Lamentablemente 4 peruanos fallecieron por la COVID-19. En un escenario de todavía incremento de casos, a partir de los 263 confirmados al 20 de marzo, el objetivo del Perú es minimizar la proporción mundial de muertes, 4.2% (11 de 263), sobre la base de la responsabilidad de la población y contando con el sistema de salud fortalecido.
De 263 peruanos con la COVID-19, 10.7 % (28) fue reportado como hospitalizado y 2 % (5) bajo cuidados intensivos. A pesar del 1.5 % (4) de fallecidos y varias deficiencias reportadas, el sistema de salud aún está respondiendo en el manejo de este volumen de casos. Esta ventana de oportunidad permite seguir fortaleciendo los servicios de salud del país, incluyendo un cambio de ministro en plena coyuntura.
Entre el 18 y 20 de marzo, el Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, señaló: "Cada pérdida es una tragedia, pero también la motivación para duplicar esfuerzos y hacer todo para detener la transmisión y salvar vidas. Asimismo, necesitamos celebrar nuestros éxitos. Ayer, 19 de marzo, Wuhan reportó cero casos nuevos por primera vez desde el inicio del brote... La OMS sigue recomendando aislar, someter a pruebas y tratar cada caso sospechoso, y rastrear cada contacto, medidas que deben ser el eje central de la respuesta de cada país. Constituyen la mejor esperanza de prevenir la transmisión generalizada en la comunidad".
Adicional a los servicios previamente acondicionados en el país, se anunció la pronta habilitación de la Villa Panamericana, con capacidad para alojar hasta 3 000 pacientes, y del nuevo hospital de Ate-Vitarte con 150 camas de hospitalización y otras 50 camas de cuidados intensivos, para el manejo centralizado de ciudadanos que padecerán de la COVID-19 según su estado de gravedad.
Para el diagnóstico de laboratorio y su descentralización efectiva, adicional a los 10 000 kits de pruebas moleculares en uso, se adquirirán 200 000 más y 1 400 000 de pruebas rápidas, lo cual redundará en una amplia y pronta detección de posibles afectados por la COVID-19 a nivel nacional. Posteriormente, podrá incorporarse otras alternativas de apoyo diagnóstico en curso de validación.
Por su parte, el decano del Colegio Médico del Perú, Miguel Palacios, indicó que a la fecha 10 profesionales de la salud tienen un diagnóstico de COVID-19 y aproximadamente entre 70 u 80 médicos se encuentran en calidad de sospechosos y aislados en algunos lugares de Lima. Por ello, es imprescindible garantizar el cuidado de este personal y el de sus familias, así como fortalecer la bioseguridad del personal de salud que actualmente sigue manejando los casos sospechosos y confirmados de COVID-19. Igualmente, será indispensable ampliar su disponibilidad u optimizar su redistribución, para el uso óptimo de los recursos habilitados en la Villa y en el nuevo Hospital de Ate-Vitarte.
La gestión de operaciones debe estar bajo evaluación y mejora permanentes. Además de corregir las deficiencias evidenciadas, incluye: a) información al público, continua, transparente y responsable, b) gestión adecuada y reporte oportuno del diagnóstico de laboratorio, c) confidencialidad de los datos de cada persona, evitando su publicación no-autorizada por redes sociales, d) fluidez en la atención prehospitalaria y transporte asistido (ambulancias), e) manejo óptimo de los fallecidos, f) uso intensivo de aplicativos e-Salud para la teleconsulta, la vigilancia epidemiológica y el automonitoreo de los casos manejados domiciliariamente; 40 millones de teléfonos móviles lo hacen factible.
Haciendo a un lado la amplia cobertura que los medios de comunicación le brindan al COVID-19, y la desinformación y el sensacionalismo que suele en su mayoría generarse en redes sociales, hay que también mantener el enfoque en la atención de los otros problemas de salud prevalentes en el país, como la actual epidemia del dengue, la anemia, la desnutrición, la tuberculosis, etc.
Al 19 de marzo, la correlación de las fechas de inicio de síntomas de 234 casos (barras amarillas del gráfico al final del texto), con sus fechas de diagnóstico confirmatorio (barras azules), mostraría una esperanzadora pero aún leve tendencia a la baja en la aparición de casos nuevos, siendo prematuro afirmarlo con certeza.
Como la confirmación de laboratorio ocurre aproximadamente 7 días después del inicio de los síntomas, se puede asumir que el incremento de casos confirmados entre 17 al 19.03 (128 de 234), sería el acúmulo de casos que iniciaron síntomas previamente al anuncio de la emergencia sanitaria, el domingo 15 de marzo. Los efectos de esta y posteriores medidas se objetivarán recién en la última semana de marzo; ojalá antes. A la fecha, 20 de marzo, sólo aumentaron 29 casos confirmados, es decir, 12 % respecto al día anterior.
De acuerdo con las proporciones reportadas globalmente, la disponibilidad adicional de recursos físicos (50 camas de UCI, 150 camas de hospitalización y alojamiento en la Villa Panamericana), permitirá la atención de 150 hospitalizados y 50 en cuidados críticos, 15% y 5% de 1 000 casos confirmados, respectivamente.
Si se supera esa capacidad, una alternativa sería reacondicionar parte de la Villa Panamericana para manejar casos moderados y con ello liberar camas de hospitalización en Ate-Vitarte y éstas convertirlas para atención critica, bajo el enfoque de concentración y especialización de los recursos. Alternativamente, se volvería a habilitar ambientes especializados en otros hospitales, principalmente en Lima, dado que más del 80 % de casos se concentran en la capital.
La solución es la misma: impedir la propagación y que se generen muchos más casos con hospitalizaciones y casos graves. Todo ello depende exclusivamente de la población y su respeto a la autoridad y a las disposiciones dictadas, que implica el cumplimiento estricto del aislamiento social obligatorio, el lavado de manos y el control de la población en riesgo. Según el reporte del Ministerio del Interior, al 19 de marzo, más de 1 000 irresponsables fueron intervenidos en el país por no acatar las medidas, esto no debe repetirse.
En paralelo, el sistema de salud debe proveer las garantías de cuidado al personal de salud y del resto de ciudadanos que sigue desarrollando las actividades esenciales para beneficio de la población confinada en sus viviendas; asimismo, en forma multisectorial, se debe vigilar las zonas vulnerables de Lima y fuera de Lima, debido a la indisponibilidad de agua y desagüe, presencia de otros problemas de salud, ruralidad, pueblos originarios, entre otras razones.
A seguir quedándose en casa hasta el 30 de marzo.
Fuente: dge.gob.pe/covid, 19marzo2020
MBA por ESAN con mención en Finanzas y médico-cirujano de la Universidad Peruana Cayetano Heredia. Con 32 años de experiencia profesional en salud, a niveles público y privado, incluyendo la gestión integral de proyectos de salud y desarrollo social; 22 de ellos en el diseño, implementación, gestión y evaluación de innovaciones con Salud Digital en Perú, Panamá, Colombia, Paraguay y Ecuador, incluyendo la docencia en gestión de salud digital. Participó activamente en la implementación y expansión nacional e internacional de ALERTA, la primera Red de Salud Digital para Vigilancia de Enfermedades de alcance nacional y de mayor vigencia.
Docente de posgrado en salud desde el 2001. Actualmente es docente en gestión de salud digital en la Universidad ESAN y la Universidad Peruana Cayetano Heredia.
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