DLa pandemia de la Covid-19 provocó cambios muy drásticos en el mercado global. Las necesidades de los clientes han cambiado y las empresas deben adaptar su oferta en base a los nuevos perfiles de sus consumidores habituales. La innovación cumple un rol fundamental para cumplir este objetivo. No obstante, ¿tenemos claro qué condiciones debemos desarrollar en nuestro negocio para fomentarla?
La innovación es un proceso que permite a las organizaciones ofrecer a sus clientes productos o servicios que antes no existían, a fin de impactar de manera positiva en sus vidas. No obstante, también puede aplicarse a otros aspectos de la empresa, como el modelo de negocio, el servicio al cliente, etc. Además, es un proceso continuo y no existe un sistema único para medir su avance.
La innovación también genera cambios importantes en las empresas. Por ejemplo, las vuelve más resilientes a los fracasos, en el sentido de que les resulta más fácil levantarse después de caer. Asimismo, las convierte en espacios propicios para que los colaboradores aporten e intercambien entre sí ideas nuevas que podrían convertirse en productos o servicios muy exitosos en el mercado.
Otros beneficios importantes son:
El aumento de eficiencia de la empresa en la gestión de recursos humanos y materiales, además de reducir los costos.
La capacidad de fidelizar y retener a los clientes, en base a la confianza que sienten por la calidad de sus productos y servicios.
La atracción de nuevos talentos, sobre todo millennials, que están en la búsqueda constante de nuevos retos.
La facilidad de expandirse hacia mercados internacionales, al desarrollar productos que cubran mejor las exigencias y estándares de otros países.
El Perú cuenta con muchos ejemplos de empresas con un alto nivel de innovación. AGP, por ejemplo, fabrica parabrisas que hoy son requeridos para vehículos de grandes marcas como Tesla. Otro caso es el de Resemin, uno de los mayores fabricantes mundiales de equipos de perforación para maquinaria subterránea. A su vez, Credicorp ha logrado expandir sus servicios financieros a mercados internacionales y Alicorp ofrece hoy productos alimenticios muy bien adaptados al contexto peruano.
Antes de empezar a innovar, es importante conocer algunos errores habituales que cometen las empresas en este proceso.
Falta de compromiso. Un gerente puede hablar mucho sobre la necesidad de innovar, pero, si no muestra su compromiso con acciones concretas ni destina la inversión correspondiente, todos los discursos caerán en saco roto.
Resistencia al cambio. Muchas compañías prefieren seguir sus procesos habituales, en lugar de ajustarlos al nuevo escenario, bajo la creencia de que seguirán siendo efectivos.
Pérdida del enfoque. Algunos gerentes se concentran tanto en sus ideas de innovación que olvidan buscar el feedback de sus equipos y, sobre todo, pierden de vista a sus clientes.
Si una empresa en verdad está interesada por innovar, debe empezar por definir una visión a largo plazo, es decir, definir a dónde quiere llegar en los siguientes años. El siguiente paso es fomentar la colaboración entre sus trabajadores y crear las condiciones necesarias en el entorno para que ellos sientan que sus ideas son premiadas y que forman parte de la solución, no del problema.
Otra acción clave es capacitar al personal en el uso de herramientas y tecnologías que les ayuden a generar ideas innovadoras más eficientes e impactantes. Ello va de la mano con una mayor inversión para proporcionar los recursos necesarios y adaptar los espacios de la compañía para este fin. Por último, es importante celebrar el éxito de una idea, perder el miedo al fracaso, que será muy frecuente, y medir con frecuencia el impacto de las nuevas ideas ejecutadas.
¿Has llevado adelante un proceso de innovación en tu compañía? Cuéntanos tu experiencia.
Si una empresa quiere construir una cultura de la innovación, primero debe definir una visión a largo plazo, es decir, definir a dónde quiere llegar en los siguientes años.
Director del Programa MBA de ESAN Graduate School of Business. Ph. D. en Administración y Dirección de Empresas por ESADE, Barcelona. Doctor Honoris Causa-UNI. Maestría en Administración por la UP. Maestro en Tecnologías de Información del Instituto Tecnológico de Monterrey, Ingeniero Metalúrgico UNMSM e Ing. De Soldaduras por el CESOL-España.
Ha sido director de empresas en Perú, Chile y Colombia. Cuenta con más de 43 años de experiencia en los mercados industriales de Perú y la región latinoamericana. Se ha desempeñado como Gerente comercial y director comercial en el sector Industrial de empresas del grupo Brescia, ha sido Gerente General de la empresa SOLDEX S.A., M.D. (Manager Director) South América Pacífico del Grupo Americano ESAB-COLFAX, Director de Operaciones de Sudamérica del Grupo Americano ESAB-COLFAX. Actualmente es director de diferentes empresas industriales B2B y B2C. Presidente del comité consultivo de SENATI en la SNI, vicepresidente del comité de exportaciones CCL, miembro y vocal de asociación de empresas del sector metalmecánica del Perú. Socio fundador y Director de la empresa de consultoría Markistral SAC.
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