Hacia febrero último, el Perú contaba con una interesante cartera de 51 proyectos mineros cuyas inversiones sumaban US$ 63,928 millones, según la web del Ministerio de Energía y Minas. Lamentablemente, la ejecución de varias de estas obras ha sido relegada hasta las calendas griegas, al punto que ya no puedan ejecutarse en el corto plazo.
Para citar algunos ejemplos podemos mencionar a Michiquillay que estaba en manos de Anglo American, Quellaveco, Conga y Tía María. Este último caso es realmente preocupante porque la empresa Southern consiguió la aprobación de su Estudio de Impacto Ambiental (EIA), demostrando en forma documentada que el proyecto es viable en términos de respeto al ecosistema. Pero aún así los grupos antimineros lograron convencer a un importante sector de la población para oponerse.
Ante este panorama, es evidente que se debe tomar cartas en el asunto para evitar que sigan entorpeciendo las inversiones mineras. Queda claro que el despegue económico que vivimos hace unos años tuvo a la minería entre sus actores fundamentales. Estamos perdiendo la oportunidad de contrarrestar un ciclo de ralentización económica, marchando hacia la recesión. Con los proyectos mineros no bloqueados y en marcha, otro sería el panorama de la economía peruana.
¿Qué hacer? Creo que el tema de la simplificación para la obtención de permisos, tanto a nivel del Ministerio del Medio Ambiente, del Ministerio de Cultura y del Ministerio de Energía y Minas, debe continuar. Hay que facilitar las cosas si es que queremos sacar los proyectos adelante. Estamos hablando, solo en tres o cuatro proyectos, de más de US$ 12,000 millones en inversiones. No hay que preocuparse sino que hay que ocuparse en destrabar esos proyectos.
En el Perú no nos faltan problemas pero creo que los peruanos hemos demostrado que sí tenemos capacidad para solucionarlos. Hay algo en que siempre insisto: en los últimos años el país ha trabajado cuatro candados muy importantes: el Tratado de Libre Comercio con EE.UU. y los demás acuerdos comerciales que cuentan con un capítulo de defensa de la inversión; el haber logrado un grado de inversión, creo que todos somos conscientes que tenemos que mantenerlos si queremos dinero barato para el Perú y acceso al crédito, acceso al capital; el estar en la Alianza del Pacífico con los países más exitosos de América Latina, que es el primer tratado internacional sin fronteras comunes; y finalmente, algo que a veces nos olvidamos es que tenemos un Banco Central absolutamente independiente que por ley no le presta al gobierno y que ha logrado éxitos espectaculares en el manejo de la política monetaria y de la reducción de inflación.
En consecuencia, gracias a estos cuatro candados, creo que el Perú tendrá cierta estabilidad. Considero que podemos crecer más y que podemos revertir la actual tendencia decreciente que registra nuestra economía.
¿Coincide usted con Roque Benavides en que la actual desaceleración económica es reversible?