El alineamiento estratégico en las organizaciones se ha convertido en un tema relevante no solo para las entidades medianas y grandes que crecen en tamaño y en operaciones, sino también para las pequeñas, tengan o no fines de lucro.
Es esencial reforzar en los colaboradores de la empresa el sentido de sinergia que debe existir, tanto horizontal (sincronización de actividades a lo largo de la cadena de valor) como verticalmente (despliegue de los objetivos corporativos hacia los diferentes niveles jerárquicos) con el fin de generar una alineación integral que permita trabajar coordinadamente en la consecución de los planes comunes, concretos y medibles. Por ello, los objetivos deben estar articulados coherentemente a fin de que los directivos puedan enfocarse en los procesos y actividades que realmente generen valor agregado para todos sus stakeholders.
El propósito del alineamiento estratégico empresarial es lograr que los colaboradores de los diferentes niveles jerárquicos, los procesos que se realicen, la estructura organizacional y la tecnología se mantengan focalizados sistemáticamente en el cumplimiento de la visión, misión, objetivos y estrategias de la empresa.
El alineamiento estratégico es más un viaje que un destino, ya que no es un proceso finito, único, sino es un proceso que debe revisarse cíclicamente a fin de articularse con las aspiraciones y retos de la empresa y generar valor. Si bien se sabe que lograr el alineamiento estratégico no es un proceso sencillo, existen diversas herramientas que facilitan su implementación.
Lograr el ansiado alineamiento estratégico implica que las actividades a realizarse impacten directamente en el cumplimento de los objetivos organizacionales.
En este sentido se sugiere utilizar el Cuadro de Mando Integral (CMI), también conocido como Balanced Scorecard (BSC), propuesto por Robert Kaplan y David Norton, que al ser una herramienta con un enfoque de múltiples perspectivas permite alinear en cascada los objetivos que se han definido en cada una de las cuatro perspectivas (desempeño financiero, conocimiento del cliente, identificación de procesos clave y aprendizaje y crecimiento).
El propósito del BSC es vincular las estrategias corporativas, organizacionales, departamentales e individuales para cumplir los objetivos organizacionales y prevenir los conflictos de intereses que restan solidez a la empresa. Esta herramienta cumple un rol de vital importancia en la mejora del desempeño organizacional al permitir que su implementación introduzca una visión de más largo plazo de la gestión del negocio.
Bajo este contexto se señala que la implementación del proceso del alineamiento estratégico genera valor agregado cuando los directivos de las empresas consideran: 1) definir claramente la estrategia del negocio a fin de fomentar la unidireccionalidad de los objetivos planteados hacia el cumplimiento de la misión; 2) difundir la visión, misión, objetivos y propuesta de valor a todos los colaboradores a fin de que se comprometan en su cumplimiento, pues difícilmente los colaboradores podrán cumplir la hoja de ruta si no la conocen; 3) establecer métricas e indicadores para detectar posibles desviaciones y, de ser este el caso, tomar medidas correctivas; 4) ejecutar los planes de acuerdo a los indicadores señalados, monitorearlos sistemáticamente y controlar su cumplimiento de acuerdo a la hoja de ruta planteada.
Finalmente, cabe señalar que lograr el ansiado alineamiento estratégico implica que las actividades a realizarse impacten directamente en el cumplimento de los objetivos organizacionales. Asimismo, permite que las empresas tengan ventajas relevantes como innovar, adaptarse a las nuevas necesidades del mercado, reducir tiempos de los procesos, mejorar el clima laboral, incrementar la satisfacción de los clientes y generar valor agregado para lograr un crecimiento sostenido a largo plazo.
¿El alineamiento estratégico empresarial genera valor agregado a las organizaciones?
Lograr el ansiado alineamiento estratégico implica que las actividades a realizarse impacten directamente en el cumplimento de los objetivos organizacionales.
Doctora en Administración y Dirección de Empresas, Universidad Politécnica de Catalunya, España. Magíster en Administración de la Educación de la Universidad de Lima. Licenciada en Administración de Empresas de la Universidad de Lima. Coach ontológica y organizacional certificada por CMG – Chile (IAC). Programa Internacional en Coach Ontológico y Organizacional por ESAN. Coach educativo. Cargo actual: Coordinadora General de Calidad Académica de ESAN Especialista en diseño, desarrollo e implementación de programas formativos y formación de formadores. Consultora empresarial en el área de gestión educativa, planeamiento, diseño organizacional y procesos en empresas diversas empresas nacionales y multinacionales, públicas y privadas. Expositora en congresos nacionales e internacionales. Equipo de Calidad Académica.
La transformación ágil permite que la organización responda con éxito a los cambios. Para llevar adelante este proceso, se necesita una comunidad cuyo propósito específico es apoyar a la organización en el proceso de cambio.
Vivimos tiempos complejos y hoy, más que nunca, es indispensable que la organización del trabajo en la empresa contribuya al logro de objetivos de manera ágil y sin perder la eficiencia operativa. ¿Cómo lograrlo? Migrando hacia una organización dual. Y, si la reconfiguración del diseño está bien diseñada y desplegada, generará consigo mejores procesos, productos, servicios y una mayor capacidad para resolver retos e innovar.
Frente a los nuevos y continuos retos que las organizaciones afrontan, el alineamiento estratégico empresarial surge como una de las estrategias más relevantes en la gestión exitosa de los negocios. Conozca cuáles son los tres elementos que lo sostienen.