La competitividad de un sistema eléctrico es fundamental para el desarrollo de un país. En este campo, el Perú ha demostrado liderazgo a nivel global, según las evaluaciones del Foro Económico Mundial. Sin embargo, este avance también debe ir acompañado de medidas de seguridad energética, sostenibilidad y acceso a la energía.
Los avances en competitividad energética en Perú fueron posibles gracias a una política energética que fue consecuencia de las reformas estructurales emprendidas durante las últimas dos décadas. Esta política recoge el estándar internacional con los tres pilares: competitividad, seguridad (incluye acceso a la energía) y sostenibilidad.
La evaluación más reconocida en esta materia es desarrollada por el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) que anualmente publica su reporte Global Energy Architecture Performance Index y presenta un conjunto de indicadores de cumplimiento para 126 países de cada uno de los pilares de la política energética. Los resultados para el Perú se indican en el cuadro siguiente:
En el Reporte 2016 del WEF se consolidan los resultados de la política energética peruana ya que el último año se avanzó 11 posiciones en el índice general pasando en el ranking al quintil superior desde la posición 31 a la 20 a nivel global, lográndose un rebalanceo de los tres pilares fundamentales.
Respecto a la competitividad energética (crecimiento y desarrollo económico), la actuación peruana ha sido destacada. Durante los cuatro años de evaluación Perú se mantuvo en una posición de liderazgo global al ubicarse entre los dos primeros lugares en el ranking de este pilar de la política energética. Las buenas noticias deben difundirse y más aún las realizadas por fuentes independientes como el panel de expertos del Foro Económico Mundial.
A nivel iberoamericano la posición ha sido extraordinaria, manteniéndonos en la primera ubicación en el ranking lo que denota la competitividad de la energía en el Perú en el contexto de la electricidad, gas natural y petróleo. Esta posición da cuenta de una ventaja competitiva respecto a otras economías y dinamiza la inversión en industrias y minería en el caso peruano. En el gráfico siguiente se presentan estas posiciones relevantes para nuestra economía en general y para el sector energía en particular:
Un aspecto igualmente destacado en el pilar de sostenibilidad ambiental es el avance del índice hasta 0.65. Se destaca principalmente las menores emisiones de metano, óxido de nitrógeno y CO2 como producto de las medidas adoptadas los últimos años.
Con relación a la electricidad, los resultados han sido relevantes en términos de competitividad al contar con fuentes primarias al gas natural a precios económicos y energías renovables eficientes. Para el caso de la industria minera un estudio independiente realizado el año 2014 muestra que el pronóstico de las tarifas para esta actividad para el año 2020 sitúa al Perú en una posición expectante ya que la minería es la principal industria por su contribución a la economía nacional.
La tarifa peruana para la minería otorga en definitiva una ventaja competitiva al país para continuar desarrollando la industria. Si bien no es el único insumo, es relevante desde la energía ser parte del soportedel crecimiento de la principal actividad del país.
En el caso peruano, las tarifas no cuentan con subsidios explícitos ya que son el resultado de la oferta de generación eléctrica y demanda del mercado libre de electricidad al que se somete la industria superior a 1 MW y obtienen sus precios en diversas modalidades según sus necesidades y expectativas. En general, su nivel es una referencia para aquellos países que vienen operando con economías abiertas en la región.
¿Considera usted que Perú consolidará su posición de liderazgo competitivo en el sector energético?
PhD in Management Sciences en la Escuela Superior de Administración y Dirección de Empresas, ESADE (España); MBA, ESAN e Ingeniero Electricista, UNCP. Ha sido Gerente General de OSINERGMIN y Viceministro de Energía. Actual Gerente de Supervisión de Energía del OSINERGMIN y Director de la Maestría en Gestión de la Energía.
Las transformaciones energéticas exigen una visión a largo plazo, sobre todo en la transición hacia una matriz energética limpia y la reducción de emisiones. Este desafío global hoy genera debates y proyectos en todo el mundo.
Nuestro país posee una diversidad de recursos naturales que favorecen nuestro potencial energético, a pesar de que aún no se aprovecha en su totalidad. La formación de especialistas en el sector ayudará a revertir esta situación.
Si analizamos las diversas fuentes de producción en el sistema eléctrico interconectado nacional apreciaremos el predominio de las energías renovables considerando que la participación hidroeléctrica pasó desde el 91% en el año 1993 hasta 76% el año 2004 y el 50% para el año 2015, estimándose para el año 2025 una participación de 60% conforme al Plan Energético Nacional 2014-2025.