El teletrabajo, o trabajo que se realiza desde un lugar fuera de la empresa, es una realidad indiscutible que surgió como consecuencia del avance tecnológico. Las organizaciones enfrentan hoy el desafío de encontrar un equilibrio entre este y el objetivo de fortalecer el tejido social de la empresa.
Más allá de los aspectos operativos, para el teletrabajo se requieren personas con un nivel alto de autocontrol y autonomía de gestión. Se trata de gente interesada en trabajar en cierto aislamiento y no como es usual, en trabajos tradicionales de oficina, donde se suele trabajar en ambientes rodeados de acción.
Otro aspecto que hace atractivo al teletrabajo es la idea de que uno puede laborar desde la comodidad de su hogar. Sin embargo, muchas veces aquel bienestar puede resultar relativo pues la falta de claridad entre el trabajo y la vida personal puede surgir. Debido a esto muchas personas prefieren mantener ambos ámbitos de su vida separados. Y es el teletrabajo puede resultar para algunos sinónimo de una intrusión de la empresa en la vida privada.
Las organizaciones a las que les resulte conveniente emplear el teletrabajo deben considerar la importancia de mantener y reforzar los vínculos entre el personal y la empresa.
Las organizaciones a las que les resulte conveniente emplear el teletrabajo deben considerar la importancia de mantener y reforzar los vínculos entre el personal y la empresa. El personal además debe conocer la visión y los valores de la empresa y mantener una relación con el resto de los miembros de la compañía.
El trabajo colaborativo es importante para las organizaciones. Y es que se busca que las personas tengan iniciativas, manifiesten propuestas y soluciones para la compañía. Muchas de estas acciones surgen del trabajo en equipo y de las relaciones entre las personas de la compañía que pueden dar perspectivas diferentes de los problemas.
Las reuniones virtuales son mecanismos que permiten al personal y la empresa mantenerse en constante contacto y por tanto promover el trabajo colaborativo. Con el surgimiento de esta clase de herramientas no debería haber impedimentos para que se mantenga la cercanía entre el personal.
Sin embargo, es necesario recordar que el contacto personal continúa siendo importante. Por esta razón, la empresa debe crear espacios en los que las personas se reúnan tanto formal como informalmente. Las reuniones informales son las más recomendadas pues en ellas se conversa con libertad y espontaneidad por lo que surgen buenas ideas.
La organización tiene la responsabilidad de crear espacios para lograr esta interacción con el objetivo de fortalecer el tejido social de la empresa. No se trata de introducir el teletrabajo como si se tratara de una moda o porque este implica la reducción de costos. Hay que implementarlo de modo que no se pierda la riqueza del entorno organizacional que contribuye con el bienestar de los empleados.
¿Tiene usted alguna experiencia en teletrabajo? ¿Podría compartirla y decirnos si hay equilibrio entre esa modalidad y el trabajo colaborativo en su organización?
Las organizaciones a las que les resulte conveniente emplear el teletrabajo deben considerar la importancia de mantener y reforzar los vínculos entre el personal y la empresa.
Ph. D. con concentración en el Comportamiento Organizacional por Tulane University Master en Administración de Empresas por la ESPAE ESPOL. Ingeniería Mecánica por la ESPOL-Guayaquil, Ecuador. Es team leader del Global entrepreneurship Monitor.
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