El buen desempeño del sector agrario en el Perú podría estancarse si no se cumplen las exigencias ambientales para los proyectos en desarrollo. Un enfoque de gestión ambiental puede ayudarnos a cumplir los estándares necesarios.
La gestión ambiental es uno de los ejes sobre los cuales debe sostenerse el crecimiento del sector agrario en el Perú. Este concepto abarca todos los procesos necesarios para diseñar, ejecutar y monitorear políticas ambientales, con el fin de garantizar el estado saludable de nuestro planeta para las generaciones futuras. ¿Cómo marcha la implementación de este enfoque en el agro peruano?
La agricultura para la exportación ha recibido un fuerte impulso en el Perú durante los últimos años. Es importante destacar el valor de la producción agrícola en nuestro país, que superó los S/14 285 millones en el 2022, según datos de la Sociedad de Comercio Exterior del Perú (Comex). Es decir, la producción agropecuaria tuvo un incremento del 5.3 %, respecto al 2021.
En cuanto al desarrollo agrario, nuestro país tiene un posicionamiento relevante en la región. Un estudio del Banco Mundial (BM) presentado en el 2018 identificó que, durante la última década, la agricultura peruana creció a un ritmo anual de 3.3 % y permitió que muchos productos peruanos lograsen un nivel de competitividad importante en los mercados internacionales.
En tanto la formalización de los productores agropecuarios, es importante señalar que, a poco más de diez años de la aprobación del RGASAR, solo se ha logrado formalizar al 29.9 % de un total de 2 218 797 usuarios. En ese sentido, todavía queda pendiente formalizar a más de 1 553 158 usuarios.
El crecimiento de los proyectos agrarios viene acompañado de exigencias ambientales que son definidas a partir de los respectivos estudios ambientales. Ahí radica el enfoque de conservación para el desarrollo agrario.
Frente a los desafíos del sector agrario, como la promoción de las inversiones para darle el impulso necesario, también debemos compatibilizar los esfuerzos de conservación de los recursos naturales. En ese camino, el nuevo reglamento de gestión ambiental del sector agricultura y riego RGASAR promueve el enfoque de conservación para el desarrollo en el sector, que implementará:
Plataforma de evaluación en línea.
Procedimientos simplificados para pequeños productores agropecuarios y de la agricultura familiar.
Instrumentos de gestión ambiental colectivos para pequeños productores agropecuarios.
Establecimiento de mecanismos de evaluación y subsanación de observaciones en tiempo real, a través de plataformas específicas.
Procedimientos de formalización para titulares con actividad en curso, en tierras de producción permanente, en limpio y pastos.
Los principales desafíos para el sector agropecuario, relacionados con la gestión ambiental, consisten en alcanzar un nivel superior de competitividad, insertarse con éxito en los mercados ambientales y aumentar la sostenibilidad ambiental. También es necesario reducir la pobreza en las zonas rurales y aprovechar mejor las potencialidades de nuestro territorio.
La competitividad del agro peruano dependerá del uso racional de los recursos naturales y de la sostenibilidad ambiental de los sistemas productivos. Por lo tanto, el crecimiento económico sectorial está sustentado en el uso sostenible de los recursos, con una visión de largo plazo.
En ese sentido, la gestión ambiental en el sector agrario promoverá la sostenibilidad ambiental necesaria para alcanzar la seguridad alimentaria del país y darle tranquilidad a más de 30 millones de peruanos.
¿Qué otras acciones consideras necesarias para el crecimiento del sector en base a una buena gestión ambiental? Déjanos tu opinión.
La competitividad del agro peruano dependerá del uso racional de los recursos naturales y de la sostenibilidad ambiental de los sistemas productivos.
Master en Ciencias e Ingeniería con mención en Gestión Ambiental, con especialidades en
gestión de recursos hídricos, cuencas hidrográficas, gestión y evaluación ambiental y
gestión pública. 20 años de trayectoria profesional, 14 de los cuales como directivo público
en INRENA, OEFA, Autoridad Nacional del Agua (ANA), Ministerio de Vivienda,
Construcción y Saneamiento y MIDAGRI, así como asociado en recursos hídricos del
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en el proyecto GIRH-TDPS.
Consultor senior en gestión ambiental hídrica para Deutsche Gesellschaft für Internationale
Zusammenarbeit (GIZ).
Actualmente es Jefe de la Autoridad Nacional del Agua. Docente de posgrado en la
Universidad ESAN, Científica del Sur y Universidad Continental. Miembro de la Conferencia
de directores de agua de Iberoamérica y conferencista internacional en gestión de recursos
hídricos en países como Brasil, Colombia, Uruguay y Bolivia. Miembro del Programa del
Hombre y la Biosfera (MAB), como experto internacional en Ecosistemas de Montaña.
La seguridad hídrica tiene un impacto importante en los sistemas económico, social y ambiental de nuestro país. Asimismo, es clave para impulsar la seguridad alimentaria. ¿Qué acciones deberían tomarse para lograr un uso más eficiente de este recurso?