Cuatro son las vías elegidas para cambiarle el rumbo a la empresa: 1) Modernizar la refinería de Talara; 2) Volver a participar en la exploración y explotación petrolera; 3) Participar como socio en la infraestructura para el transporte del gas y desarrollo de la petroquímica; y 4) Cotizar sus acciones en la Bolsa e incorporar inicialmente hasta un 20 % de capital privado.
A primera vista el paquete parece consistente y daría la impresión de que cada una de sus partes ha sido materia de cuidadoso análisis. Veamos si es así:
1. La modernización de la refinería de Talara es un viejo proyecto que se requiere más que por razones económicas o de abastecimiento del mercado por consideraciones ambientales. Los estudios y negociaciones han avanzado lentamente frente a la total indiferencia del Ministerio de Economía, quien durante la administración anterior practicó la política "del perro del hortelano". Es decir, no autorizó la financiación con recursos del Tesoro o deuda pública y bloqueó los intentos de la empresa de hacerlo con sus recursos. Luego de un año de trabajo, la actual administración está próxima a terminar la ingeniería básica y poder definir el costo real del proyecto.
Paralelamente, el banco de inversión contratado como estructurador del financiamiento hará su trabajo y nos dirá bajo qué condiciones existiría interés de los bancos por financiar el proyecto. Según el Presidente de Petroperú esto ocurrirá en octubre, o sea que es cuestión de esperar unas semanas para saber si este vector del programa de fortalecimiento avanza.
Sin embargo, asumiendo que el proyecto resulta viable y se ejecuta, los resultados financieros de la empresa no cambiarán dramáticamente. La rentabilidad de la industria petrolera no está en la refinación y esto lo sabe bien Petroperú.
2. La principal noticia de la última semana fue que el gobierno ha decidido convocar a una subasta por más de treinta lotes petroleros en la que los factores para ser adjudicatario son además de las regalías ofrecidas, el nivel de participación que se le da a Petroperú con un rango entre 25% y 49 %. Se afirma que así se hace en otros países de la región y se menciona a Colombia como ejemplo. Eso no es cierto actualmente y cuando lo utilizó en el pasado funcionaba de otra manera.
Ecopetrol tenía la opción de asociarse y ejercía la opción en el momento en que se encontrara petróleo. En ese momento, la empresa entraba hasta con el 30% de participación y aportaba su parte alícuota igual que el socio mayoritario. En nuestro caso, Petroperú no aporta durante la etapa de exploración y en la explotación ¡aporta de sus utilidades futuras! Si el modelo de subasta resulta exitoso habría que documentarlo a través de un estudio de caso para ser presentado en las mejores universidades del mundo.
Pensamos que pocas empresas se sentirán atraídas a pesar del esfuerzo de "road shows" y visitas a los potenciales interesados. En primer lugar, por qué hace mucho tiempo no hay un descubrimiento significativo en nuestro país; ni siquiera grandes campañas de exploración en los últimos años. Además, al calcular la regalía a ofrecer habrá que tomar en cuenta que el socio no aporta en la etapa de mayor riesgo y después recibe cuando se logran resultados.
Esto anticipa la presencia de empresas pequeñas y regalías bajas, lo cual generará condiciones para un pobre manejo ambiental, totalmente inadecuado para acompañar a Petroperú en el retorno a esa actividad.
3. En estos días existe un gran debate sobre la viabilidad de las obras anunciadas por el gobierno para el transporte del gas, su masificación y el desarrollo de la petroquímica. La mayoría insiste que el esquema general está mal planteado pues hay obras que compiten por el mismo mercado, otras donde no se ha podido identificar quien es el demandante y, finalmente, un conjunto de plazos de ejecución que resultan optimistas, por decir lo menos. En esta estrategia el gobierno ha decidido incorporar a Petroperú como socio minoritario.
Al margen de la viabilidad real de los proyectos se debe resaltar el error de concepto al considerar que por invertir en esa parte del negocio Petroperú saldrá fortalecida. El transporte de gas es una actividad regulada por el estado con tarifas establecidas por el organismo regulador por lo que la recuperación de las inversiones, por lo general grandes, requiere de un período largo de tiempo.
Por esa razón, no son las empresas petroleras las que construyen ni operan gaseoductos donde la rentabilidad principal atrae al constructor o al fabricante de tubos. Por otro lado, Petroperú no cuenta en su plantel técnico especialistas con experiencia en ese tipo de obras.
4. Finalmente, la cotización en la Bolsa será una consecuencia lógica del éxito o fracaso de sus proyectos. Estos, mal concebidos y evaluados, difícilmente atraerán fondos de las AFP y menos de ahorristas privados. Falta comentar los procedimientos de Gobierno Corporativo que debe satisfacer Petroperú y que siendo bastante difíciles de instrumentar para empresas privadas aparecen como imposibles de cumplir para empresas de propiedad del estado que hasta la fecha son consideradas como la prolongación del Ministerio con el cual están vinculadas.
Sería una pena que este importante componente de la oferta electoral del actual gobierno no logre sus objetivos. Sin embargo resulta evidente que se requiere bastante más que buenas intenciones y apoyo político. Hay un conocimiento de los usos y costumbres de la industria que resulta indispensable para el éxito de los proyectos. El tiempo dirá.
¿Considera usted que Petroperú tendrá éxito en su incursión en la Bolsa de Valores de Lima?