Las cifras más recientes revelan que las proyecciones iniciales del crecimiento del turismo en el Perú entre enero y junio del 2023 no se han cumplido. Su declaración como sector de alta prioridad debería ser un primer paso para asegurar su recuperación.
El sector turismo, sobre todo el receptivo, atraviesa una situación complicada en el Perú. Entre el 2018 y el 2019, Perú recibía, en promedio, cuatro millones y medio de turistas. Esta cifra cayó después por las restricciones y medidas de seguridad adoptadas durante la pandemia de la Covid-19. En el 2022, llegamos a los dos millones de turistas, menos del 50 % de los números alcanzados en el escenario prepandemia.
Este año se esperaba crecer entre un 10 % y 20 %, respecto al 2022. Sin embargo, la inestabilidad política, la inseguridad y los efectos del fenómeno de El Niño, entre otros factores, han generado que no se cumplan las proyecciones esperadas. Durante el primer semestre, se registró la llegada de un millón de turistas y se espera recibir un millón más en el segundo semestre, que coincide en julio y agosto con la temporada de vacaciones en el hemisferio norte, principal mercado emisor. Así, cerraríamos el 2023 con un total de apenas dos millones. ¿Podemos mejorar este escenario?
En estos momentos, se encuentra en marcha un fenómeno de El Niño de carácter global. Las alteraciones climáticas que genera impactarán en la calidad de los productos agrícolas, que podría no cumplir con los estándares esperados en los mercados extranjeros, además de alejar a ciertos peces de nuestras aguas. En el caso del turismo, las altas temperaturas pueden parecer un factor positivo que invite a más personas a las playas, pero también aumentará la aparición de mosquitos y, por ende, los casos de dengue en el país.
Las inundaciones a causa de El Niño también generan daños a la infraestructura y, por lo tanto, afectarán la experiencia de muchos turistas. A ello debemos sumar la difusión de información errónea sobre los casos del síndrome de Guillain-Barré en el Perú. La suma de todos estos factores genera el retraso de la reactivación del sector turismo y que las empresas del sector se retrasen en el pago de los préstamos recibidos durante la pandemia mediante los diversos programas del Estado, lo que provocará una mayor crisis en el sector.
La reactivación del turismo en el Perú depende de tres actores clave: el Estado, el sector privado y la sociedad. Por el lado del Estado, podemos notar que los recursos son muy limitados, ya que el fondo de promoción del turismo se ha reducido hasta quedar en menos de la mitad. Destacamos las campañas para promover al Perú como locación, que han permitido la grabación en el Cusco de una película de la saga Transformers, pero deberían aprovecharse más las buenas noticias y reconocimientos del país, que están rebotando en todo el mundo.
Lugares como el Santuario Histórico de Machu Picchu siguen atrayendo la atención de muchas personas en el mundo que sueñan con visitar el Perú, así como nosotros lo hacemos con otros países exóticos. A pesar de las campañas de promoción, todavía existe una falta de confianza por la inseguridad y brechas en conectividad. Es necesario gestionar estos aspectos a la vez.
En el caso del sector privado, las compañías con grandes capitales han aportado a la reactivación con el lanzamiento de promociones y descuentos atractivos, aunque estos esfuerzos no sean suficientes por sí solos. Por su parte, la sociedad todavía no tiene claro la importancia de la actividad turística como fuente de grandes ingresos económicos y puestos de trabajo, además de mejorar la imagen del país.
El Legislativo ahora mismo está priorizando la resolución de sus problemas internos y de operatividad, en vez de proponer normas, leyes y decretos que favorezcan el desarrollo del país, lo que genera intranquilidad en la sociedad. Es necesario que esta actitud cambie para lograr avances en el turismo, pues los esfuerzos privados no son suficientes y no están generando el retorno esperado. Se necesita que el turismo sea una política de Estado.
Tenemos un destacado profesional como ministro de Comercio Exterior y Turismo, una capacidad de manejo importante y profesionales con experiencia a cargo. Sin embargo, es necesario que el sector se declare de alta prioridad para recuperar el desarrollo económico del país. Las nuevas cifras ya revelaron que no llegaremos ni a repetir el desempeño del 2022. Estas se ajustan cada vez más y nos alejamos de las proyecciones iniciales.
Otros retos pendientes son reforzar la seguridad ciudadana en regiones y controlar los conflictos sociales para evitar que se sigan cancelando más festividades como la Fiesta de la Candelaria, e impulsar una mejor ejecución de presupuesto de los Gobiernos regionales. Por último, los representantes del gremio turístico deberían salir a declarar más ante los medios para manifestar la necesidad de priorizar la recuperación del sector no solo por los puestos de trabajo que genera, sino por su aporte a la imagen exterior del país.
Es necesario que el sector turismo se declare de alta prioridad para recuperar el desarrollo económico del país.
Doctor en Ciencias de gestión por el IAE de la Université Côte d’Azur, Niza. Master en Marketing cuantitativo por el IAE de la Université Pierre Mendes France, Grenoble. MBA de ESAN Graduate School of Business. Licenciado en Administración por la Universidad de Lima. Experiencia internacional como consultor de empresas en marketing y estrategia. Especializado en Marketing de servicios y experiencia del cliente. Ha sido director comercial de ESAN GSB. Actualmente, es Profesor Principal en ESAN GSB y profesor visitante en el Y Schools y en el IAE de Nice, Francia.
Si un profesional aspira a diferenciarse en un entorno laboral competitivo y tener un perfil empleable para destacar en otros mercados, debe considerar estudiar un programa de posgrado con un alto componente internacional. En este artículo, se comparten algunas reflexiones sobre el tema.