiones en Salud (Pronis) y el Programa de Creación de Redes Integradas de Salud (PCRIS), pertenecientes al Ministerio de Salud (Minsa). Durante el período 2019-2023, ambos padecieron cambios de gestión con doce y nueve coordinadores generales, respectivamente, en paralelo a las trece gestiones ministeriales del Minsa.
En el 2019, el presupuesto institucional modificado (PIM) anual para proyectos en salud en el Perú fue cercano a S/3385 millones y en el 2023, ascendió a S/5183 millones, un aumento superior al 50 %. En el período 2019-2023 se acumuló S/22 216 millones, sin embargo, se dejó S/7490 millones (33.7 %) sin usar, es decir S/.222.10 no-ejecutados per cápita. De este monto no ejecutado, el 60 % fue responsabilidad exclusiva de los Gobiernos regionales (Gores) y el 40 % restante, compartida entre el Gobierno nacional y los Gobiernos locales.
Por lo tanto, se evidencia una incapacidad de ejecución, sobre todo regional. Destacan los casos de los Gores de Arequipa, Ayacucho, Cajamarca, Cusco, Piura y Puno, que sumados son responsables de más de la mitad del monto total no ejecutado por los 25 Gores en el país.
Cuadro 1: Presupuesto institucional modificado (PIM) para proyectos de salud en Gobiernos regionales del Perú durante el periodo 2019-2023
En el caso del Gobierno nacional, para la ejecución del PIM acumulado en el periodo 2019-2023, participaron los sectores de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), Salud (Minsa) y otros (Defensa, Interior, etc.), con los siguientes resultados:
Cuadro 2: Presupuesto institucional modificado (PIM) para proyectos de salud en el Gobierno nacional del Perú durante el periodo 2019-2023
La ARCC/PCM, que no es propia del sector salud, fue la más efectiva en la ejecución y ejecutó casi el doble del monto ejecutado por el Pronis, que es la entidad especializada del Minsa para gestionar la inversión pública en ese sector. Un factor que parece estar relacionado es el número de gestiones en el período: cuatro en la ARCC frente a doce en el Pronis, es decir, a más cambios de gestión, menor ejecución
Con una limitada disponibilidad de recursos humanos especializados en la gestión de inversiones para servicios públicos, su concentración pareciera adecuada. Además, su organización y funcionamiento deben regirse bajo un sistema meritocrático, en el que se respeten los plazos adecuados de gestión y se garantice su autonomía.
Esta condición es imprescindible, sea cual fuere el espíritu del proyecto de ley para la creación del citado ministerio. No obstante, si bien se señala que su alcance será para los 3 niveles de gobierno, para su conformación solo se propone fusionar entidades del gobierno nacional. Ello no representaría una solución verdadera a la incapacidad de ejecución de proyectos en salud por parte de los Gores.
El fundamento técnico de la creación del nuevo ministerio se basa en el análisis del semestre enero-junio del 2024, en comparación con el mismo periodo del 2023, evaluando las inversiones en general, sin sectorizarlas y tomando en consideración indicadores como, por ejemplo: la pérdida de la vigencia de sus viabilidades/aprobaciones, la cantidad de viabilidades/aprobaciones realizadas, entre otros. Todo ello sin correlación con la ejecución de los montos de inversión ni con los resultados específicos, por ejemplo, en la salud de la población.
Los factores presentados como sustento técnico de la creación de esta nueva entidad, muy probablemente para el caso de salud, pueden explicarse por las siguientes causas reales:
Estas son las causas que afectan la gestión de la inversión pública en salud y que impiden la mejora de la situación de salud de las personas, y no necesariamente se solucionarán con un nuevo ministerio.
Para lograrlo, es indispensable la decisión política sostenida para i) la designación responsable de funcionarios competentes y capacitados en la gestión de las diversas modalidades de inversión en infraestructura pública de salud, ii) el compromiso de garantizar su continuidad, así como de las políticas y prioridades de inversión en salud, incluyendo la inversión para la transformación digital en salud, y iii) un mayor control de la corrupción (micro y macro) en salud. ¿Crees que el nuevo ministerio será efectivo para revertir esta problemática? Déjanos tu opinión.
La creación del Ministerio de Infraestructura implicaría fusionar entidades del Gobierno nacional, sin que ello constituya una solución real a la incapacidad de los Gobiernos regionales para ejecutar las inversiones en salud.
MBA por ESAN con mención en Finanzas y médico-cirujano de la Universidad Peruana Cayetano Heredia. Con 32 años de experiencia profesional en salud, a niveles público y privado, incluyendo la gestión integral de proyectos de salud y desarrollo social; 22 de ellos en el diseño, implementación, gestión y evaluación de innovaciones con Salud Digital en Perú, Panamá, Colombia, Paraguay y Ecuador, incluyendo la docencia en gestión de salud digital. Participó activamente en la implementación y expansión nacional e internacional de ALERTA, la primera Red de Salud Digital para Vigilancia de Enfermedades de alcance nacional y de mayor vigencia.
Docente de posgrado en salud desde el 2001. Actualmente es docente en gestión de salud digital en la Universidad ESAN y la Universidad Peruana Cayetano Heredia.
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