Elijo trabajar contigo si lo que me ofreces es más valioso que mi tiempo y mi esfuerzo. ¿Valioso para quién? Para mí la Propuesta de Valor al Empleado (PVE), aquello que la empresa puede ofrecer para atraer, retener y mantener el compromiso de los trabajadores.
Tienes una familia modelo. Eres profesional, tu mujer trabaja pero también mantiene el calor del hogar y entre los dos educan y forman a sus dos hijos, Olivia y Agustín. A todos les encantan las mascotas. Por eso tienen dos perros, un gato, una tortuga y, en el cuarto de tus niños, una pecera con pececitos. Hoy te tocó hacer las compras y estás en el supermercado. Y decides comprar pescado y arroz para esa noche. ¿Para quienes? Para todos. Y te encuentras feliz con tu aporte, ya que es tu comida preferida.
Sin embargo, ya a las once de la noche, cuando esperabas solo felicitaciones, has tenido que soportar algunos reproches. Todavía que te encargas y das lo mejor de ti. Reproches.
Tu mujer te mira como diciendo: ¿hace cuánto que sabes que Olivia odia el arroz y Agustín le huye a los pescados? Los perros te miran con disgusto y su plato casi lleno. El gato hoy te ama, pero no sabe cómo decírtelo. La tortuga aún no se enteró y los peces parecen resignados.
Al día siguiente, en tu trabajo, tienes la posibilidad de poner en práctica el aprendizaje familiar, si es que algo has aprendido.
No es una moda hablar del talento. Es una necesidad. El talento de los diseñadores de Apple, de los responsables de servicio al cliente de Disney, o los operarios en Toyota hacen la diferencia. Estoy seguro que tener gente que sepa hacer bien su trabajo y quiera hacerlo, hace una gran diferencia en tu empresa.
Por lo tanto, sabes que necesitas elegirlos pero también hacer que te elijan para trabajar contigo y, una vez que ingresan, lograr que quieran quedarse comprometidos. Es el momento de pensar en tu Propuesta de Valor al Empleado (PVE). Y lo primero que viene a tu mente es el pescado de ayer.
La PVE es lo que tú ofreces como empleador para atraer, retener y mantener comprometido al talento que necesites, sea cual fuere.
La PVE es lo que tú ofreces como empleador para atraer, retener y mantener comprometido al talento que necesites, sea cual fuere. Tu PVE no debe ser consecuencia de los vientos alisios que decidieron por ti. Debe ser algo pensado, discutido, implementado y comunicado.
Para ello van algunas consideraciones:
Lo más relevante es que te pongas a pensar e implementar una PVE. Es un avance. Pero también podrías hacerlo mejor, comprendiendo que ya no es suficiente una propuesta única: "Mi propuesta de valor es que en mi empresa las personas aprenden". Muy interesante, ¿pero es suficiente?
Aprendiste en tu casa que antes de hacer las compras deberías haber sabido qué le interesa a cada uno. No podrás hacer menús distintos para cada uno de tus empleados, pero sí deberás saber que es improbable que lo que tu consideres valioso sea lo mismo para un joven profesional, un ingeniero que está por jubilarse o una asistente administrativa. Debes pensar en las distintas poblaciones y ofrecer opciones alternativas. Algo así como un menú a elección. Y no olvides que tu PVE debe ser revisada y monitoreada, sino será solo una lista de intenciones.
Elijo trabajar contigo si lo que me ofreces es más valioso que mi tiempo y mi esfuerzo. ¿Valioso para quién? Para mí.
¿Qué medidas concretas recomendaría a las empresas para atraer y retener al mejor talento?
La PVE es lo que tú ofreces como empleador para atraer, retener y mantener comprometido al talento que necesites, sea cual fuere.
MBA de IAE Business School. Especialización en Recursos Humanos de Ross School of Business, University of Michigan. Director de Interim, Soluciones Gerenciales de Recursos Humanos. Profesor de Comportamiento Humano en IASE Business School. Titular de “Alineando la Organización”, en EMBA, IAE Business School. Laboró en diversas empresas a cargo de las más altas responsabilidades para la Región Sudamérica tales como Alpargatas, Perez Companc, Family Group, Boehringer Ingelheim, Satus Ager, entre otros.