Para ser un buen analista senior de procesos, los años de experiencia suman, pero también haber desarrollado algunas cualidades y habilidades que requieren voluntad, disciplina y creación de hábitos.

¿Qué hace, a un analista, senior?

• Ver más allá de lo evidente. Un senior entiende al instante la posición de las piezas sobre el tablero de ajedrez con solo mirarlo. Tiene una visión de procesos bien desarrollada y sabe que, al recibir el brief de un proyecto de procesos, puede opinar sobre la dificultad o las adecuaciones que deben realizarse. Además, posee una intuición inmensa que le lleva a tomar medidas de prevención para implementar puntos de control sin generar burocracia.
• Tomar decisiones (importantes). Ninguna empresa paga tanto solo por saber tal o cual metodología, hay que tomar decisiones. Ya sea al comienzo o a la mitad de un proyecto, un senior hace coincidir las soluciones con las necesidades del usuario y cliente del proceso, porque sabe que es lo correcto. Si algo se tuerce en el camino, es capaz de abrir el micrófono de la reunión y hacer una curiosa petición al equipo para retomar la calma: “Tengamos la fiesta en paz”. El junior deja el micrófono cerrado y que sea lo que tenga que ser.
• Conocer el negocio. Los seniors conocen el negocio, la empresa y saben actuar en consecuencia y pericia para generar mejoras en los procesos, viables con el negocio.
• Poner el foco en lo que se sabe hacer bien. Los inicios en procesos son duros y un junior no sabe la mayoría de cosas. Es más, no sabe que no sabe, porque aún no conoce sus debilidades. Los seniors no lo saben todo, pero sí tienen claro lo que no saben. Sus pilares son sus fortalezas y, por ello, las potencian. Conocen sus debilidades, y por eso se rodean de otros para complementarse y crecer.
• Probar cosas nuevas, sin temor a fracasar. A nadie le gusta la idea de malograr algo. Ningún profesional quiere empeorar las cosas, mucho menos un analista de procesos, pero un senior sí está dispuesto a probar cosas nuevas. Sabe que para avanzar hay que asumir riesgos, y que, bien entendido y balanceado el riesgo, aprenderá más; lo que afinará su juicio de experto. Sin embargo, nunca olvida que algunos errores no se perdonan jamás. Por eso, escoge sus batallas y, si da un paso en falso, lo arregla rápido y bien.

¿Qué habilidades trabaja un senior?

• El desarrollo de su liderazgo trascendente y ambidiestro. Cuando un analista junior comienza a asesorar y guiar a otros juniors, inicia su proceso de transformación. Promueve espacios para explorar cosas nuevas, reta a sus compañeros y los involucra.
• Es ágil en su aprendizaje. Un senior ama lo que hace; por eso, sabe que debe aprender cosas nuevas. El conocimiento es necesario para mantenerse como senior. Sin embargo, sabe que la transformación no se logra haciendo turismo académico. Se logra aplicando hasta dominar la técnica, identificando oportunidades de desarrollo y asumiendo retos. Sobre todo, enseña a otras personas de forma sencilla, porque enseñando aprende más.
• Mejora su comunicación. El rediseño de procesos es, hoy más que nunca, un proceso de trabajo colaborativo. Un senior sabe comunicar; sabe alinear a las personas con el objetivo para que todos pongan su talento a disposición del equipo y que sabe cómo vender las mejoras a su público objetivo.

Digas lo que digas, eres lo que haces

Si te respetan y te pagan bien, los nombres que acompañan al puesto de analista de procesos son solo palabras. Es común que las empresas agreguen títulos para complacer, retener o atraer talento, pero eso no ayuda a largo plazo, solo crea expectativas innecesarias. Siempre debemos trabajar para lograr las cualidades y habilidades de un senior, ya sea que queramos transformarnos o no, que queramos ese título o no. Porque hay muchos analistas, pero no a todos se les recuerda igual.

¿Y tú, estás trabajando en tus cualidades y habilidades? Cuéntanos tu experiencia.

*Gustavo Ortega es profesor del PEE de ESAN

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