Hasta hace poco el mundo estaba encaminado hacia un incremento del comercio equitativo, sin embargo, las fuerzas del nacionalismo por un lado, y del proteccionismo de otro, echaron por tierra ese sueño. Bajo ese contexto el antidumping surge no como una medida proteccionista sino como un mecanismo de defensa contra los que pretenden imponer sus condiciones de dominio.
El comercio internacional se rige por una serie de reglas que se originan en los usos y costumbres del comercio entre países. Los acuerdos comerciales los han adaptado en sus tratados y convenios. Así también, la Organización Mundial de Comercio (OMC) las incluye como uso regular.
Una de esas reglas es contra el dumping cuya definición es la venta de un bien a un precio por debajo del que tiene en su mercado de origen, sea subsidiado directa o indirectamente por el Estado o también para dominar un mercado y eliminar a la competencia.
Las medidas antidumping afectan el equilibrio comercial de la oferta y la demanda, pero son instrumentos valiosos de defensa cuando se entra a una guerra de precios, en la que generalmente ganan los que tienen más dinero.
Para que se constituya el dumping debe haber un daño al sector empresarial de un país y para demostrarlo se tienen que realizar los estudios por parte de un ente estatal que así lo determine. En el caso de Perú la entidad adecuada sería el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (INDECOPI).
Hasta hace poco el mundo estaba encaminado hacia un incremento del comercio equitativo, sin embargo, las fuerzas del nacionalismo por un lado, y del proteccionismo de otro, echaron por tierra ese sueño. La victoria del Brexit, el triunfo de Trump en las elecciones estadounidenses, el rechazo de Colombia al acuerdo de paz con las FARC y el referéndum italiano concluyeron con el resultado menos preferido por los inversionistas. Se abrió la puerta a una circunstancia aún temida por los mercados: el auge de los partidos de ultraderecha, los euroescépticos o el populismo que generará una reducción en la apertura comercial y el uso de medidas anticomercio como es el dumping.
Detrás de estas corrientes nacionalistas se ocultan sentimientos proteccionistas. De acuerdo con el economista en jefe de la corporación financiera FitchRating, Brian Coulton, el populismo evidenciado en el voto Brexit y la victoria electoral de Donald Trump empujará las políticas estructurales hacia el nacionalismo económico, con una reducción en la apertura comercial y la migración laboral a nivel mundial.
Al interior del nacionalismo económico se esconden vicios comerciales que se usan para expandir el comercio internacional y que incluyen medidas como el dumping contra las que hay que tomar acciones para proteger especialmente a los sectores más sensibles como es el caso de las pequeñas empresas que no tienen como defenderse. Por ejemplo los pequeños confeccionistas del emporio comercial de Gamarra o los zapateros del Porvenir en Trujillo se ven afectados.
Las medidas antidumping afectan el equilibrio comercial de la oferta y la demanda, pero son instrumentos valiosos de defensa cuando se entra a una guerra de precios, en la que generalmente ganan los que tienen más dinero. Es por este motivo que para defender a los productores y también a los consumidores se utiliza por un plazo determinado, generalmente cinco años, a modo de preparar al productor y al mercado para que se capacite, invierta, se reconvierta o salga de ese mercado.
No es un sacrilegio proteger a los desprotegidos. Sobre todo cuando se evidencia que los países más desarrollados, incluyendo a los Estados Unidos, subsidian de manera directa su agricultura y salen al mercado a competir contra los que no reciben subsidios.
Han transcurrido 22 años desde la creación de la OMC que recibió como principal encargo rehabilitar la Ronda de Doha, que es la ronda de negociaciones comerciales más reciente entre los miembros de la organización y que tiene como objetivo lograr una importante reforma del sistema de comercio internacional mediante el establecimiento de medidas encaminadas a reducir los obstáculos al comercio y de normas comerciales revisadas. La Ronda, que busca también desmontar progresivamente los subsidios agrícolas, no ha avanzado un ápice en ese intento.
Es importante entonces tener presente que el antidumping no es una medida proteccionista. Se trata de un mecanismo de defensa contra los que pretenden en un ambiente de libre mercado imponer condiciones de dominio que transgreden las reglas de la Organización Mundial de Comercio.
Las medidas antidumping afectan el equilibrio comercial de la oferta y la demanda, pero son instrumentos valiosos de defensa cuando se entra a una guerra de precios, en la que generalmente ganan los que tienen más dinero.
Master of Education de University of Pittsburgh, Pennsylvania. Ex Presidente de la Cámara de Comercio Peruano Chino (Capechi).
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