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"De seguirse por la ciega ruta del modelo primario exportador esperaríamos una gran crisis a finales de la década del 2020", afirma una investigación de la Universidad del Pacífico (UP) denominada Cuando despertemos en el 2062, publicada en el diario El Comercio.
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Volver a insistir en que estamos en una política económica de país primario exportador es seguir pensando que seguimos en la década del 50 o del 60. Lo que el Perú muestra es una política económica que se ha abierto al mundo y que, por lo tanto, está al alcance de todas las personas y empresas que quieren invertir en el país.
Deberíamos entonces alegrarnos por la altísima diversidad de recursos naturales y por los minerales que tenemos para 100 o más años. No hay que lamentarse de que en 50 años se acabarán los minerales. Ojalá se acabaran en 10 años porque eso significaría que habremos logrado sacar toda esa riqueza a través de una inversión calculada en US$ 500,000 millones.
Si sabemos que la rentabilidad de las mineras sobre patrimonio invertido es de 200%, las utilidades llegarían al billón de dólares, donde el Estado tendrá una participación de 40% por impuestos; es decir, el Fisco recibiría US$ 400,000 millones por la explotación minera, con lo cual el Perú entraría en un proceso de super desarrollo, el PBI per cápita se triplicaría de US$ 5,000 a más de US$ 15,000 y seríamos miembros de la OCDE.
No nos lamentemos. Todo el mundo se pregunta cómo el país ha podido subsistir ante la crisis internacional, luego de que Europa y Estados Unidos se cayeran. La economía peruana creció 6.3% en el 2012 porque la explotación de los recursos naturales en los últimos 15 años ya creó una clase media con ingresos permanentes. Las utilidades, fruto de los impuestos y de las compras a las industrias que proveen bienes a la minería, ya hicieron crecer los ingresos de las personas que, independientemente de que si se sacan o no minerales, quieren comprar su vivienda propia y por eso la industria inmobiliaria está creciendo entre 14% y 15% al año.
Entramos a un círculo virtuoso. Tanto Chile como Perú demuestran que no tenemos la maldición de los recursos naturales, como se decía cuando era estudiante. Los recursos naturales han sido y seguirán siendo una bendición para los países que los tuvieron, porque explotándolos y usándolos racionalmente las utilidades que ellas generan crearán un incremento generalizado de ingresos para formar una clase media que no existía.
La clase media, por sus nuevos niveles de ingreso, quiere consumir más. Ante ello, los centros comerciales se están expandiendo casi como reguero de pólvora. En el 2013 se planea invertir en la construcción de 17 centros comerciales, de los cuales 12 van a estar en provincias, pues también en el interior están aumentando los ingresos.
La tesis de Prebisch-Singer (teoría de la dependencia) fue popular en los 50, pero parece que hay algunos economistas que no quieren desprenderse de esos esquemas antiguos, arcaicos y siguen pensando sobre los males de una economía primaria exportadora. Todo esto no quiere decir que debamos quedarnos con los brazos cruzados, porque el desarrollo de una economía ya fortalecida con los mayores ingresos de la población, requiere que se desarrollen otros sectores, como la agricultura.
¿Coincide usted con el profesor Chirinos respecto a los beneficiados creados por la industria minera en el Perú?
Estudios doctorales en Massachussets Institute of Technology – MIT. Profesor principal en Economía, Director del Instituto de Desarrollo Económico. Ha sido Director de Proyectos del BID y del Banco Mundial, jefe de gabinete de la alta dirección del Ministerio de Agricultura y asesor del Ministro de Economía y Finanzas Consultor de empresas del sector agropecuario, forestal, textil, construcción y comercio internacional.
Si bien el sector agrícola tuvo un buen desempeño durante el 2018, es necesario innovar en la producción y buscar nuevos mercados en la región. Asimismo, se deben contemplar nuevas fuentes de financiamiento para las pequeñas y medianas empresas.
Los agronegocios en el Perú han logrado un avance destacable en los últimos años pese a que aún se encuentran lejos de un crecimiento óptimo como sector. Si se quiere ganar mayor competitividad es necesario que la actividad agrícola no se limite a ser únicamente extractiva.