La huella de carbono es el cálculo de la totalidad de gases de efecto invernadero (GEI) emitidos por personas, empresas y organizaciones de manera directa o indirecta.
En los últimos años, este método se ha difundido cada vez más debido a que permite identificar con mayor claridad cuál es el impacto que se deja sobre el medio ambiente en términos de:
Emisiones de CO2 producto de las operaciones diarias de una empresa.
Emisiones de CO2 producto de las actividades diarias de una persona o casa familiar.
Emisiones de CO2 producto del ciclo de vida de la cadena productiva de un producto o servicio.
También, este método ha generado beneficios para las empresas y organizaciones debido a que les permiten identificar mejor los puntos críticos que tienen con el medio ambiente durante la ejecución de sus procesos comerciales. De esta forma, pueden hacer correcciones, al mismo tiempo que generan incentivos para aumentar su eficacia y la competitividad.
Otro efecto positivo es que una empresa puede mejorar su imagen y reputación ya que el cálculo de la huella de carbono y una posterior emisión de bonos de carbonos harían tangible el apoyo que se tenga en la lucha contra el cambio climático.
La huella de carbono en el Perú viene siendo diseñada por el Ministerio del Ambiente y permitirá conocer los avances y logros de las organizaciones públicas y privadas en la reducción de sus emisiones de gases de efecto Invernadero, así como las acciones que realizan para reducirlas.
Mientras se termina su confección, igual hay un arduo trabajo en marcha. Por citar un ejemplo, durante la Organización de los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos Lima 2019 se consiguió neutralizar la huella de carbono a lo largo de todo el evento deportivo. Ello fue gracias a la donación de 370 mil bonos de carbono por parte de la empresa privada peruana PETRAMAS.
ESAN mide la huella de carbono desde 2014 bajo la perspectiva de la economía circular. Asimismo, desde el 2019 monitorea y analiza el impacto que tienen sus eventos en el medio ambiente. Un ejemplo de ello fue la medición que se tuvo de las ediciones de enero y julio de su International Week que congrega a los alumnos de las maestrías de ESAN y que recibe a delegaciones de estudiantes de posgrado del exterior. Con el apoyo de un Plan de Responsabilidad Social se hizo el cálculo de la huella de carbono, para luego compensar las toneladas producidas y dar bonos de carbono a la Reserva Nacional de Tambopata en Madre de Dios. En estos dos eventos se logró una compensación equivalente a 10 mil dólares. También se logró el fortalecimiento de capacidades técnicas en comunidades nativas de Ucayali.
En cuanto a los planes futuros, ESAN busca trabajar la medición del consumo de agua y energía eléctrica, así como el uso de papel, apuntando a ser la primera institución educativa totalmente ecoamigable.
Se desempeña como jefa de Servicios Generales de la Universidad ESAN y es responsable del proyecto de desarrollo sostenible ECOESAN. Miembro de PMI e ICF. Punto focal en Perú de la Iniciativa Principios de Educación Responsable en Gestión (PRME). Ph. D. (C). Maestría en Project Management por ESAN. MBA por ESAN con mención en Dirección General. Mestrado en Gestão Empresarial por Universidade de São Paulo. Máster en Project Management por La Salle Universidad Ramon Llull. Posgrado en Gerencia de la Sostenibilidad por INCAE. PADE en Marketing por ESAN. Coach certificado por INCAE siguiendo los principios de la escuela norteamericana de coaching Success Unlimited Network® (SUN).
Los proyectos sostenibles promueven una mejor calidad de vida en zonas vulnerables y, al mismo tiempo, contribuyen a reducir los daños al medio ambiente. Conoce los casos más destacados del Perú y el mundo en el siguiente artículo.