A fin de paliar el impacto de la pandemia de la COVID-19 en la economía peruana, el Gobierno promovió una política pública de financiamiento para evitar el quiebre de las micro, pequeñas, medianas y grandes empresas del país. Su impacto debe contemplarse desde diversas aristas y una de ellas es el alcance logrado con el crédito de cada programa que se ha implementado.
Según Cofide, hasta la primera semana de septiembre, se observa un desempeño más que satisfactorio, por el monto total de créditos otorgados. Reactiva Perú superó los 457 000 desembolsos con garantías del orden de S/ 46 8000 millones. Este alcance abarca las empresas de diversos tamaños del Perú y de todas las actividades económicas. A ello debemos sumar el alcance de los fondos de apoyo empresarial.
La presencia de pequeñas y medianas empresas (pymes) en esta cobertura es significativa en actividad y alcance geográfico. En una situación de crisis sanitaria y económica, con restricciones que afectaron su capacidad de producción y las obligaron a adoptar nuevos modos de trabajo, lo realizado por ellas debe destacarse, pese a que aún falta mucho por hacer, sobre todo respecto a la informalidad.
Los hacedores y ejecutores de la política pública, así como todos los agentes económicos en general, hemos debido aprender a montar sobre un caballo cuyo comportamiento e impacto aún no terminamos de conocer. En ese sentido, debemos resaltar todos los aprendizajes logrados, pocos o muchos, y empezar a reconfigurar políticas y procesos. Es ahí donde tenemos que hallar un factor crítico de éxito.
El primer programa de apoyo a las micro y pequeñas empresas (mypes) fue el Fondo de Apoyo Empresarial Mype (FAE-Mype). Para ello, se destinaron S/ 800 millones que permitieron entregar líneas de crédito hasta por S/ 4000 millones, con coberturas de crédito individual de hasta 98 %, otorgadas por Cofide. En ese sentido, la promoción de tasas de interés bajas para los créditos otorgados a estos negocios es un hito histórico.
Es necesario trabajar en estrategias de desarrollo de mercado que permitan incorporar a más mypes en la política pública de apoyo financiero.
El siguiente paso es empezar a supervisar el uso del dinero prestado a los beneficiarios y monitorear su marcha de forma permanente, en un escenario muy complejo por la caída del empleo y los ingresos. En un plazo de seis meses deberíamos tener un reporte de los créditos desembolsados, a fin de conocer desde la fuente de aplicación de los recursos qué resultados se han obtenido con el apoyo otorgado.
Reactiva Perú es el programa más conocido, cuya relevancia para garantizar la continuidad de la cadena de pagos se refleja en el alcance obtenido, en términos de número y monto desembolsado, la diversidad de agentes económicos beneficiados y su distribución en actividades económicas y regiones. Será uno de los factores de corto plazo que apoyará más a la recuperación económica, que tomará su tiempo.
En adición a los programas de garantías, el Gobierno sumó uno más, Arranca Perú, que orienta a la creación de empleo temporal mediante inversiones en infraestructura, con recursos por S/ 2500 millones. Espero que se implemente en el más breve plazo para complementar el esfuerzo actual en torno a las cadenas de pago y la creación de demanda para una oferta que aún existe.
Es importante disminuir la informalidad imperante para lograr que estos programas lleguen a un mayor número de agentes externos al partidor, vía criterios de endeudamiento y de declaración de impuestos, los cuales deberían acelerar el logro de objetivos a corto plazo. Al mismo tiempo, debe trabajarse en estrategias de desarrollo de mercado para incorporar a más mypes en la política pública de apoyo financiero.
Como toda empresa, las mypes necesitan desenvolverse en una economía en crecimiento para lograr un mejor desempeño. En ese sentido, la política económica debe promover una recuperación de la tasa de crecimiento del producto bruto interno (PBI) agregado. Al mismo tiempo, se requiere que los consumidores recuperen su poder adquisitivo como consecuencia de un empleo productivo y permanente.
Para concluir, las mypes deben evaluar nuevos enfoques de negocios dada una nueva realidad que nos acompañará por un buen tiempo. Deben procurar mirar la situación actual desde una perspectiva más estratégica, tomando en cuenta sus propias capacidades. El reto pendiente es ajustar la estructura del negocio al escenario actual. ¿Tu empresa recibió apoyo de estos programas? Cuéntanos tu experiencia.
Es necesario trabajar en estrategias de desarrollo de mercado que permitan incorporar a más mypes en la política pública de apoyo financiero.
Magister Scientiae, Ingeniería Recursos Agua-Tierra; Mg.Sc. Candidato (c)Economía Agrícola. Dr. (Ph.D.) (c) Recursos Hídricos. Consultor en Ingeniería Gestión Ambiental y Recursos Hídricos. Cuenta con más de 38 años de experiencia profesional, ámbito nacional-extranjero. Ha sido Director de Estudios de Proyectos Hidráulicos Multisectoriales y Jefe de la Autoridad Nacional del Agua (ANA).
La economía circular facilita la gestión de los recursos que disponemos en nuestros hogares y nuestros negocios, a favor de un mayor cuidado del medioambiente.