Una elevación de las tasas de interés en los Estados Unidos contrastaría con períodos donde esta misma llegó hasta cero, es decir, ya no podía ser negativa porque en este caso los bancos se prestarían y se les subsidiaría por colocación interbancaria. A su vez, esta elevación de tasas empujaría al alza las tasas de interés internacionales, lo que atraería capitales hacia la economía norteamericana. En nuestra región latinoamericana y en los demás países emergentes habría una fuga de capitales que provocaría una reducción de la oferta de dólares y, por ende, una elevación del tipo de cambio.
Ahora, esta tendencia alcista de la divisa extranjera ya la venimos teniendo desde hace un año en la región debido a que los precios de los commodities han venido disminuyendo, lo cual hace menos atractiva la inversión en mercados emergentes.
Nuestra balanza comercial es deficitaria debido, principalmente, a la caída de las exportaciones producto de la menor demanda por parte de China, principal socio comercial del Perú. Este panorama es común en Latinoamérica y la mayoría de países ha optado por dejar flotar el dólar al alza sin intervención alguna por parte de los bancos centrales.
En nuestro caso particular, el Banco Central de Reservas del Perú (BCRP) ha optado por intervenir ya que hay consecuencias negativas cuando el dólar mantiene una significativa tendencia alcista. Si se registra una abrupta devaluación se activa la inflación en conjunto con el riesgo cambiario crediticio. Este canal de transmisión se agudiza cuando el grado de dolarización de las economías es elevado.
En Perú, a pesar de la fuerte solarización de la economía, tenemos aún cerca de 20% de las colocaciones en dólares, luego que hace un quinquenio llegara a casi 80%. Si se eleva el tipo de cambio puede incrementarse el incumplimiento de obligaciones en moneda extranjera, con lo que el sistema financiero peruano se haría más frágil y vulnerable.
Es por ello que en los últimos meses el BCRP elevó su tasa de referencia - manteniéndola en 3.50% en noviembre último- para evitar que se espanten más los capitales y se combatan los rebrotes inflacionarios, localizando a la inflación dentro del rango meta del BCRP. El panorama es complicado, ya que la tendencia alcista puede seguir manteniéndose y se pronostica que la divisa extranjera llegue a S/. 3.50 por dólar para fines del 2016. Es momento de diversificar el portafolio en dólares, a fin de tratar de mitigar las pérdidas por devaluación en los activos financieros.
¿Considera usted que el BCRP ha afrontado adecuadamente la tendencia alcista registrada por el tipo de cambio?
Ph. D. en Economía, West Virginia University. Maestría en Economía por la Universidad de Alicante. Licenciado en Economía por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Profesor Visitante en Jean Moulin, Lyon- Francia. Ex miembro del comité de la Presidencia de Consejo de Ministros para selección de Jefe del INEI.
Las reservas internacionales netas (RIN) del Perú hasta abril de este año ya alcanzaron un nivel muy superior al 2022. Este monto asegura que el país podrá responder ante retiros inesperados de capitales del sistema financiero.
El Perú y el resto de países latinoamericanos deben tomar medidas para afrontar problemas internacionales, como la guerra entre Rusia y Ucrania, el colapso del Silicon Valley Bank y la inestabilidad política de la región.
La economía peruana cierra el año con un crecimiento muy débil y se prevé que podría no crecer durante el 2023. Sectores como servicios y comercio aportaron mucho durante el 2022, pero es necesario reactivar otros igual de importantes como construcción.