En los World Travel Awards (WTA) 2018, el Perú recibió tres galardones. El primero fue el de Mejor destino cultural del mundo, triunfando por encima de países como Bélgica y Egipto. Este se considera un mérito que honra el legado y la herencia de las culturas prehispánicas. No solo comprende los restos arqueológicos o las muestras textiles, sino también las tradiciones culturales heredadas, el folklore y costumbres. El Perú es galardonado por sus destinos naturales y culturales, símbolos de nuestra identidad.
Otro premio otorgado durante el evento fue el de Mejor destino culinario del mundo. Los peruanos ya están acostumbrados a este tipo de galardones; la gastronomía nacional es reconocida a nivel internacional desde hace muchos años. Este logro se ha obtenido también gracias al apoyo de empresarios y chefs.
El tercer premio fue el de Mejor atracción turística, otorgado a la ciudadela inca de Machu Picchu. Se trata de la combinación perfecta entre la naturaleza y la cultura. Son pocos los atractivos en el mundo que engloban ambos aspectos, y que han conservado tan bien su arquitectura a lo largo del tiempo.
Es fundamental resaltar el trabajo de PromPerú en la promoción de estos destinos. Además, se destaca el trabajo del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo en cuanto al desarrollo y mantenimiento de nuevas rutas. Es una labor que se realiza hace más de una década y que es motivo del posicionamiento peruano en materia cultural y natural.
La Marca Perú tiene tres objetivos. Uno de ellos es el que la mayoría de personas ya percibe: la oportunidad que le brinda al país de vender su imagen al mundo, cuyos resultados se ven reflejados en el reconocimiento de los WTA. Su otra meta es la de atraer la inversión extranjera y, por último, permitir que los productores peruanos exporten al extranjero.
La comunicación y la promoción del turismo generan muchas expectativas sobre un lugar turístico determinado. Las personas están convencidas de que el Perú es un excelente destino, sin embargo, la experiencia puede ser muy distinta a la esperada una vez que lleguen al país. Es crucial evitar las decepciones de los viajeros al no cumplir con aspectos esenciales como la seguridad, la infraestructura o los servicios.
Aún hay mucho por mejorar. La calidad de la promoción de un lugar debe ser directamente proporcional con la experiencia que generará. Por ejemplo, los guías deben estar debidamente capacitados, las tiendas de souvenir tienen que contar con los permisos y el orden adecuado, entre otros aspectos. Se trata de todo un ecosistema que posibilita una experiencia grata al turista, desde que aterriza en el aeropuerto hasta que se retira del país.
El sector público debe crear los medios, la seguridad y la infraestructura adecuada. Por su parte, el sector privado debe trabajar en la hotelería, la gastronomía y otros servicios. El fruto de la labor entre ambos sectores cumplirá con los márgenes de mejora.
Cabe recalcar, finalmente, que el reconocimiento a Machu Picchu pone en peligro su sostenibilidad. Hay que cuidar este destino, que se considera un producto premium entre los atractivos nacionales. Para protegerlo no se requiere solamente trabajos de conservación o barreras de ingreso como sería el caso del alza en los precios, una manera eficiente de hacerlo es desarrollar otros destinos, diversificar la oferta turística. El Estado debe crear las condiciones para que los turistas puedan tener acceso a estos atractivos fácilmente.
Doctor en Ciencias de gestión por el IAE de la Université Côte d’Azur, Niza. Master en Marketing cuantitativo por el IAE de la Université Pierre Mendes France, Grenoble. MBA de ESAN Graduate School of Business. Licenciado en Administración por la Universidad de Lima. Experiencia internacional como consultor de empresas en marketing y estrategia. Especializado en Marketing de servicios y experiencia del cliente. Ha sido director comercial de ESAN GSB. Actualmente, es Profesor Principal en ESAN GSB y profesor visitante en el Y Schools y en el IAE de Nice, Francia.
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