Desde 1980, el Perú ha experimentado hasta dos eventos de fuerte intensidad originados por el fenómeno de El Niño: en 1982-1983 y en 1997-1998. Los efectos en la economía de ambos acontecimientos fueron de gran magnitud y afectaron a diversos sectores económicos, entre ellos la agricultura.
Según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el impacto económico que sufrió el Perú en el período 1982-1983 fue de US$ 2,227 millones entre daños directos e indirectos, mientras que en el período 1997-1998 la cifra llegó a ser de US$ 3,569 millones. Asimismo, en este último evento, los efectos fueron intensos en el agro. El Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) ha estimado que en la agricultura El Niño ocasionó pérdidas por US$ 613 millones, siendo el mayor daño en los sistemas de riego y drenaje, y en la producción agrícola.
¿Se repetirá la historia en el 2015?
Para el año 2015 se estima que el fenómeno de El Niño tendrá efectos moderados en las agroexportaciones, los cuales repercutirán de manera positiva como negativa.
Por el lado de los impactos positivos, las lluvias y vientos de los últimos meses han generado la reforestación natural de aproximadamente 200,000 hectáreas de bosques de algarrobo en Piura, Tumbes y Lambayeque, lo que provocará un mayor rendimiento y producción, así como en una mejor calidad de la miel. Además, estas condiciones permitirán también el incremento de forraje para los animales.
En tanto, el incremento de temperatura y la alta humedad en la costa norte permitirán el repoblamiento natural de la flora y el aumento de la vegetación, generando más alimento para los animales silvestres y domésticos.
En algunos cultivos, como el arroz, las condiciones climáticas producirán que su período vegetativo disminuya, es decir, que se desarrolle en menor tiempo. En caña de azúcar, debido a que el tiempo de inicio y maduración del cultivo será más corto, se tendrá un mayor rendimiento de sacarosa y mayor reconversión de azúcar. Mientras tanto, en el caso de banano, con un manejo eficiente de agua, su desarrollo y productividad se incrementaría.
Ahora, en cuanto a sus impactos negativos y teniendo en consideración que se prevé la ocurrencia del fenómeno de El Niño en los meses de mayo y junio (otoño/invierno), los efectos dañinos directos que podrían presentarse se darían en cultivos de agroexportación ubicados en la zona centro y norte del país, principalmente en esta última.
Si se da un sostenimiento de las temperaturas podría verse afectada la floración en cultivos de mango, cítricos, palta y olivo en el sur, y posiblemente uva. Por ello, la prevención y el uso de buenas prácticas agrícolas (adecuado almacenamiento de semillas y plaguicidas, diversificación de cultivos y el adecuado manejo de coberturas de suelos) son los mejores aliados del agroexportador para combatir la llegada del fenómeno de El Niño. No obstante, para mitigar cualquier impacto negativo, el Gobierno ha previsto un fondo de US$ 400 millones que tiene el propósito de cubrir las necesidades del sector Agricultura, sobre todo en las regiones del norte del país.
¿Considera usted que está preparado el sector agroexportador para un Fenómeno de El Niño de mayor intensidad?
MBA de CENTRUM y Magister en Finanzas por ESAN. Director de Educación Ejecutiva del sector Agro. Director de ESAN School of Government.
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