Entre julio y agosto las cotizaciones de cobre, oro y zinc, metales que Perú produce y exporta, registraron un importante incremento. Esto contribuyó a que los términos de intercambio volvieran a niveles similares a los de 2007, en pleno "boom" minero.
A esto se suma que entre enero y julio las inversiones de las compañías del sector crecieron en 1.5 %. Por primera vez en tres años este indicador muestra un resultado positivo. Leve, ciertamente, pero ya es una buena señal en un contexto en el que la inversión privada en general todavía permanece paralizada.
Entre julio y agosto las cotizaciones de cobre, oro y zinc, metales que Perú produce y exporta, registraron un importante incremento. Esto contribuyó a que los términos de intercambio volvieran a niveles similares a los de 2007, en pleno "boom" minero.
También es notable el incremento de la actividad exploratoria, con un dinamismo de 25.2 %. Este resultado nos indica que las compañías estarían reactivando especialmente sus proyectos de inversión de mayor riesgo (greenfield).
No cabe duda de que el país se encuentra en un momento mejor del que estuvimos en los últimos años. Sin embargo, es necesario que se ponga énfasis en que la mejora se debe a varias razones y no solamente a los precios.
Durante el gobierno del presidente Ollanta Humala se tuvo un período de cinco años en el que no se apostaba ni creía en el sector privado. Tampoco se creyó en el sector minero y ello generó un ambiente poco propicio para la inversión. A esto se añadió la baja en los precios de los metales y el aumento de la burocracia. Todo este contexto afectó negativamente a las inversiones.
Hoy en cambio el Perú ve con mayor optimismo y entusiasmo el futuro de la minería peruana. En un artículo anterior me refería con mayor detenimiento a los pasos qué desde el Ejecutivo se han dado para desburocratizar y acelerar la actividad. Medidas que han mejorado la percepción por parte de las empresas del sector, que en definitiva vieron el incremento de la inversión entre enero y julio del presente año.
Es fundamental entender que la minería se mueve por eficiencias que no están dadas solamente a nivel tecnológico sino también en el ámbito burocrático. La minería es esencialmente una actividad tomadora de precios y por lo tanto lo único que puede controlar -y aun así, a medias- son sus costos y sus eficiencias.
Hay un ambiente distinto en el Perú y eso también lo vemos reflejado en mejores perspectivas. Se espera un mayor incremento en la inversión en el 2018. Igualmente ayudará el hecho de que cada vez más se llega a puntos de encuentro con las comunidades del entorno de las operaciones mineras. Las confrontaciones que se tuvieron en el pasado han sido el producto de expectativas no resueltas que se han ido solucionando en el camino.
Hoy en día, en aquellos lugares donde quedaron detenidos algunos proyectos, las comunidades se dan cuenta que perdieron una oportunidad. Y por supuesto las empresas mineras hemos aprendido a tratar con ellos.
Todos estos factores explican en conjunto el hecho que los proyectos comiencen a avanzar. Esto debe alegrarnos a todos porque, como ocurrió en el último boom, si el "miniboom" se confirma como tendencia se verán arrastrados favorablemente otros sectores como la construcción y la industria manufacturera.
¿Cree usted que se acerca un nuevo boom de la minería peruana?
Entre julio y agosto las cotizaciones de cobre, oro y zinc, metales que Perú produce y exporta, registraron un importante incremento. Esto contribuyó a que los términos de intercambio volvieran a niveles similares a los de 2007, en pleno "boom" minero.