En términos económicos, en un modelo muy sencillo, la producción (Y) es una función que depende de las tecnología (A) y de los factores Capital y Trabajo. Para aumentar la productividad se puede movilizar más capital o más trabajo o mejorar la calidad de los mismos. También el cambio tecnológico puede aumentar la productividad. Eso dice la teoría clásica.
Sin embargo, hay una serie de teorías complementarias que introducen variables como los retornos a escala crecientes, la investigación y desarrollo, y el aprendizaje, entre otras, que contribuyen a aumentar la producción.
Se dice que la productividad aumenta cuando existen economías externas, cuando hay fuerzas propagadoras de la actividad económica, cuando hay externalidades positivas, cuando se difunde el conocimiento, cuando las instituciones son fuertes, etc. Todos estos son factores endógenos que cada país tiene e influyen en su productividad.
Pero los modelos de crecimiento no son permanentes en el tiempo, se agotan y deben de cambiar. Lo que funciona bien en un periodo no funciona bien en otro momento. Esto lo menciono porque en el Perú, desde 1990, se viene diciendo que hay que seguir haciendo lo mismo porque la economía sigue creciendo. Ese es un pensamiento dogmático y equivocado.
En el primer gobierno de Alan García tuvimos dos primeros años espectaculares, pues el gobernante decidió rebajar impuestos y tasas de interés, lo que aumentó la demanda e hizo incrementar la producción. Del 85 al 87, el PBI creció 25% aproximadamente. Entonces García decidió continuar con su política económica expansiva. Sin embargo, los años 88, 89 y 90 fueron los más desastrosos: el PBI cayó más de 30% y la inflación subió de 70% en 1987 a 7,000% en los 90.
¿Por qué pasó esto? Porque los modelos se agotan, porque las condiciones económicas van cambiando. Al comienzo, cuando se estimuló la demanda había capacidad instalada ociosa y la producción pudo aumentar; después al estar las empresas funcionando a plena capacidad y al seguir estimulándose la demanda, entonces los precios se comenzaron a disparar. Si a ello se añade la falta de dólares para producir y encima el terrorismo que nos dejaba sin electricidad, García terminó su primer gobierno con una recesión e hiperinflación desastrosa.
Nuestra productividad tuvo sus mejores años en la primera mitad de los 70, después hubo una caída espectacular hasta 1990, donde volvió a subir. Luego cayó fuerte con la crisis del 98 y a partir del 2001 hay un crecimiento importante, con un pequeño desaceleramiento en el último año. Todos están contentos con lo sucedido la última década, pero no perdamos el mapa pues aún estamos por debajo de lo que teníamos hace 40 años y muy por debajo de muchos países de la región.
¿Debe el Perú continuar aplicando el mismo modelo de producir productos y servicios de escaso valor agregado y calidad, poco conocimiento incorporado y muy pocos eslabonamientos, sinergias y fuerzas propagadoras?
¿Qué es lo que debe cambiar? ¿Quién tiene que activar estos cambios en el modelo económico? El mercado, por sí solo, no lo ha podido hacer. ¿Por qué no hay un mercado de tecnología en el Perú? Porque en ningún país del mundo éste se desarrolla solo. Lo desarrolla el Estado, que viene, invierte y junta a la universidad con la empresa para desarrollar mercados tecnológicos. En el Perú, el Estado ha estado ausente de la ciencia, tecnología e innovación.
Paul Krugman, Premio Nobel de Economía, estuvo recientemente en ESAN, y dijo que los intereses de las empresas se están distanciando de los del Estado, eso está pasando en EE.UU., donde las empresas se han ido a China o India para producir, porque les resulta más barato. A ellas les va muy bien generando ingresos y utilidades, pero al país le va mal, debido a que aumentó el desempleo y se recesó la producción.
Son todas estas lecciones las que indican que en el Perú se necesita un Estado innovador que conduzca la economía hacia la generación de mayor valor agregado, propicie la incorporación de mayor conocimiento y eleve las fuerzas propagadoras y sistémicas, más allá de lo que el mercado por sí solo y tan débilmente ha podido realizar. No basta el libre comercio, la apertura y los incentivos a la inversión.
A lo Krugman, el Estado debe ser promotor de la ciencia, tecnología e innovación, buscar alinear voluntariamente mejor a las empresas, perfeccionar la educación, aumentar la escasa productividad de la mayor parte de actividades económicas transformando el sistema productivo, mejorando la infraestructura, propiciando una mejor distribución del ingreso y fomentando el buen uso de la geografía y la inclusión.
¿Considera usted necesario cambiar el modelo productivo del país?
Profesor Principal y Director del Centro de Propiedad Intelectual, Competencia, Consumidor y Comercio (CEPIC) de la Universidad ESAN. Ha sido Consultor en UNCTAD, Ginebra, Presidente de Directorio de INDECOPI, Vocal de la Sala de Defensa de la Competencia, entre otros. Ph. D. por Cornell University.
El Perú es un país muy rico en biodiversidad que, lamentablemente, no está aprovechando totalmente tal condición. Dadas estas características es preocupante que exista -a nivel global- una corriente que pretende imponer un modelo de desarrollo agroindustrial basado en los transgénicos, que apunta hacia la commoditización de las plantas y productos agrícolas, y que puede dañar la biodiversidad con peligrosos efectos en la salud.