En las instalaciones del hotel Westin Harbour Castle en Toronto, el 11 de octubre del 2013, se anunció que Lima sería la ciudad anfitriona de los Juegos Panamericanos 2019, dejando atrás a Santiago (Chile), La Punta (Argentina), y Ciudad Bolívar (Venezuela).
Pero estas no fueron las primeras intenciones de Lima por ganar la sede de estos juegos. El 6 de noviembre del 2009 para la elección de la ciudad organizadora de los Panamericanos del 2015, Lima quedó segunda después de Toronto, que organizó con éxito los últimos Juegos Panamericanos. Es decir, nuestros gobernantes ya tenían en mente organizar los Panamericanos desde hace más de siete años.
No se trata de hacer una cronología de los hechos ocurridos durante este tiempo, sino de hacer una reflexión, si a estas alturas, a menos de dos años y medio de la fecha inaugural, todavía es oportuno organizar tales juegos. Y no solo porque a la fecha hay muchos proyectos pendientes--como la construcción de la villa deportiva o el acceso al aeropuerto--, ni porque la infraestructura e instalaciones necesarias no están encaminadas, sino porque los recursos (S/. 4,125 millones) a destinar a esta organización pueden ser mejor distribuidos a otros fines, tal como ha sido planteado, en los últimos días, por un sector de la opinión pública.
Con el perdón de los deportistas, que igualmente podrían participar en casa o en otra sede, y que parte de esos recursos podrían ser destinados a su formación, nos preguntamos, ¿deberíamos continuar o no con la organización de los XVIII Juegos Panamericanos que se desarrollarán del 26 de julio al 11 de agosto del 2019?
Conversando con el Dr. Miguel Ángel Montoya, colega mexicano, acerca de la organización de los Panamericanos realizados en Guadalajara en el 2011, me señaló que la organización de un evento de esta naturaleza no es negocio. Indica que "los organizadores tienden a presentar estos eventos como catalizadores de inversiones necesarias para la ciudad, como por ejemplo, la ampliación de líneas del metro, de carriles de las avenidas, de los aeropuertos, entre otros, pero lo que la evidencia muestra es que esas mejoras de todos modos se hubieran realizado en el tiempo".
El Gobierno para minimizar los riesgos que todo proyecto implica debería tomar una decisión bajo la premisa que no se busca un beneficio económico en la organización de unos juegos de esta envergadura, sino un beneficio social.
A esta situación habría que agregarle que no hemos seguido la hoja de ruta adecuada. Los cambios de autoridades en el gobierno central y local tampoco han favorecido en el cumplimiento de los factores críticos para la organización de estos juegos.
En el 2015, publicamos en ESAN Ediciones el libro Juegos Panamericanos Lima 2019: Factores críticos para su organización donde determinamos nueve factores críticos de éxito para realizar un evento deportivo de esta magnitud, que a la fecha, no solo no se están cumpliendo, sino que cada vez estamos más lejos de hacerlo. Por ejemplo, uno de ellos es el compromiso, la comunicación, el consenso y el trabajo en conjunto de todos los actores involucrados en el evento, tales como autoridades, organizadores, el sector privado y la población.
Además, trabajando contra el tiempo corremos el riesgo de tomar medidas apresuradas, equivocarnos en la elección de proveedores, en la definición y ubicación de los lugares donde se construirán las instalaciones y en suma generaríamos sobrecostos al proyecto. En Guadalajara, la villa deportiva está abandonada y muchas instalaciones deportivas no se volvieron a utilizar.
En conclusión, el Gobierno para minimizar los riesgos que todo proyecto implica debería tomar una decisión bajo la premisa que no se busca un beneficio económico en la organización de unos juegos de esta envergadura, sino un beneficio social, y que a lo mejor este beneficio lo puede lograr planificando mejor, tomando acciones oportunas y cumpliendo los objetivos y plazos establecidos.
El Gobierno para minimizar los riesgos que todo proyecto implica debería tomar una decisión bajo la premisa que no se busca un beneficio económico en la organización de unos juegos de esta envergadura, sino un beneficio social.
Doctor en Ciencias de gestión por el IAE de la Université Côte d’Azur, Niza. Master en Marketing cuantitativo por el IAE de la Université Pierre Mendes France, Grenoble. MBA de ESAN Graduate School of Business. Licenciado en Administración por la Universidad de Lima. Experiencia internacional como consultor de empresas en marketing y estrategia. Especializado en Marketing de servicios y experiencia del cliente. Ha sido director comercial de ESAN GSB. Actualmente, es Profesor Principal en ESAN GSB y profesor visitante en el Y Schools y en el IAE de Nice, Francia.
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