Los agronegocios en el Perú han logrado un avance destacable en los últimos años pese a que aún se encuentran lejos de un crecimiento óptimo como sector. Si se quiere ganar mayor competitividad es necesario que la actividad agrícola no se limite a ser únicamente extractiva.
Los agronegocios en el Perú han logrado un avance destacable en los últimos años, a pesar de que aún se encuentran lejos del crecimiento óptimo como sector. Durante las épocas de recesión, su crecimiento se mantuvo y ahora es mayor al promedio nacional. Solo en la década de 1990, sus exportaciones sumaban 300 millones de dólares. Hoy facturan más de 5000 millones de dólares. De cara a los próximos años, es necesario reforzar las políticas orientadas al sector para incluir a más agricultores y formalizar su actividad. Si se quiere ganar competitividad como país es necesario que la actividad agrícola no se limite a ser extractiva.
Aunque la actual Ley de Promoción Agraria es buena, es necesario que los pequeños y medianos agricultores se formalicen y aprovechen mejor sus beneficios. Una forma de lograrlo y ganar competitividad es conformando asociaciones o cooperativas. Hoy tenemos ejemplos como la Central Piurana de Asociaciones de Pequeños Productores de Banano Orgánico (Cepibo), que exportan 30 contenedores semanales. Otro modelo es Oro Verde, que realiza envíos de café a Estados Unidos y países de Europa.
Según el IV Censo Nacional Agropecuario, al 2012 se registraron 2 260 973 agricultores en todo el país, 496 000 más que en 1994. Este aumento debería dar pie a que el Estado se preocupe por fomentar más la cooperación entre ellos y se combata la desconfianza que pueda existir, la misma que es propia de una idiosincrasia que proviene de la década de 1970, cuando la reforma agraria promovió la creación de asociaciones que terminaron en quiebra. Para cambiar esta visión, se requieren tres componentes claves: un dirigente con gran capacidad de liderazgo, el financiamiento adecuado y un actor adicional que impulse la asociación y genere mayor confianza entre los agricultores.
El desafío es acercar a los inversionistas nacionales y extranjeros hacia los agricultores pequeños y medianos.
Con esa visión, ESAN ha desarrollado programas de capacitación en alianza con entidades gubernamentales para promover la asociatividad entre agricultores de Arequipa, Moquegua, Tacna y otras regiones. Nuestra metodología permitió que los egresados desarrollaran proyectos de desarrollo basados en sus contextos y accedieran al financiamiento adecuado. Solo en Arequipa generamos 17 planes de negocio y se otorgaron más de siete millones de soles.
Un aspecto que la Ley de Promoción Agraria incentiva son las inversiones en el agro peruano para su crecimiento y desarrollo. El desafío es acercar a los inversionistas nacionales y extranjeros hacia los agricultores pequeños y medianos. Es necesario recordar que el sector agrícola no supera ni el 1 % de inversión extranjera, a diferencia de otros sectores como construcción.
Las inversiones deben ser captadas con estrategias a cargo de Proinversión. Contamos con casos emblemáticos como la empresa agroindustrial peruana Danper, que tiene alianzas con capitales extranjeros, o Camposol, que actualmente cotiza en bolsas internacionales. Debemos atraer la inversión aprovechando nuestras fortalezas: la variedad de climas viables para el cultivo y la calidad de los productos. Perú produce uvas en un periodo distinto al de Chile, pero la calidad es superior y su precio es más competitivo.
La ley no debe continuar solo por un periodo específico, sino mientras tenga éxito, además de aplicarse a otros rubros como el forestal, el pecuario o el avícola. Al mismo tiempo, el Estado debe impulsar las relaciones sociales entre el agro y otros sectores productivos relacionados, como la minería. La conformación de alianzas entre ambos permitiría generar mayor competitividad en las zonas de influencia minera.
El desafío es acercar a los inversionistas nacionales y extranjeros hacia los agricultores pequeños y medianos.
Estudios doctorales en Massachussets Institute of Technology – MIT. Profesor principal en Economía, Director del Instituto de Desarrollo Económico. Ha sido Director de Proyectos del BID y del Banco Mundial, jefe de gabinete de la alta dirección del Ministerio de Agricultura y asesor del Ministro de Economía y Finanzas Consultor de empresas del sector agropecuario, forestal, textil, construcción y comercio internacional.
Si bien el sector agrícola tuvo un buen desempeño durante el 2018, es necesario innovar en la producción y buscar nuevos mercados en la región. Asimismo, se deben contemplar nuevas fuentes de financiamiento para las pequeñas y medianas empresas.