La deuda promedio en los hogares peruanos ha crecido a un nivel histórico de 22 300 de soles y en los últimos dos años hemos visto un aumento anual de hasta 13 % en créditos de consumo, es decir, tres a cuatro veces más de lo que crece la economía del país. Ante esta realidad, es importante que las familias sinceren los gastos que puedan tener.
Ninguna persona debe gastar más de lo que gana. De lo contrario, tendrá que endeudarse para asumir ese gasto. Si ya lo hizo, a partir del próximo mes, debe generar un excedente en sus ingresos y reducir sus gastos. Se tiene que crear un excedente o ahorro para pagar la deuda.
Un error frecuente en muchas personas consiste en asumir la tarjeta de crédito como parte del sueldo y girarla de manera indiscriminada.
Vale hacer un paréntesis para distinguir las deudas para inversión de aquellas destinadas al consumo. Las primeras pueden ser positivas, ya que el solicitante dispondrá de ese activo, que podrá valer más con el paso del tiempo. Por el contrario, endeudarse por consumo implica pagar cuotas de algo efímero que generó satisfacción en un momento determinado. Solo el primero sería recomendable.
Las personas no siempre son conscientes de la desaceleración económica y mantienen su nivel de gasto, a pesar de que los ingresos promedio de la población disminuyen. Con el tiempo, descubrirán que ya no pueden sostener ese nivel de gastos, pero preferirán endeudarse para mantenerlo. A largo plazo, estas prácticas incrementan la morosidad en el sistema financiero.
Un error frecuente en muchas personas consiste en asumir la tarjeta de crédito como parte del sueldo y girarla de manera indiscriminada. Piensan que disponen más recursos de los que, en realidad, poseen. Así, acumulan deudas impagables que solo les queda refinanciar. Por ello, todo gasto corriente siempre debe salir de su ingreso neto o sueldo y la tarjeta solo se destinará a objetos tangibles y duraderos.
Además del refinanciamiento, también pueden solicitarse más créditos a largo plazo, mediante la compra de deudas. Sin embargo, el pago de todas las deudas partirá siempre de la reducción de gastos por parte del deudor. Caso contrario, el cese del pago de deudas quedará registrado en la central de riesgos del banco y aumentará sus posibilidades de ser rechazado cuando solicite futuros préstamos. ¿Has pasado por una situación similar? Cuéntanos tu experiencia.
Un error frecuente en muchas personas consiste en asumir la tarjeta de crédito como parte del sueldo y girarla de manera indiscriminada.
Profesor de los Programas de Finanzas de ESAN Graduate School of Business. MBA por la Université du Québec-Montreal. Máster en Gestión de Riesgos, Universidad Católica San Antonio de Murcia y EALDE. Magíster en Administración por ESAN. The Board of Directors Program, IESE Business School - University of Navarra, Nueva York. Programa de Especialización para Directorios (PED) y Programa de Alta Dirección (PAD) de la Universidad de Piura. Programa de Alta Administración en Banca e Instituciones del Mercado de Capitales (Universidad Católica); Diploma en Dirección Estratégica en Banca (Universidad del Pacífico); entre otros. Economista por la Universidad Mayor de San Marcos.
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