Desde el 2018, el Perú se ha posicionado como el principal agroexportador mundial de arándanos. Solo durante la campaña 2015-2016 se exportaron 13 toneladas de mercancía, mientras que en la campaña 2021-2022, la cifra llegó a las 220 toneladas. Este crecimiento explosivo comenzó en el 2016, con un aumento del 100% del volumen, frente al 2015. Esto se ha mantenido en una media aproximada de 40% anual hasta la fecha. ¿Seremos capaces de mantener este liderazgo en los próximos años?

Crecimiento sostenido

El arándano, junto con las paltas frescas y las uvas de mesa, conforman los tres productos principales de agroexportación no tradicional del Perú. Según la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat), entre enero y octubre del 2022, el arándano generó un ingreso de USD 1113 millones, un 24% más respecto al 2021. En comparación con los otros dos cultivos mencionados, las ventas de arándano en el 2022 fueron 24% más respecto a las de paltas frescas (USD 899 millones) y 61% más respecto a las uvas de mesa (USD 690 millones).

De manera histórica, la producción de arándanos ha pasado de generar USD 826 millones en el 2019 a una proyección de cierre de la campaña 2022-2023 de USD 1733 millones. Su impacto también radica en la generación de empleo, sobre todo, en los principales departamentos productores del país. Entre ellos, La Libertad, Lambayeque e Ica; lugares en los que la campaña 2021-2022 generó un récord de 120 000 empleos, de los cuales el 52 % fueron ocupados por mujeres.

Fortalezas y oportunidades

Entre los principales factores que determinaron el crecimiento de la agroexportación de arándanos destaca nuestra condición climatológica, la cual. Esta permitió una buena adaptabilidad y el desarrollo de algunas de las primeras variedades de arándanos cultivadas en el Perú, tales como Biloxi, Rocío, Emerald y Ventura; ya que su requerimiento de horas frío (temperaturas menores a 7 °C) es muy bajo. Asimismo, nuestro clima nos permite tener producción todo el año.

Las podas de diciembre y enero permiten cosechar arándanos de julio a diciembre, con picos de producción entre septiembre y octubre, meses en los cuales la ventana comercial es más favorable. Los frutos cosechados tienen mejor calidad y vida poscosecha como respuesta a una buena formación de planta, ya que la etapa fenológica de brotamiento coincide con el verano. En dicha estación, las temperaturas altas favorecen el crecimiento vegetativo, y las de floración y desarrollo de fruto con el otoño y el invierno. En estas estaciones, la reducción de temperatura aumenta el diferencial térmico y favorece la concentración de azúcares en el fruto.

Entre otros factores podemos destacar la disponibilidad de mano de obra y de tecnología de riego, así como el aumento del desarrollo técnico del cultivo (know how) a través de los años. También debemos mencionar la inclusión de nuevas variedades, el aumento de la inversión privada, la apertura y ampliación de nuevos proyectos de irrigación, el ingreso a nuevos mercados y tratados de libre comercio (TLC), la estrategia de promoción internacional constante del producto, entre otros.

Variedades y costos

En los últimos años han ingresado al Perú muchas variedades nuevas de arándanos que hoy se encuentran en etapa de prueba. Algunas de ellas son Sekoya Pop y Sekoya Beauty (Fall Creek, EEUU.); Eureka (Mountain Blue Orchards, Australia), Madeira y Manila (Planasa, España); Salvador y Matías (Inka’s Berries, Perú), y Collosus (Universidad de Florida, EE. UU.).

El costo por hectárea varía sobre todo por el formato de siembra a escoger, que puede ser en suelo o maceta. Respecto a los costos de instalación y mantenimiento de cultivo, el formato de siembra en suelo puede costar entre USD 60 000 y USD 80 000 por hectárea, mientras que la siembra en maceta cuesta entre USD 110 000 a USD 130 000 por hectárea.

Otros factores que influyen en los precios de venta son el tipo de producción (convencional u orgánico); la calidad de la fruta (calibre, firmeza y apariencia); el formato de presentación (a granel o clamshell), y el mercado de destino (Asia, Europa o EE. UU.). Por historia, el Perú registra un descenso constante en el promedio anual por kilogramos (kg), de USD 6 293 por kg en el 2019 se cerró con USD 5 373 por kg en el 2022.

Tendencias en la producción

La agroexportación de arándanos en el Perú se realiza en base a tres tendencias principales:

• Tecnología. Se optimiza el manejo técnico de los cultivos mediante el uso creciente de la agricultura de precisión, con apoyo de softwares de automatización de riego tecnificado, sensores de humedad de suelo y estaciones meteorológicas. También se usan sensores de crecimiento de tallos y frutos, así como drones y geolocalización de maquinaria para las aplicaciones fitosanitarias.

• Siembra y producción. La industria se encuentra en proceso de transición hacia la siembra en macetas rígidas o bolsas plásticas, cuyo volumen puede variar entre 25 a 50 litros de capacidad. Además, emplea mezclas de sustratos, como fibra de coco, turba, perlita o pajilla de arroz. Este sistema permite alcanzar una densidad de siembra de 9000 a 10 000 plantas por hectárea.

• Diversificación de los cultivos. El ingreso de nuevas variedades de arándanos responde a un interés por mejorar el rendimiento, mediante una mayor productividad y un mejor comportamiento de la curva de producción. También se busca elevar la calidad, mejorar el balance entre el dulzor y la acidez, la firmeza, el bloom, y la vida poscosecha a fin de complacer a los mercados más exigentes.

Estrategias de comercialización

Una de las principales estrategias que adoptan poco a poco las agroexportadoras peruanas es aplanar la curva de la producción. Es decir, se aumentan los volúmenes exportables antes y después de los meses de septiembre y octubre (ventana comercial), sobre todo de julio a septiembre. Durante estos meses, el Perú se convierte en el único exportador de arándanos del hemisferio sur, y tiene como competidores de menor grado en el hemisferio norte a países como EE. UU., España y Polonia.

Esta situación permite aumentar los precios de venta, ya que la oferta se reduce mucho en los mercados de destino. ¿Cómo lo logramos? En este punto entran a tallar factores como la selección de variedades tempranas y precoces; los cambios en las fechas de poda y en el plan de nutrición; así como la estimulación para fomentar la producción temprana. Además, se usan macrotúneles, en especial en la sierra del Perú, para adelantar el proceso de desarrollo de la planta y, por ende, la producción.

Entre otras estrategias figura el direccionamiento de fruta premium al mercado asiático. Cada empresa primero identifica sus mejores campos y variedades, para luego cosechar su mejor fruta en formato hand packed directamente al clamshell en el mismo campo. Este formato de cosecha es más caro, pero aumenta el precio de venta, ya que permite lograr mejores atributos de calidad y condición, debido a una menor manipulación de la fruta frente a una cosecha convencional o a granel.

Desafíos pendientes

Para impulsar la agroexportación de arándanos en el Perú, el sector público tiene como reto ampliar los mercados de destino, los cuales hoy suman 32. Aquello ya se hizo en el 2021 con la India y en el 2022 con Israel. También es clave asegurar tanto la estabilidad política como económica del país para promover el aumento de la inversión privada y culminar las obras de los principales proyectos de irrigación.

En el caso del sector privado, es necesario seguir buscando nuevas variedades que ofrezcan un mayor rendimiento con menores costos de producción y produzcan frutos de mejor calidad y con más vida poscosecha. A su vez, ante el aumento sostenido de la siembra de nuevas hectáreas se ven obligados a optimizar sus costos de producción. Para ello, buscan formas de mecanizar labores más demandantes de personal, como la poda, el despunte y, sobre todo, la cosecha.

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