La caída de la actividad económica por la pandemia de la COVID-19 repercutió con fuerza en la recaudación tributaria en el Perú, que llegaría a 20 % al cierre del año. Su informalidad económica, sumada al hecho de que el 95 % del sector empresarial es integrado por micro o pequeñas empresas (mypes), revelan a un país que ha sufrido un serio impacto en sus ingresos durante la coyuntura actual, con un impacto mayor en el empleo y la recaudación tributaria.
Las medidas tributarias para mitigar el impacto de la crisis significaron una disminución de S/16 000 millones en la recaudación, aproximadamente 2.3 % del producto bruto interno (PBI). Estas medidas son simples paliativos y no repercuten en una reactivación económica y empresarial. Con ellas, solo se genera una reducción de los ingresos tributarios que ya estaban mermados. La situación para los próximos meses será muy compleja, porque el Estado necesita recursos para subsistir.
Se necesita encargar el diseño de un nuevo sistema tributario a un grupo heterogéneo de especialistas en temas económicos y tributarios de los sectores privado y público.
La informalidad en el Perú afecta a más del 80 % del sector empresarial, la mayoría de negocios son pequeños y se maneja una economía de subsistencia. En ese sentido, se requerirá una política fiscal que tenga en cuenta esta realidad e incentive la formalidad y el crecimiento de las unidades empresariales, para que generen más ingresos, sean fuente de empleos formales y se genere una mayor recaudación tributaria en el 2021.
Se necesita encargar el diseño de un nuevo sistema tributario a un grupo heterogéneo de especialistas en temas económicos y tributarios, tanto del sector privado como del público, en colaboración con docentes universitarios, investigadores y miembros de la administración tributaria. Este grupo de notables debería avocarse a diseñar un sistema que responda a la realidad del país.
El impuesto a la renta (IR), que grava las utilidades de las actividades empresariales, es muy formalista y de estructura compleja para una realidad tan informal. Su simplificación lo haría más accesible a la gran masa de empresarios. En esa línea, el Estado debe ofrecer incentivos a los negocios que se formalicen. En lugar de subsidios o reducir impuestos, debe enseñar a los emprendedores mejores estrategias de negocios, producción y ventas, así como las ventajas de ser formal y acceder a nuevos mercados.
La evasión fiscal es otro de los principales problemas en el Perú, ya que se extiende del 80 % del sector informal hacia los empresarios formales. El nivel de evasión es épico y poco o nada se hace para enfrentarlo. Las medidas represivas no funcionan en contextos donde el incumplimiento es masivo. Por ello, se recomienda emplear políticas más inteligentes, que planteen a quienes las incumplen que es más ventajoso ser formal que informal. ¿Qué otras acciones son necesarias? Déjanos tu opinión.
Se necesita encargar el diseño de un nuevo sistema tributario a un grupo heterogéneo de especialistas en temas económicos y tributarios de los sectores privado y público.
Socio de Picón y Asociados. Ha sido jefe de las áreas tributarias de importantes firmas de abogados del Perú y encargado de la división legal de LGS Consultores. PhD en Derecho Empresarial de la Universidad de Sevilla. Abogado de la Universidad de Lima. Ha sido Socio del Estudio Rosselló Abogados. Especialista en tributación internacional, planeamientos tributarios y en tributación sectorial.
La recaudación tributaria en el Perú se ha visto afectada por los conflictos sociales y la inestabilidad política, pero podría experimentar un aumento importante este año ante el aumento del precio de los commodities, como el cobre.
La contratación de software como un servicio ha registrado un aumento en el contexto actual, pero su aplicación implica considerar algunos aspectos del marco tributario.
Para ayudar a que las pequeñas y medianas empresas peruanas puedan sostenerse durante la crisis actual, el Estado debería crear un nuevo régimen laboral, tributario y de negocios que facilite el crecimiento de las economías de los emprendedores. ¿Por dónde empezar?