Un buen ejemplo del desarrollo de activos ambientales es el tratamiento de las aguas servidas de Arequipa que antes iban en su totalidad al río Chili. La minera Cerro Verde ha logrado purificar el agua, captarla y utilizarla. En la actualidad, las aguas son tratadas por la compañía para usarlas como insumo en la expansión de sus operaciones.
Ahora el río está limpio, lo cual constituye un activo ambiental muy valioso. Una parte del agua tratada en Arequipa sirve para uso agrícola. Y otro resultado importante de esta descontaminación es que hoy podemos ver truchas en el río Chili, algo que era imposible con las aguas servidas vertidas en él. Al evidenciar todas estas acciones positivas creo firmemente que la minería puede contribuir con el desarrollo de más activos de esta clase.
Las minas necesitan energía y los poblados que están cerca de ellas también. De modo que el desarrollo minero es sinónimo de elevación de la calidad de vida de las comunidades.
Dicho esto hay que seguir trabajando por desarrollar más activos ambientales. Lo mismo podría suceder con el proyecto minero Tía María de la Southern Cooper Corporation si se construye el reservorio de Paltiture. Este beneficiaría a los agricultores al permitirles contar con más agua en el río Tambo durante el año.
Cabe señalar que el río Tambo está naturalmente contaminado con boro. Sin embargo, este podría descontaminarse si es que se tuviera un mayor volumen de agua discurriendo por el valle. Es importante aclarar que la contaminación sufrida por este rio no es responsabilidad de la compañía que se ha propuesto desarrollar Tía María.
Tanto en los proyectos que se han llevado a cabo como aquellos que están por realizarse, la minería cuenta con muchos ejemplos de activos ambientales destinados a descontaminar y a mejorar las relaciones del hombre con la naturaleza. Por ello reitero mi firme convicción en lo que suelo llamar la hermandad del agua. La agricultura y la minería pueden beneficiarse enormemente. Las inversiones mineras pueden contribuir a generar los reservorios que se necesitan. Por ello me parece perverso, por decir lo menos, sostener que el agua enfrenta a la minería con la agricultura.
Los reservorios de agua también son fuente para el desarrollo de energía eléctrica. Las minas necesitan energía y los poblados que están cerca de ellas también. De modo que el desarrollo minero es sinónimo de elevación de la calidad de vida de las comunidades. En ese sentido lo hecho por la compañía de minas Buenaventura en Huancavelica, desde décadas atrás, es un ejemplo importante que se debe seguir replicando en el país.
Impulsemos la hermandad de agua. Deberíamos hacer reservorios y aprovechar las lluvias. No olvidemos que el 85 % del agua se va a los océanos Atlántico y Pacífico. En el Perú consumimos el 1 % de lo que llueve. Y de ese total, la minería consume el 1 %. Es decir, el sector minero consume en un año el 0.01 % del agua de lluvia.
¿Considera usted que las comunidades cercanas a los proyectos mineros estarán dispuestas a aceptar la propuesta de construir reservorios de agua y permitir la actividad minera?
Las minas necesitan energía y los poblados que están cerca de ellas también. De modo que el desarrollo minero es sinónimo de elevación de la calidad de vida de las comunidades.