En el nuevo escenario al que se encuentran expuestas las empresas, es preciso que éstas repiensen sobre el rol que deben desempeñar para lograr los objetivos organizacionales concretos. Es en este sentido que se destaca que en un entorno tan competitivo como el actual, las empresas requieren obtener resultados que les permita crecer, sostenerse en el tiempo y alcanzar mayor participación de mercado.

Las que no se adapten en conseguir los cuatro elementos de generación de las ventajas competitivas: capacidad superior de satisfacer al cliente, eficiencia superior, calidad superior e innovación superior, correrán el peligro de ser vencidas por las empresas competidoras, y uno de los desafíos para lograr los elementos de la ventaja competitiva es, justamente, saber cómo alinear estratégicamente la organización.

En esta línea, se puede señalar que el alineamiento se basa en un enfoque integrador que permite que todas las divisiones, departamentos, áreas y colaboradores compartan una unidad de objetivos corporativos y planes operativos. Este enfoque presta atención especial a la alineación entre la estrategia del negocio y los diversos subsistemas y procesos empresariales a fin de que puedan responder a los retos que se presentan en un entorno cambiante y sumamente competitivo. Desde esta perspectiva, el alineamiento estratégico se convierte en una de las principales fuentes de las ventajas competitivas sostenible a largo plazo en las empresas. 

Bajo este contexto, cabe indicar que el alineamiento estratégico tiene como punto de partida la visión, misión, valores, objetivos y propuesta de valor que se quiere lograr y, desde la práctica empresarial, se resalta claramente la estrategia del negocio y la alineación horizontal (sincronización), el alineamiento vertical (cascada), y la integración holística a fin de fomentar la unidad de dirección del objetivos y estrategias de las diversas áreas de la empresa a la luz de los objetivos corporativos.

Poner en marcha un proceso de alineamiento no es una tarea sencilla, de modo que no existe una única forma de que se realice en forma exitosa. Sin embargo, su implementación permitirá tener beneficios relevantes para la empresa.

Asimismo, cabe señalar que el alineamiento horizontal es clave, ya que significa la "sincronización horizontal" que facilitará coordinación a lo largo de las actividades de la cadena de valor y de los procesos organizacionales hacia el logro de la estrategia empresarial a fin de crear valor para todos sus stakeholders. Además, se indica que el alineamiento vertical también es clave, ya que se refiere al "despliegue vertical" que permitirá decantar los objetivos corporativos al plano operativo de manera coherente. Estos objetivos corporativos se podrán traducir en objetivos medibles a través de indicadores que permitirán el alineamiento estratégico en los diferentes niveles jerárquicos, logrando así una integración holística.

Sobre la base de lo descrito, se destaca que poner en marcha un proceso de alineamiento no es una tarea sencilla, de modo que no existe una única forma de que se realice en forma exitosa. Sin embargo, su implementación permitirá tener beneficios relevantes para la empresa como innovar, conseguir agilidad y flexibilidad para responder las demandas del mercado y de los clientes, reducir los tiempos y costos de los procesos organizacionales, y optimizar el servicio a los clientes.

Finalmente, cabe resaltar que la empresa al estar afinadamente alineada mediante una estrategia innovadora que la diferencia de sus competidores y que le permita crear una propuesta de valor única para sus stakeholders, garantiza que las acciones empresariales que realicen sus colaboradores tengan un impacto directo en el logro de los objetivos corporativos convirtiéndose en una organización de alto desempeño.

¿Es factible que el alineamiento estratégico empresarial se diseñe de modo que contribuya a la ejecución de la estrategia y logro de los objetivos organizacionales?