Un ejemplo que puede ser pequeño pero que considero importante es el de la hidroeléctrica del Mantaro, que está ubicada en el departamento de Huancavelica. Fue una gran inversión hecha en el primer gobierno de Fernando Belaúnde. La energía generada en Huancavelica era enviada a la costa pero los cables de alta tensión pasaban por encima de los techos de la ciudad de Huancavelica, cuya población no tenía energía.
Hacia comienzos de los años 80 se reunió un grupo de empresas mineras para invertir en un transformador que permita bajar la tensión y suministrar energía al pueblo de Huancavelica y a una serie de minas de la zona. La inversión fue de US$ 20 millones. Ahora Huancavelica cuenta con energía, un servicio que durante muchos años no tuvo.
El principal consumidor de energía en el Perú es el sector minero. La minería ha justificado muchísimo del desarrollo eléctrico en nuestro país, especialmente la interconexión porque las minas no están en las ciudades.
Tal como van las cosas, el desarrollo energético que se está dando permitirá el crecimiento de la minería. Hay quienes dicen que estamos ajustados de energía, pero creo que la creciente demanda hará que la oferta también aumente. La demanda de las empresas mineras fomentará que haya mucho más inversiones en energía.
Un factor muy importante es el agua, que es la causa de muchos conflictos sociales. La vertiente occidental del Perú tiene escasez de agua durante buena parte del año pero excedentes enormes de diciembre a marzo, que se van al mar. Deberíamos pensar en hacer represamientos a 4,000 metros de altura, donde el agua no viene con sedimentos. Además de la posibilidad de disponer de agua para la agricultura durante todo el año, tendríamos la opción de construir hidroeléctricas.
En consecuencia, hay oportunidades y todas están relacionadas: para que haya más inversiones tiene que haber excedentes y si hay excedentes hay que fomentar que se reinviertan. Hagamos una cadena virtuosa y no una cadena perversa.
Con el cambio climático la alternancia entre ciclos de sequía y de mucha lluvia se agudizará, lo cual constituye una oportunidad para invertir en hidroeléctricas. ¿Qué hacemos si vienen más lluvias? ¿Nos quedamos de brazos cruzados, nos rasgamos las vestiduras o comenzamos hacer grandes reservorios en las alturas y comenzamos a generar energía hidroeléctrica? En Perú el costo del kilowatts hora de energía es de US$ 0.05 para el consumidor industrial. A Brasil le cuesta US$ 0.10 y a Chile US$ 0.15. ¡Podemos venderles energía a los chilenos al triple del costo!
Si queremos más inversiones en energía debe haber más proyectos de minería y para que haya más proyectos de minería debemos ser competitivos. Se habla de las sobreganancias pero si nos preguntamos: ¿quién ha invertido mejor los recursos en el Perú? ¿el sector privado o el sector público? Desde mi punto de vista es el sector privado quien tiene la capacidad de invertir mejor los recursos en beneficio de la sociedad. No digo en beneficio de dos o tres personas, sino de todos. En consecuencia, se debe estimular a las empresas privadas y particularmente las mineras para que reinviertan sus excedentes en época de bonanza en infraestructura, especialmente en energía.
El desarrollo energético del Perú va íntimamente ligado al desarrollo minero y si queremos que siga siendo así hay que permitir que se hagan más inversiones mineras.
¿Cree usted que la mayor demanda de las compañías mineras hará que aumenten las inversiones en el sector energía?