¿Qué sabemos sobre esta situación en nuestro país? Las cifras surgen de la Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo 2009, conducida por el Ministerio de Trabajo en Lima Metropolitana.
Según esta fuente, solo el 54% de la Población Económicamente Activa Juvenil (entre 15 y 29 años de edad) cuenta con un empleo adecuado.
Se supondría que un empleo adecuado es aquel que brinda protección frente a riesgos como la pérdida de la salud o del propio trabajo. Sin embargo, el mismo informe señala que solo el 35,4% de los asalariados privados cuenta con seguro de salud, y si consideramos que este tipo de asalariados representa el 65,4% del total, resulta que solo uno de cuatro jóvenes cuenta con seguro de salud.
Podríamos pensar que por lo menos aquellos jóvenes que se encuentran aún estudiando y que no trabajan (21,5% de la PEAJ), tendrían tranquilidad al contar con el seguro universitario. Sin embargo, este tipo de seguro solo cubre accidentes mas no enfermedades, a pesar que las estadísticas demuestran el gran peso de las enfermedades relacionadas con la salud sexual y reproductiva y el aparato respiratorio en este grupo etáreo.
Cuando un joven afronta la pérdida de su salud y no cuenta con la protección de un seguro, recién reparamos en su importancia. Esto demuestra que la llamada cultura previsional está en ciernes en nuestro país, reconociendo el gran impulso de la Universalización del Aseguramiento en Salud.
Esta situación no es mucho mejor en los EEUU. Una encuesta realizada hace pocos años por una gran aseguradora, bajo el título "Padres, ¿sus hijos graduados están listos para el mundo real?", demostró que la mayoría de los padres pensaba que el futuro empleador ofrecería un seguro de salud para sus hijos. Sin embargo, esta expectativa no se cumpliría en un buen porcentaje de casos. Citando a la Fundación Kaiser Family, el reporte señala que en 2005 solo el 60% de las compañías ofrecía cobertura de salud a sus empleados, tasa que iba en descenso desde el inicio del nuevo milenio, siendo aún más desfavorable para las pequeñas empresas.
Poco más de un tercio de padres manifestó, además, que no había dedicado tiempo para informarse o analizar el seguro de salud. De allí que la respuesta inicial no resulte sorprendente.
"Cuando los adultos jóvenes dan los primeros pasos en el mundo real, deben tener en cuenta el impacto financiero de sufrir una enfermedad o un accidente", es una cita con sabor a advertencia para proteger no solamente la salud, sino sobretodo la economía familiar.
Se los digo por experiencia y les prometo contarles en mi próxima entrega lo que pudo haber sido un gran apremio para nuestra familia.