La formalización de la economía

Una de las pocas propuestas económicas, por su alcance efectista en el electorado, ha sido la de elevar el salario mínimo. No se ha discutido cómo formalizamos la economía nacional. Y no se ha dicho, por ejemplo, que el salario mínimo va de la mano con puestos de trabajos formales. Si casi el 70% de la economía peruana es informal, no hay que concentrarse en el salario mínimo que impacta positivamente a quien tiene un puesto formal, es decir, a un sector minoritario de la población. Lo que tenemos que ver es cómo se formaliza a las empresas para que en ellas no predomine la precariedad laboral como ocurre actualmente.

Las personas quieren un puesto estable, con todos los beneficios como un seguro de salud, un seguro de desempleo, entre otros. Y este tipo de empleo formal es lo que se debe impulsar. Sinceramente, pienso que se han discutido temas que no deberíamos analizar como aumentar el salario mínimo, que más que una discusión pareció ser un concurso para ver quién ofrece más. Esto empobrece el debate económico.

El gobierno se adelantó a varios candidatos y decretó el incremento del salario mínimo. Pero creo que esta medida es un desincentivo a la formalización y un incentivo a la informalidad.

La descentralización y la educación

Acerca de la descentralización, más allá de las consideraciones de índole organizacional del Estado para hacerlo más eficiente, el tema central es cómo impulsar este proceso para darle más oportunidades a la gente que vive fuera de Lima. El Estado debe organizarse mejor, sí, para distribuir mejor los ingresos públicos. Pero también debe permitir el desarrollo de las actividades descentralizadas, aquellas que llegan a muchos rincones del país adonde no van las otras actividades. Lo he dicho anteriormente: la minería es la actividad descentralista por excelencia, y hay que garantizar su desarrollo en armonía con el medioambiente.

Respecto al tema educativo, contaré que hace un tiempo estuve escuché al exministro de Economía Luis Carranza, quien dijo que el programa Beca 18 le cuesta al país S/ 1,000 millones al año y que el presupuesto de todas las universidades públicas en el Perú es S/ 1,500 millones.

Aquí hay un tema que creo se debe ajustar. Estoy de acuerdo con Beca 18 y lo que se debe ajustar es aumentar el apoyo estatal a la universidad pública. Soy un apasionado de la universidad pública, lo cual es una herencia de mi padre, quien dedicó mucho tiempo a su alma máter, la UNI. Pero yo voy a la UNI, a San Marcos, a la Universidad San Agustín de Arequipa, a la Universidad San Antonio Abad, entre otras, y he visto que las autoridades realmente hacen esfuerzos grandes pero con muy pocos recursos. 

Creo que se deben hacer más esfuerzos por alcanzar la excelencia en la educación. También es fundamental la acreditación, que debería ser una obligación, y me da la impresión de que no se está dando. Esto tiene que ver con la calidad de la educación.

Finalmente, como espectador de la campaña electoral, soy optimista y creo que los peruanos elegiremos un candidato pro sistema. Nos debe esperar en los próximos cinco años un gobierno pro mercado, que reactive la economía y genere mayor inversión. Y que por supuesto lo haga cuidando todos los aspectos macroeconómicos como el control de la inflación, sin exceso de endeudamiento y cuidando las cuentas fiscales.

¿Considera usted que para la segunda vuelta debe haber un debate económico en el que los temas centrales sean la formalización de la economía, la descentralización y la educación? ¿Qué otros temas podrían tratarse?