La pandemia de la COVID-19 nos obliga a pensar en un cambio en los modos de producción y consumo en el Perú y en el resto del mundo. Previamente, ya existían esfuerzos por migrar a sistemas que fuesen más amigables con los recursos naturales, la conservación de la biodiversidad y el cambio climático. La llegada de este virus, y otros que podrían surgir según prevén los científicos, sólo acelera esta decisión de cambio en todos los niveles.
En este escenario, la economía circular es una estrategia de cambio que incorpora objetivos de conservación de recursos naturales. Actúa bajo tres principios que dejan de lado el sistema tomar-hacer-botar de la economía lineal y lo transforman en tomar (menos)-hacer (más)-reusar (cero residuos). La circularidad aporta a la conservación de ecosistemas, al evitar que sean alterados por uso irresponsable o ausencia del manejo de residuos.
Los tres principios de la economía circular son la preservación y mejora del capital natural, la optimización del uso de los recursos, y el fomento de la eficacia del sistema. Todos son igualmente importantes para conseguir resultados positivos económicos, sociales y ambientales, en favor de la humanidad.
En general, la ventaja principal de la economía circular es una gestión más eficiente, orientada a la conservación de los recursos naturales.
La contribución de la economía circular es notable en la gestión del riesgo climático. En este sentido, forma parte de diversos enfoques por conservación del planeta, como soluciones basadas en la naturaleza, la salud planetaria y, en general, en el balance que debe existir entre economía y ecología.
En general, la ventaja principal de la economía circular es una gestión más eficiente, seguida de una mayor productividad. Los mercados de consumidores se vuelven más atractivos. La combinación de estos factores asegura la vigencia del negocio, sea cual sea su tamaño y sector. Estamos ante un modelo de negocios inclusivo, que integra a todos los componentes de la cadena, una estrategia para obtener los flujos de caja esperados.
En febrero de este año, el Gobierno aprobó la Hoja de Ruta hacia una Economía Circular en el sector Industria, cuyos objetivos calzan con los enfoques de desarrollo sostenible que también propone la economía circular. Por ello, es necesario acelerar su aterrizaje en el rubro y, en general, en toda la sociedad.
Ya hemos observado un dispositivo que publicó el Ministerio del Ambiente (Minam), el cual dio el pitazo inicial para que, al interior de los hogares, empiece la tarea del manejo de residuos caseros. Es un muy buen paso que debe ser acompañado de una mayor difusión para pasar de la norma a una acción concreta y efectiva.
A nivel empresarial, la adopción de la economía circular parte por una "cuestión de fe", en primer lugar. A mediano plazo, una actividad económica bajo este enfoque resulta ser mejor que aquella no amigable con entornos y sociedades, siempre que se apliquen los tres principios previamente señalados.
La operación bajo el modelo circular puede implicar más costos, lo que impactará en los márgenes de utilidad de corto plazo, pero con mejores resultados financieros en un horizonte no tan lejano. El mercado es más exigente con los productos que consume y demanda una producción más responsable o sostenible. Recorrer esos caminos de manera imperativa reduce e, incluso, elimina, el riesgo de continuidad de los negocios.
Al igual que los enfoques ASG y ODS, las inversiones de impacto, la sostenibilidad corporativa y el desarrollo sostenible, la economía circular también requiere de un plan de comunicaciones amplio y profundo. Esta estrategia debe ir más allá de las normativas que provengan del Estado. En el caso particular de las pequeñas y medianas empresas (pymes) peruanas, se necesita una política pública por la pandemia actual.
La economía circular consiste en buscar la conservación de los recursos naturales, el capital natural de la humanidad y del planeta. Es preciso una estrategia que combine alianzas público-privadas y promueva más circularidad: más eficiencia, más conservación y más responsabilidad con el medio ambiente y la sociedad, a fin de que todos ganemos. ¿Tu organización ya empezó a implementar este modelo? Cuéntanos tu experiencia.
En general, la ventaja principal de la economía circular es una gestión más eficiente, orientada a la conservación de los recursos naturales.
Magister Scientiae, Ingeniería Recursos Agua-Tierra; Mg.Sc. Candidato (c)Economía Agrícola. Dr. (Ph.D.) (c) Recursos Hídricos. Consultor en Ingeniería Gestión Ambiental y Recursos Hídricos. Cuenta con más de 38 años de experiencia profesional, ámbito nacional-extranjero. Ha sido Director de Estudios de Proyectos Hidráulicos Multisectoriales y Jefe de la Autoridad Nacional del Agua (ANA).
Los programas como FAE-Mype y, sobre todo, Reactiva Perú han sido claves para mantener a flote a los pequeños y medianos negocios, pero aún quedan muchos otros que deben integrarse a estas iniciativas.