Desde hace varios años, la innovación se ha convertido en un elemento clave para medir el desarrollo de un país. Tras la publicación de la última edición del Índice Mundial de Innovación, que clasifica a los países y economías en términos de su entorno respecto a la innovación, se analizará a continuación la situación actual que afronta el Perú y cómo promover sus mejoras.
En la edición 2017 del Índice Mundial de Innovación (GII, por sus siglas en inglés) se reafirman ciertas tendencias: los países más innovadores siguen siendo los más desarrollados, empezando por Suiza y Suecia. Estados Unidos sigue en crecimiento constante, situación contraria a la que vive el Reino Unido. Como es posible apreciar, los países que encabezan la lista son los mismos desde hace muchos años.
En el caso de América Latina, Chile es el país con mejores resultados en el GII, mientras que el resto ocupa puestos que fluctúan entre el 50 y 80, panorama similar desde 2009. Por su parte, Perú se ubica alrededor del puesto 70 desde hace cinco años.
Si bien el GII incluye diversos tipos de indicadores y con ellos ubica en el ranking a los países que sobresalen, este tipo de reportes evidencian también que existen varios caminos para mejorar sostenidamente. Por ejemplo, Singapur mejoró al facilitar sus regulaciones, Dinamarca se centró en la educación y China lo hizo en su producción científica y tecnológica. Estos países mejoraron de manera focalizada al tomar caminos acordes a sus realidades, y en ese proceso se irradiaron mejoras en todos sus ecosistemas innovadores. La lección es que no se puede innovar copiando a otro, cada país debe conocerse bien para actuar y mejorar.
Muchos creen que patentar un invento es innovar, pero pocas patentes realmente se usan. La innovación va más allá de la novedad, esta debe generar valor social y/o económico.
En el caso peruano, al analizar al detalle el sostenido puesto 70, es posible observar que esta ubicación oculta dos tendencias, una de mejora y otra contraria. El GII mide dos grandes dimensiones, una es la capacidad de innovar, dónde se mejoró gracias al mayor acceso a recursos. La segunda, es el desempeño innovador, donde hubo un deterioro debido al cada vez mayor retraso en niveles de producción científica y tecnológica. Esto significó que lo que se mejoró resultó infértil y para revertirlo se deben atender distintos retos en el capital humano y en el entorno institucional.
Retos en el capital humano.- Desarrollar competencias tecnológicas, pero con sensibilidad para proponer soluciones ajustadas a la realidad. Para esto es necesario:
Retos en el entorno institucional.- Propiciar más sinergia en la producción tecnológica y científica, pero sin sacrificar la flexibilidad. Será posible al:
El Índice Mundial de Innovación debe ser tomado entonces no solo como un conjunto de indicadores que ubican al Perú en una escala en relación a otros países sino como un medio que permite analizar cuáles son sus avances y retrocesos. A luces del GII 2017, el gran pendiente para la innovación peruana es conocernos a profundidad, construir un modelo del innovador peruano y empujar los esfuerzos coordinadamente.
Muchos creen que patentar un invento es innovar, pero pocas patentes realmente se usan. La innovación va más allá de la novedad, esta debe generar valor social y/o económico.
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